El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha logrado este viernes tras 13 horas de negociaciones con sus socios europeos -que terminaron a las cinco de la madrugada y tuvieron momentos de tensión- la recapitalización directa de la banca española a cargo del fondo de rescate de la UE. Ello significa que la ayuda, de hasta 100.000 millones de euros, no computará como deuda, aunque los dirigentes europeos han avisado a Rajoy de que estará sujeta a "condiciones estrictas".

Además, los líderes europeos han aceptado flexibilizar las reglas del fondo de rescate a la hora de intervenir en el mercado para aliviar la presión sobre la deuda. A partir de ahora, si el Estado miembro que pide esta actuación cumple ya las recomendaciones de Bruselas, no deberá someterse a un plan de ajuste adicional ni recibirá a la troika. Tanto Italia, la promotora de estos cambios, como España han asegurado que no piensan pedir de momento la activación de este nuevo instrumento.

Son "decisiones impensables hace sólo unos meses", ha subrayado el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.

Durante el Consejo Europeo se ha puesto en escena el cambio de alianzas que ha supuesto la llegada a la presidencia francesa del socialista François Hollande. Hollande ha respaldado a España y a Italia en su pulso a la canciller alemana, Angela Merkel, para que aceptara medidas a corto plazo con el fin de estabilizar el mercado de deuda.

De hecho, el primer ministro italiano, Mario Monti, secundado por Rajoy, bloqueó durante unas horas la aprobación de las conclusiones de la cumbre para forzar el acuerdo sobre las medidas a corto plazo, que Berlín no veía prioritarias.

"No ha habido ninguna presión de nada. Todo el mundo está de acuerdo, sobre todo en defender el euro", ha insistido Rajoy al término del Consejo Europeo. Ha admitido, sin embargo, que cerrar el acuerdo sobre las medidas para estabilizar a corto plazo la prima de riesgo no ha sido "fácil" teniendo en cuenta la "opiniones distintas" entre los socios.

"Si España e Italia han presionado, no lo han hecho para obtener unas palabras en un comunicado, sino para que la eurozona en su conjunto salga reforzada", ha sostenido Hollande, que ha presumido de una "cooperación útil" con Merkel aunque "de forma diferente al pasado". Y ha asegurado que "hay buenas relaciones personales con el señor Monti e incluso con el señor Rajoy, que no es de la misma sensibilidad política".

Por su parte, la canciller alemana ha asegurado que la única tensión que sintió durante las intensas negociaciones de los líderes del euro fue "la de los mercados", y ha sostenido que mantiene una "muy buena" colaboración con el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Mario Monti.

Cesión parcial de Berlín

Finalmente, Merkel ha autorizado una flexibilización de las reglas del fondo de rescate, pero ha dejado claro que se mantiene la "condicionalidad y control" para garantizar que no habrá "ninguna prestación sin contraprestación".

También el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha reclamado "condiciones estrictas" para la recapitalización de la banca española por considerar que sólo así resultará "creíble". "Todas estas cosas, para ser creíbles, deberían ir acompañadas de una condicionalidad estricta. Esto es esencial, en caso contrario no serán creíbles", ha resaltado el presidente del BCE.

"Fue una negociación dura que llevó horas y que no se puede resumir en ganadores y perdedores", ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la rueda de prensa final del Consejo Europeo.

"Tenemos una misión común que es estabilizar la eurozona y para lograrlo tenemos que apoyar a los países bajo presión del mercado. Pero esos países también deben cumplir y cuando reciben ayuda es siempre con condiciones estrictos", ha proseguido.

"No hay nada gratis y la condicionalidad es absolutamente clave cuando hablamos de apoyo", ha dicho Van Rompuy. "Es un acuerdo equilibrado no sólo para Italia y España sino también para el resto".

Eliminado el estatuto de acreedor preferente

En primer lugar, los líderes europeos autorizan la recapitalización directa de la banca española con el objetivo de romper el "círculo vicioso" entre deuda bancaria y deuda soberana. No obstante, la recapitalización directa no podrá hacerse durante la primera fase del proceso de ayuda a la banca española.

Como condición previa, el Ecofin tiene que aprobar dar nuevos poderes al Banco Central Europeo (BCE) para que actúe como supervisor único en la eurozona, tal y como pedían Alemania, Finlandia y Países Bajos. Los líderes se han comprometido a aprobar la nueva norma a finales de 2012.

Cuando exista este supervisor único, el préstamo a España se transferirá a un instrumento que permita sacarlo del balance del Estado y que deje de computar como deuda, incluso la parte que se haya desembolsado con anterioridad. "Por lo que se refiere a España, se ha previsto una recapitalización directa sin aumentar la deuda del Estado español", ha explicado Hollande.

El proceso estará sujeto a condiciones tanto para las entidades que reciban ayuda como para el sector financiero y "para la economía en su conjunto", según se recoge en las conclusiones.

Además, los jefes de Estado y de Gobierno han acordado que el préstamo a la banca española no tendrá carácter preferente a la hora de cobrar en caso de reestructuración de la deuda y no relegará así a los inversores privados. Esta excepción se aplicará sólo a España y no a futuros países que reciban ayuda del fondo de rescate.

"Creo que para los mercados y los inversores esto era extremadamente importante", ha dicho el presidente de la Comisión.

En cuanto a la compra de bonos por parte del fondo de rescate, Monti ha dicho que "en este momento, Italia no piensa activar este mecanismo" pero no ha excluido recurrir a él si persiste la presión sobre la deuda italiana. "No nos planteamos nada en ese sentido", ha dicho también Rajoy.