Tras haber explicado telefónicamente a su barones, el pasado miércoles, los contenidos esenciales de la conversación que mantuvo con Pablo Iglesias para impulsar una nueva ronda de negociaciones, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, defenderá este sábado ante su comité federal que necesita a Podemos para hacer posible un “gobierno parlamentario” capaz de sacar adelante leyes relevantes con mayoría holgada esta legislatura. Y que va a ser “fundamental” el exhibir “voluntad” de acercamiento por parte de PSOE, Podemos y C’s si se quiere demostrar a los españoles que la prioridad de todos es “el cambio” y sacar de La Moncloa a Mariano Rajoy.

Consciente de las reticencias que provoca el acercamiento a los podemistas en un sector relevante de su propio partido, Sánchez incidirá ante sus compañeros en que cualquier acuerdo al que pueda llegar con ellos en las próximas semanas tendrá que ser compatible con el pacto ya firmado con Albert Rivera, además de con su alianza con Ciudadanos, organización a la que también estima imprescindible para su proyecto gubernamental.

Según fuentes socialistas, su líder subrayará también que preferiría avanzar en la negociación a tres bandas que comenzará formalmente la próxima semana y culminar el trabajo con un gobierno de coalición, en el que se integraran PSOE, Ciudadanos y Podemos. Pero que si ‘naranjas’ y ‘morados’ insisten en ser incapaces de cohabitar en un Ejecutivo de “mestizaje”, tendrá que esforzarse en buscar igualmente la complicidad de ambas organizaciones para garantizarse una mayoría parlamentaria que haga posible reformas de calado. “La aritmética parlamentaria pasa obligatoriamente por los tres partidos”, insisten las fuentes citadas.

RAJOY Y EL DÉFICIT

En este contexto, Sánchez tiene previsto desarrollar en su discurso ante el comité federal una cronología de lo que han sido y significado los 105 días desde que se celebraron las elecciones generales, en las que ganó un PP que, sin embargo, declinó la invitación del jefe del Estado para someterse en primer lugar a la investidura.

Ese gesto de Rajoy y su pasividad en todo esto este proceso(bien es cierto que el propio comité federal decidió hace meses rechazar que el presidente en funciones o cualquier posible sustituto volvieran a gobernar) no será lo único que critique el jefe de los socialistas este sábado.

A su juicio, resulta intolerable que el gobierno popular haya“engañado” a los ciudadanos y a la Unión Europea sobre el control del déficit por puro “electoralismo”, después de que se haya hecho público que el dato de 2015 se disparó hasta el 5,2 por ciento del PIB, lo que se traduce en un posible recorte obligado que ronda los 25.000 millones. Una herencia envenenada para el siguiente Ejecutivo, lo dirija quien lo dirija, y que según Sánchez machaca la credibilidad de los conservadores en el campo económico.

APLAZAR EL CONGRESO

En todo caso, el único punto que oficialmente está en el orden del día del comité federal que celebran este sábado los socialistas es elaplazamiento de su congreso, previsto inicialmente para este mes de mayo. No obstante la dirección de partido ha decidido plantear formalmente retrasarlo hasta que haya un gobierno en España, alegando que no pueden anteponerse las cuestiones internas a las de Estado, y que las negociaciones para tratar de evitar la repetición de una generales debe ser ahora la prioridad.

Según recalcó este viernes el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, no se prevé ningún rechazo a esta iniciativa, que ya viene 'cocinada' por el responsable de Organización de los socialistas,César Luena. Fueron las federaciones más fuertes -Andalucía, Asturias, Valencia y Castilla La Mancha- las que tras el 20-D impusieron que el cónclave se celebrara en mayo y no a finales de junio o julio, como prefería el equipo de Sánchez. Pero las cosas han cambiado y una vez que se da por seguro que la andaluza Susana Díaz tratará de hacerse con la secretaría general en el próximo congreso, parece que también a ella le interesa ahora un aplazamiento, por lo que no está previsto que haya oposición al nuevo calendario.