Bajo la atenta mirada de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, Susana Díaz ha presentado su candidatura a la secretaría general del PSOE con el siguiente argumento: “España nos necesita y el PSOE está dispuesto a hacerse cargo”. La presidenta andaluza ha vaticinado que bajo su tutela el partido “va a gobernar desde la victoria, reconciliándose con la mayoría social”, y por tanto no a través de pactos con la izquierda.

9.000 personas, que han desbordado el lugar elegido para el acto, han acudido al pistoletazo de salida de la carrera de la presidenta de Andalucía hacia las primarias que se prevén más enconadas de la historia del partido. Entre ellos, los máximos representantes de la vieja guardia del partido, cuatro de los siete barones autonómicos del PSOE y dirigentes de sectores enfrentados entre así.

La mayor parte de ellos han manifestado que apoyan a Díaz porque opinan que es la aspirante que mejor puede unir al PSOE, tras la profunda brecha provocada en el partido en el convulso comité federal que expulsó a Pedro Sánchez y aprobó la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. De forma pragmática, Zapatero ha puesto voz al sentir mayoritario entre los presentes: “lo que más une [en torno a Díaz] es la expectativa de que puede ganar a Rajoy”.

MUJER Y CAPAZ DE MANTENER LAS ESENCIAS

Además, su condición de mujer, su supuesta capacidad para mantener las esencias del partido y su triunfo en Andalucía sobre el PP son los elementos más destacados por los dirigentes que como Alfredo Pérez Rubalcaba, Carme Chacón, Alfonso Guerra, José Bono, Eduardo Madina, Ximo Puig o Emiliano García Page han acudido junto a los expresidentes del Gobierno a arroparla.

De teloneros han actuado Estela Goicochea, de nuevas generaciones, Antonio Balmón, alcalde de Cornellá y representante del sector del PSC que apoya a la presidenta andaluza, la exministra Matilde Fernández y Eduardo Medina, a quien Díaz no apoyó en su batalla con Sánchez por el liderazgo pero que ahora sí está con la presidenta andaluza. Una muestra del apoyo interno que ha sido capaz de recabar desde que se enfrentó, indirectamente, a Sánchez y logró descabalgarle en su intención de gobernar con Podemos y no permitir al partido mayoritario formar gobierno.

De hecho, el equipo de Díaz ha pretendido, con la exhibición de fuerza, demostrar que la candidata es la mejor indicada para ‘coser’ -parafraseándola- el partido, al ser capaz de aunar a dirigentes tradicionalmente enfrentados entre sí, como Chacón con Rubalcaba, Bono con Zapatero o Guerra con González.