José Antonio Ardanza (Elorrio, Vizcaya, 1941) fue el primer alcalde de Mondragón elegido democráticamente tras la guerra civil. Se convirtió después en diputado general de Guipúzcoa (1983). Dos años más tarde, ocupó la presidencia del Gobierno vasco por el PNV tras la dimisión de Carlos Garaikoetxea. Estaba al frente del Ejecutivo cuando estalló la bomba en el centro comercial Hipercor de Barcelona, en el que murieron 21 personas, cuatro de ellas niños.

--¿Cómo recuerda la fecha?

--La verdad es que en el Gobierno estábamos siempre con el alma en vilo. Pero aquello fue tan brutal, tan bárbaro- Al principio quisimos creer que se trataba de un accidente. Rompía la tónica de los atentados de ETA hasta el momento. Un asesinato tan masivo quebró definitivamente la imagen romántica que aún tenían muchos vascos de los militantes de ETA.

--¿Creyó posible un nuevo intento golpista?

--Fui muy consciente de que estábamos en una situación propicia para que algunos alentaran el mensaje sobre la inoperancia del Gobierno ante las barbaridades. El ruido de sables era real. Hablé de ello con el expresidente Felipe González. Hipercor representó esa circunstancia extrema que pudo poner en riesgo el proceso lento y difícil de consoli-