Tormenta de ideas y análisis políticos en los partidos en Madrid. Desde la noche del domingo en la sedes del PP, PSOE y Podemos se hacen sumas y restas sin pausa y con prisa. Las tres fuerzas coinciden -sí, coinciden-en que el resultado del 27-S no es extrapolable a las generales. Pero lo cierto es que populares, socialistas, y podemitas no paran de extrapolar y extrapolar en despachos a puerta cerrada para intentar limar estrategias en tiempo récord. Y es que para los que no lo tienen en mente por saturación electoral o han preferido olvidarlo, cabe recordar que en diciembre habrá legislativas en España.

Coinciden también los líderes de los tres partidos, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en sentenciar que los independentistas no han logrado suficiente apoyo en porcentaje de votos para seguir defendiendo la ruptura y en deslizar, cada uno desde su óptica ideológica, que otras opciones a un gobierno de Junts pel Sí son posibles.

Otra coincidencia -que sí, que sí, que hay más- es la certeza de que toca acelerar el ritmo en la carrera de las generales si se pretende frenar el esprint que en la próximas semanas el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, va a intentar aprovechando el buen resultado logrado en Catalunya. Todos, hasta el PP, le reconocen el impulso. «Han tenido un gran resultado. Estamos estudiando y analizando esto porque creemos que ese resultado no es extrapolable a las generales y que ahí el PP es el voto útil», apuntó ayer la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal.

De hecho, desde la dirección conservadora se admite que el resultado del 27-S ha ido mal (hasta ahí llega la autocrítica) y se puntualiza que han colaborado a que el resultado de los secesionistas no sea el esperado movilizando el voto del no, un voto que ha rentabilizado Inés Arrimadas principalmente por saber convencer de que era lo más «útil» para ser oposición. «Eso en las generales no ocurrirá. Ahí el voto útil, el eficaz para garantizar el cumplimiento de la ley será el PP», agregó ayer Cospedal.

Batalla bipartidista

No comparten esta tesis por motivos obvios en el PSOE que, como el partido conservador, prefiere una batalla bipartidista. «Solo el PSOE puede hacer frente a la derecha», dijo ayer Pedro Sánchez. Los socialistas, que han bajado en escaños respecto al 2012 pero que exhiben el optimismo de quien ha salvado los muebles básicos a última hora, también se van a presentar como la solución clave y única para poner fin a la crisis con Catalunya. Con un Podemos desinflándose por la izquierda (o eso aparentan) y un Rivera en alza al que buscarán desdibujar, Sánchez reúne hoy a su consejo de política federal para darle vuelo a su proyecto constitucional. «Todos los partidos que abracen la reforma serán bienvenidos», señaló el jefe de los socialistas.

Pues hay quien se dispone a abrazar una modificación de la Carta Magna de manera inminente, aunque no la del PSOE, si no la suya propia: Ciudadanos prevé presentar en octubre su proyecto constitucional. Queda patente pues que el modelo territorial será cuestión primordial, junto a la crisis y la política social, en la precampaña que ya ha comenzado (aunque sea oficiosamente) para las generales de diciembre.

Catalunya será palabra clave en los mítines que llegan con el frío, con independencia de quién y para qué se use. Iglesias, por ejemplo, se aferra a ser el candidato a la Moncloa que se compromete a impulsar una consulta a la escocesa, en la que solo voten los catalanes para decidir su futuro y cuyo resultado sea vinculante. ¿Le ayudará eso a remontar el modestísimo resultado cosechado en suelo catalán desde su experimento de confluencia? Así lo espera, pese a reconocer que no saldrá desde la pole position, sino desde un complicado tercer lugar (se supone que por detrás de Rajoy y Sánchez, aunque está por ver qué dicen las próximas encuestas de Rivera tras el 27-S).

Dique de contención

¿Y Rajoy? ¿Qué ofrecerá para reconducir la situación con Catalunya? Ser dique de contención seguro para quien ose incumplir la ley. O sea, más de lo mismo. Eso, pese a que Xavier García Albiol dijo ayer estar dispuesto a escuchar propuestas de reforma de la Constitución. El pero llegó horas después de boca de Cospedal: «No para contentar a los que se quieren saltar esa Constitución por la puerta de atrás». Y el rapapolvo, del puño y letra de José María Aznar, que envió a los suyos un comunicado incendiario acusándoles de ceder espacio en Catalunya a diestra y siniestra.

Las generales ya crean ansiedad política, y eso que puede prolongarse la resaca del 27-S en busca de un president que acepte la CUP. Según Cospedal, hasta es posible que con intención se ralentice dicha búsqueda hasta enero apurando calendario para ver quién gobierna en Madrid... Teorías para todos los gustos.