"Si se acredita lo contrario, puede volver a ser llamado a declarar", le advirtió el juez José Castro a Iñaki Urdangarin en febrero, ante las evasivas explicaciones sobre su actividad en el Instituto Nóos. Cuatro meses después, se acumulan testimonios y nueva documentación que rebaten muchas de sus afirmaciones.

El duque de Palma sostiene que se desvinculó de la fundación en marzo del 2006 por indicación de la Casa Real. Aunque formalmente en la presidencia le relevó su socio Diego Torres, Urdangarin mantenía firma en las cuentas al menos hasta el 2008, según informes de la Agencia Tributaria. En el 2007, llamó con tal insistencia al director general de Deportes de Baleares, José Luis Ballester, para reclamar una deuda de 400.000 euros que truncó su amistad, según reveló Ballester. "Me limité a mediar", se justificó el yerno del Rey.

"No tengo ninguna cuenta en Suiza ni estoy autorizado en ninguna cuenta suiza", respondió el duque cuando se le interrogó por un pago de 375.000 euros en una cuenta de Lausana cuyo número apareció anotado a mano por su asistente personal, Julita Cuquerella. Segun Urdangarin, el número se lo había facilitado a su asistente un jordano, Manssour Tabba. La propia Cuquerella le desmintió: "El número de cuenta me lo dictó Iñaki Urdangarin".

Para justificar un ingreso de 300.000 euros en el 2006, Urdangarin dijo que asesoraba al empresario Domingo Díaz de Mera. "Nos veíamos dos o tres veces al mes para cuestiones diversas". Díaz de Mera dijo que el ingreso correspondía a una "operación bursátil muy rentable"..

Aunque Urdangarin descarga sobre su socio la responsabilidad económica de Nóos, decenas de trabajadores y proveedores han declarado que "mandaban por igual". Cheques y pagarés aportados por Caixa Catalunya llevan la rúbrica del duque. Cuando el fiscal aprieta, Urdangarin se escuda en los asesores Miguel y Marco Tejeiro, quienes sostienen que actuaron cumpliendo órdenes.