Mientras el PP y el PSOE hacen equilibrios para evitar la exigencia de responsabilidades penales a quienes llevaron a la quiebra a bancos y cajas, los españoles no titubean lo más mínimo y quieren ver en el banquillo a los directivos de las entidades financieras que el Gobierno ha tenido que rescatar con dinero público. El dato es contundente: el 93% de los encuestados responden sí a la pregunta de si debería enjuiciarse a los banqueros cuya gestión ha quedado en entredicho con la intervención de sus entidades. Obviamente, este porcentaje recoge un clamor transversal, en el que se incluye al 90% de los votantes del PP y al 94% de los del PSOE.

Preguntado por esta posibilidad tras la quiebra de Bankia --entidad que presidía el exministro del PP Rodrigo Rato y que dejó con un agujero que superaba los 23.000 millones de euros--, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha echado balones fuera con el argumento de que la prioridad es salvar los depósitos de los ciudadanos. El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendió que se depurasen responsabilidades, pero solo políticas, mediante la comparecencia en el Congreso de los gestores anteriores y actuales de Bankia.

Precisamente, el rodillo de la mayoría absoluta del PP bloqueó hace pocas semanas la creación en las Cortes de una comisión de investigación sobre la crisis de la banca como la que se constituirá la próxima semana en el Parlament. Con ello, los populares contravinieron la voluntad del 93% de los españoles y del 92% de sus propios votantes, partidarios de esa investigación política.