El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, negó ayer que el acuerdo alcanzado entre su partido y el PP para renovar los órganos constitucionales pendiente sea un reparto de cargos entre ambos y defendió "el rigor y la competencia profesional" de los elegidos, así como la "voluntad integradora" del pacto, que cuenta con candidatos respaldados por las formaciones de CiU e IU.

En declaraciones a la Cadena Ser, el dirigente socialista subrayó también el "equilibrio" entre sexos y explicó que le pidió de hecho al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que propusiera a una mujer como Defensora del Pueblo. Rubalcaba alabó así la figura de Soledad Becerril y también la de quien será su número dos, Francisco Fernández Marugán, "dos buenas personas", con un "ejercicio político largo y de pluralidad, tolerancia y respeto a las instituciones". El secretario general del PSOE defendió también el perfil del resto de nombramientos.