Antón Troitiño participó en algunos de los atentados más sangrientos de ETA, fue condenado a más de 2.500 años de cárcel por el asesinato de 22 personas y el viernes fue detenido tras más de un año en paradero desconocido, después de que la Audiencia Nacional lo dejara en libertad y días más tarde se retractara. Durante los más de 20 años que estuvo en prisión, Troitiño se alineó con los sectores más duros y ortodoxos del colectivo de presos. En cambio, mientras estuvo prófugo, se mantuvo en contacto permanente con la actual dirección de ETA, a la que apoyó en su decisión, comunicada el pasado 20 de octubre, del cese definitivo de la violencia.

Fuentes de la lucha antiterrorista han confirmado a este diario que Troitiño tenía como interlocutor a David Pla (a quien en su día se relacionó con el asesinato de Giménez Abad). Junto a Iratxe Sorzabal e Izaskun Lesaka, Pla dirige lo poco que queda de la banda terrorista ETA y defiende la actual estrategia de no regresar a la lucha armada.

Troitiño, con peso suficiente en la organización como para hacerse escuchar, les apoyó cuando el pasado 20 de octubre hicieron público en un comunicado grabado en video que la organización dejaba definitivamente la lucha armada. Una decisión que tomó la cúpula sin contar con el resto de militantes de la banda ETA, y que, hasta finales de año, podrán dar su opinión tras recibir un documento en el que los jefes de la banda defienden su apuesta por el cese definitivo de la violencia.

La consulta no tiene carácter vinculante y, en cualquier caso, los expertos de la lucha antiterrorista sostienen que una mayoría abundante defiende esta vía, pero que mostró su malestar porque en su momento no fueron preguntados.

ESTRATEGIA REFORZADA La detención de Troitiño el viernes, que llevaba cuatro meses escondido junto al etarra Ignacio Lerín Sánchez, en un piso de sin papeles ecuatorianos en las afueras de Londres, refuerza la estrategia del Gobierno de presionar a la banda terrorista hasta que se disuelva. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró tras la detención que "cada vez hay menos peces en la pecera y que los que hay están en el fondo, porque no están activos". "Tenemos datos de que la disolución definitiva está más cerca que lejos", añadió.

En los últimos días, varias fuentes de la lucha antiterrorista avalan la posibilidad de que la organización armada dé un nuevo paso antes de las próximas elecciones autonómicas vascas, que según las últimas informaciones podrían adelantarse al mes de octubre. ¿La disolución? En todo caso, las mismas fuentes consultadas descartan que este sea el paso y apuestan por un gesto intermedio, como escenificar una entrega de armas.