Los grupos de izquierda han aprovechado este miércoles la sesión de control al Gobierno para reprochar directamente al presidente, Mariano Rajoy, la ley de seguridad ciudadana, cuyo anteproyecto prevé aprobar este domingo el Consejo de Ministros. Entre otras medidas avanzadas por el departamento de Interior, la norma, que sustituye a la llamada ley Corcuera, establece multas para quienes participen en un escrache y se manifiesten sin permiso ante el Congreso, parlamentos autonómicos y otras instituciones.

Durante su intercambio con el jefe del Ejecutivo, el ecosocialista Joan Coscubiela la ha calificado de ley “de patada en la boca”. Justo después, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha acusado al Gobierno de querer construir una sociedad “amordazada”. El primero preguntaba por las políticas económicas del Ejecutivo, y el segundo sobre las laborales, pero ambos han arremetido contra la polémica norma, de la que aún falta por conocer importantes detalles.

Rajoy, por su parte, ha evitado entrar en este terreno durante la sesión de control. Pero después, a la salida, ha defendido la ley. “La misión del Gobierno es garantizar la libertad, pero también la seguridad de los ciudadanos”, ha dicho.

OPTIMISMO DEL EJECUTIVO

Dentro del hemiciclo, el presidente ha vuelto a defender sus “difíciles” iniciativas y a exhibir su optimismo sobre el país. “El objetivo es crecer y crear empleo, lo que es bueno en sí mismo. Eso nos permitirá obtener ingresos y mejorar los servicios públicos. Hemos tenido que hacer muchas reformas y poner en orden las cuentas públicas. Hemos inentado ser equitativos, aunque hemos tomado decisiones difíciles. Esta política está dando resultados y el año que viene dará muchos más resultados”, le ha dicho a Coscubiela. La misma idea ha sido repetida por el jefe del Ejecutivo después, en sus breve declaración a los medios: “Gracias a los españoles y que estén seguros de que la situación la vamos a mejorar”.

Con Rubalcaba, como viene siendo habitual, el presidente se ha detenido en la herencia recibida. “Usted relata lo que está sucediendo pero no aporta recetas. Es normal. En sus cuatro últimos años en el gobierno el desempleo aumentó en más de tres millones de personas”, le ha dicho el jefe del Ejecutivo al secretario general socialista.