El campo de batalla es el próximo congreso provincial de Valencia, pero la 'guerra' lo es ya entre Isabel Bonig, presidenta del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, y la dirección nacional que encabeza Mariano Rajoy. La situación ha llegado a tal extremo que Fernando Martínez-Maíllo, coordinador general del PP, ha advertido este jueves que van a "hacer todo lo que sea necesario" para controlar este nuevo frente.

La brecha entre Rajoy y Bonig era ya evidente, aunque en las últimas horas se ha reabierto y ensanchado. El presidente del Gobierno asistió hace unas semanas a la proclamación de la castellonense, pero hizo oídos sordos a las reivindicaciones que, en forma de petición deinversiones, realizó ella desde el atril. De nada le valió recordarle un par de veces los más de 900.000 votos obtenidos en la Comunitat Valenciana en las últimas elecciones generales. Rajoy apenas hizo unguiño al corredor mediterráneo en un parlamento en el que ensalzó la figura de Rita Barberá, de la que Bonig se distanció en los meses previos a su muerte, y le puso deberes al instarle a centrarse en recuperar la Generalitat en el 2019.

La frialdad se convirtió en enfrentamiento directo cuando, tras conocerse la reducción de la inversión estatal que proponen los Presupuestos Generales del Estado, Bonig firmó con el resto de partidos de Les Corts una declaración de "absoluto rechazo". A las pocas horas, Rafael Hernando, el portavoz popular en el Congreso, le dio un tirón de orejas público y Bonig tuvo que replegarse.

'CONTRAPODER' EN EL PPCV

Pero, en esta ocasión, juega en casa y no parece dispuesta a ceder. La operación de presentar a Mari Carmen Contelles, portavoz en la Diputación de Valencia, como alternativa a Vicente Betoret, el actual presidente provincial, se viene fraguando desde hace meses con el impulso o la bendición de Bonig, que oficialmente se declara neutral.

Betoret cuenta con el respaldo de Génova, que se aseguraría con su continuidad tener un 'contrapoder' en el PPCV. En febrero, a propuesta de Maíllo, fue elegido miembro del comité ejecutivo nacional, en el que Bonig no logró colocar a ninguno de sus peones. El coordinador lleva días intentando, sin éxito, que de alguna manera Contelles se retire. El miércoles llamó a capítulo a los dos candidatos y a Eva Ortiz, la número dos de Bonig, pero la reunión acabó sin acuerdo. Al rato, dos teletipos recogían la "preocupación" de la dirección nacional por entender que la presentación de dos candidaturas podía fracturar la unidad del partido y "tener repercusiones electorales".

Pero, lejos de amilanarse, Contelles hizo una demostración de fuerza en la reunión de la junta directiva provincial que se celebró horas después y tumbó la propuesta de Betoret para el comité organizador del congreso. Fue una tarde-noche de mucha tensión, con acusaciones de pucherazo incluidas.

EL ÚLTIMO CAPÍTULO DE LA BATALLA

Este jueves, en una entrevista en RNE, Maillo ha calificado de "grave" que no se aprobara el comité, dijo que están "muy preocupados" y reiteró que "Valencia, la provincia y la ciudad, después de todo lo que han pasado, necesitan unidad y una sola candidatura". Pero, además, ha amenazado con tomar partido de manera aún más contundente. "Vamos a hacer todo lo que sea necesario y esté en nuestra mano y vamos a intervenir en lo que sea necesario y digo intervenir en lo que sea necesario", ha subrayado antes de recordar que "el partido tiene los mecanismos".

Tampoco así ha conseguido doblegar la resistencia y a las pocas horas Contelles, reforzada por su triunfo en la votación, ha hecho público un vídeo en el que confirma su candidatura. Un desafío que se le atribuirá a Bonig, del mismo modo que se supone que Maíllo actúa con el consentimiento de Rajoy, y del que la flamante presidenta del PPCV no parece tener interés en desmarcarse.