Mariano Rajoy ha anunciado este miércoles, durante la sesión de control al Gobierno, que el plan de medidas de regeneración democrática será aprobado en el Consejo de Ministros del próximo viernes. Esta iniciativa pretende mostrar que, pese a las sospechas que planean sobre el PP a raíz del caso Bárcenas, una de las metas del Ejecutivo consiste en combatir la corrupción. Más allá de esta novedad, el presidente no ha añadido nada sobre el extesorero de su partido. Rajoy ni siquiera ha repetido lo que ya señaló en el pleno extraordinario del pasado 1 de agosto. Se ha limitado a decir: “Me remito a la posición que expresé entonces”.

Entre otras iniciativas, el plan de regeneración dotará de más medios al Tribunal de Cuentas y la Agencia Tributaria, reformará la ley de partidos políticos, regulará el estatuto del cargo público y endurecerá el Código Penal para introducir el delito de financiación ilegal y castigar con sanciones más severas el tráfico de influencias.

Mentiras y pensiones

En un pleno protagonizado por las preguntas sobre Cataluña, tras la Diada de la semana pasada, el jefe del Ejecutivo ha justificado la reforma de las pensiones, mientras Rosa Díez, de UPD, le acusado de mentir sin pausa, tanto sobre estas prestaciones como sobre el rescate a la banca y sus consecuencias para la economía española.

Sobre Bárcenas, el presidente se ha instalado en el silencio. Como él mismo lleva diciendo en reuniones internas y ruedas de prensa, Rajoy no piensa moverse de lo que dijo a principios de agosto. Sin embargo, la oposición insiste. Este mismo miércoles, a última hora de la mañana, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, contestarán a sendas interpelaciones de PSOE e IU sobre los presuntos trapos sucios en las filas del PP.