La Defensora del Pueblo, María Luisa Cava de Llano, ha pedido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y al Banco de España que apliquen un sistema que clasifique los productos financieros por su riesgo y complejidad.

En un comunicado, la Defensora del Pueblo ha explicado que la idea consistiría en que las entidades comercializadoras elaboraran una ficha informativa para cada producto antes de su distribución entre el público.

Además, cree que la protección al cliente debería completarse con la elaboración de un contrato tipo de intermediación en la compraventa de productos financieros en el que se deberían incluir los avisos de riesgo.

Para Cava de Llano, un sistema efectivo podría ser, por ejemplo, un código de colores "sencillo e intuitivo", como los que utilizan los semáforos, en el que el verde indicara un riesgo bajo, el amarillo un riesgo medio y el rojo un riesgo alto.

Con esta propuesta, la Defensora pretende que cualquier inversor, con independencia de su formación, disponga en el momento de la firma de la ficha informativa del producto y el contrato tipo predispuesto por la CNMV, en el que justo encima del lugar reservado a la firma del cliente, se recogiera el aviso de riesgo sobre la peligrosidad del producto.

Según la Defensora del Pueblo, la práctica ha demostrado que los deseables parámetros de claridad y transparencia que deben presidir las relaciones entre las entidades y sus clientes no siempre se dan.

En concreto, ha habido casos de distribución "abusiva" de productos complejos de alto riesgo entre inversores minoristas, como con las participaciones preferentes que, a pesar de ser híbridos financieros de alto riesgo, se han distribuido en muchos casos como si fueran depósitos.

Investigación sobre las preferentes

De hecho, la institución tiene abierta una investigación de oficio ante la CNMV tras recibir numerosas quejas de pequeños ahorradores que denuncian que bancos y cajas les vendieron participaciones preferentes y deuda subordinada sin la debida información.

Finalmente, la Defensora recuerda que los supervisores financieros de Reino Unido, Bélgica y Portugal ya trabajan en esta línea, después de que la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA) esté estudiando una metodología para clasificar los diversos instrumentos financieros, con el fin de poder avisar a los inversores sobre aquellos productos que pueden constituir una seria amenaza para su patrimonio.