Mariano Rajoy no quiere hablar de ETA. O solo lo imprescindible. En la segunda jornada del debate del Estado de la Nación, el presidente del Gobierno ni siquiera se ha detenido este miércoles lo ocurrido en los últimas días, cuando miembros de la Comisión Internacional de Verificadores, no reconocida por el Ejecutivo, certificaron el inicio del desarme por parte de la banda, aunque según declararon ellos mismos el pasado sábado en la Audiencia Nacional los terroristas, en lugar de hacer entrega de las armas “selladas”, se las quedaron tras mostrarlas. “No merece la pena comentar esos acontecimientos”, ha dicho el líder del PP.

En su respuesta al portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien ha acusado al Gobierno de “desidia” e inmovilismo en política antiterrorista, Rajoy ha sido muy breve en lo que respecta a ETA. Solo le ha dedicado un par de frases para dejar claro que no piensa cambiar sus iniciativas. Aun así, ha reconocido que el anuncio de cese definitivo de la violencia de hace más de dos años sí fue relevante. “Yo no he dicho que no haya cambiado nada. He dicho lo contrario. Lo dije cuando ETA anunció su intención de dejar de matar. Ahí se produjo un cambio”, ha señalado el presidente.

La ley y los tribunales

“Ahora, ¿cuál es la solución del problema? Muy clara: que ETA se disuelva. ¿Es tan difícil? ¿Por qué no se lo pide? ¿Yo le tengo que dar algo ha cambio? ¿Por qué? Yo tengo que pedir su disolución, actuar porque estamos ante una organización terrorista y estar a lo que digan la ley y los tribunales, que es lo que algunos no entienden en esta cámara”, ha concluido.