El programa de reinserción que ha puesto en marcha el Gobierno de Mariano Rajoy ha suscitado un profundo debate interno entre los presos de la banda terrorista ETA que están recluidos en las cárceles españolas, quienes se lamentan de no haber conseguido una salida conjunta después de que la organización terrorista anunciara el cese de los atentados.

"Entre la disolución y la reinserción nos tienen emparedados". Es una frase extendida entre los presos de la organización terrorista, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista, tras ver esfumarse su esperanza de poder salir de prisión o ser acercados a cárceles vascas una vez que ETA aparcó la violencia en octubre pasado.

Las mismas fuentes explican que la decisión del Gobierno de pedir la disolución de ETA como condición previa para acabar con la dispersión de los presos de la organización o de obligarles a entrar por el camino del plan de reinserción si quieren lograr acercamientos a las cárceles vascas, ha provocado que los presos empiecen a asumir que no habrá una solución colectiva para su situación.

Estas fuentes explican que esta frustración de los presos se ha traducido en que cada vez haya más debate sobre las posibilidades de lograr una salida. Y esto, afirman, se traduce en la división interna que se está produciendo.

Así, afirman que hay dos minorías bien diferenciadas dentro del colectivo de presos de ETA. Por un lado están los más radicales, que se agrupan en torno a la dirección del EPPK y a sus portavoces y, siguen respaldando la vía de una solución colectiva. Y por otro, se está conformando otra minoría que es la más contestataria en relación con los anteriores.

El resto de los presos estarían en una posición intermedia, a la expectativa de ver si se logra una solución, pero cada vez con mayor convencimiento de que la salida colectiva no será posible y que la única manera de lograr avanzar será el camino de la reinserción individualizada.

Además, según las fuentes consultadas por Europa Press, el malestar de los presos se ha dejado ver en la reacción interna que han tenido muchos de ellos ante la declaración del EPPK que se leyó en el teatro Elai Alai de Guernica, en la que reclamaron la amnistía y la autodeterminación y rechazaron el plan de reinserción del Gobierno.

"El arrepentimiento no es más que una vía diseñada para la destrucción de la persona y el militante. Y por eso la criticamos y la repudiamos", aseguraba la declaración de los presos que, supuestamente recogía las conclusiones del debate interno del colectivo de presos de ETA. No obstante, según las fuentes consultadas, esta declaración no había sido respaldada por todos ya que, una vez que se hizo pública, se puso de manifiesto la incomodidad de muchos de los internos con la misma, al apreciar que su dureza no dejaba muchas salidas.

Malestar por la falta de transparencia

Las fuentes de la lucha antiterrorista advierten de que los anunciados debates internos en las cárceles no son en ningún caso mayoritarios e incluso que la redacción de los últimos comunicados atribuidos al EPPK se habrían fraguado fuera de los muros de los centros penitenciarios.

El primer paso significativo del EPPK se produjo el 25 se septiembre de 2011 cuando este colectivo anunció su adhesión al acuerdo de Gernika un año después de la presentación de esta declaración auspiciada por Batasuna y sus socios en la izquierda abertzale. No obstante, esa adhesión tan sólo era parcial y el EPPK matizaba el acuerdo en lo relativo a la situación de los presos.

Mientras la declaración de Gernika abría la puerta a las soluciones individuales, el Colectivo de Presos rechazaba esa posibilidad apelando a la amnistía y a la solución global para todo el colectivo. El EPPK trató luego de solventar esa disparidad de criterio solicitando beneficios penitenciarios, pero de manera colectiva tanto a los directores de las prisiones como al juez Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional. Esta estrategia recibió el rechazo de las autoridades.

Desde entonces la postura oficial del EPPK no ha variado pese a las expectativas alimentadas por la izquierda abertzale. En sus siguientes comunicados, los presos han continuado refirmando su apuesta por la amnistía, pese a que ese es un extremo que hasta el entorno radical considera irreal.

La propia portavoz batasuna Maribi Ugarteburu matizó el último comunicado de los presos del pasado 2 de junio en el que volvían a pedir la amnistía. Afirmó que el Colectivo no usó, en su comunicado la "amnistía" como "término jurídico" de "todos a la vez", sino como concepto "político".

Nuevos representantes

Fuentes de la lucha antiterrorista explican que el EPPK es ya casi la única estructura del entorno etarra que sigue controlado por la dirección de la banda y no por su brazo político. Su último pronunciamiento público se produjo el pasado 16 de junio cuando anunció la incorporación en su dirección de 14 presos de la banda entre los se encuentran José Antonio López Ruiz, alias 'Kubati', condenado entre otros delitos por el asesinato de su ex compañera Dolores González Catarain, alias 'Yoyes'.

También figura Jon Salaberria, uno de los lugartenientes del que fuera jefe de ETA, Francisco López Peña, alias 'Thierry', artífice del fracaso del proceso de negociación emprendido entre el Gobierno y la organización criminal durante la primera legislatura del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

El EPPK ya había dado a conocer anteriormente el nombre de seis interlocutores de su nueva dirección, entre los que figuran históricos ex dirigentes de ETA como Mikel Albisu, alias 'Mikel Antza' y su pareja Soledad Iparraguirre, 'Anboto', arrestados en 2004, y Lorentca Gimon, que cumplen condena en Francia. Los otros tres interlocutores son Anabel Egües, Xabier Alegría, Jon Olarra, que cumplen condena en cárceles españolas donde actualmente hay cerca de 550 presos de la banda.