La noche del pasado 15 de octubre, cuando en Mataró (Maresme) ya habían dado comienzo las movilizaciones contra la sentencia del procés que cristalizarían dos días después en una manifestación de 2.000 personas, los policías municipales encargados de velar por la seguridad en esas concentraciones mantuvieron una conversación subida de tono en un grupo de WhatsApp del que forman parte 115 de los 173 agentes en plantilla -casi el 70% de la misma- en la capital del Maresme.

En dicha conversación, a la que ha tenido acceso íntegramente EL PERIÓDICO, algunos policías municipales de Mataró vertieron mensajes de odio contra los manifestantes independentistas con los que compartían calle en las movilizaciones contra la sentencia. Este diario publica las capturas de pantalla -en las que se ocultan identidades completas- de algunos de los mensajes más lesivos.

“Limpieza étnica de independentistas y perroflautas ya; dónde coño está el Ejército español”, reclamaba el agente cuya inicial de apellido -como lo conocen en el cuerpo- es la letra P. a las 23:08 h, que reincidía en la idea genocida posteriormente: “Yo [estoy] por la limpieza de independentistas y volver a la normalidad”, apuntalaba a las 23:20 horas del 15 de octubre.

“A ver si machacan a estas turbas que no hacen más que reventar la paz y el orden social”, había pedido a las 21:36 horas otro policía local cuya inicial de apellido es la C. “Dadme un par de metralletas y se acaba el problema. Jaja. Una ráfaga y corren como conejos”, reclamaba a las 23:16 horas de nuevo el agente P., uno de los más activos de la conversación, en contestación a unas capturas de pantalla que había pasado un compañero suyo.

UN GRUPO COMPUESTO POR 115 POLICÍAS

Los ataques discriminatorios se enmarcan en una cadena de mensajes de unos 5 agentes -3 de los cuales son muy activos- dentro de un grupo genérico de trabajo de la Policía local de Mataró, compuesto por 115 policías -de los 173 que tiene la plantilla actualmente-. Entre ellos hay al menos 3 caporales -mandos de responsabilidad-, uno de los cuales, el agente C., es uno de los policías más agresivos en sus mensajes.

A pesar de que el grupo se creó el 14 de abril del 2017 con fines profesionales, últimamente los agentes administradores del mismo han expulsado a varios miembros y otros, cerca de una docena de policías, han salido de la plataforma por el hastío provocado por los improperios que se vierten en ella. La tensión y los insultos han aumentado notablemente desde el pasado día 14 de octubre, fecha en la que se hizo púbica la sentencia del procés.

A pesar de repetidos intentos, este diario no ha podido contactar con el primer teniente de alcalde y máximo responsable de Seguridad de Mataró, Juan Carlos Jerez, para recabar su versión sobre los mensajes del chat de policías locales del municipio.

"ES COMO EN LA GUERRA"

A lo largo del diálogo antiindependentista entre policías el tono sube al punto de que el agente P. asegura que “no estamos de acuerdo con la violencia, pero si para erradicarla hay víctimas, es como en la guerra: mueren inocentes”. Este mismo policía, además, afirma que él “ponía ya el 155 y el Ejército a la puta calle en Cataluña”.

En un momento de la conversación, a las 23:32 horas del 15 de octubre, un policía alude a la manifestación que horas antes había dado lugar en Mataró. “Hoy cuatro niñatos han cortado la C-32 y no veas el cabreo de los conductores”. A esto, el agente cuya inicial de apellido es la Z. contesta: “La culpa es nuestra. Tal y como entramos a trabajar deberíamos hacer lo de antaño, irnos al bar y arrearnos unas barrechas [una bebida alcohólica] y que los enfadados den ya la cara y empiecen a ponerse firmes y le rompan la cara al que lo joda”.

A pesar del tono elevado en la gran mayoría de mensajes policiales -“pues nada, habrá que detener al cabecilla que los jalea: Torra”, apunta uno; “se tiene que declarar el Estado de Sitio ya”, remarca otro-, una minoría de policías se opone a la utilización del grupo de ‘WhatsApp’ con fines vejatorios.

“Sería de agradecer que las opiniones e insultos y falta de respeto que algunos estáis dando se dieran en los 'Whatsapp' que ya poseéis y no ofende a los participantes. Estaría muy correcto que se pasara información y no opinión. Que quede claro que nadie quiere ninguna alteración del orden, que nadie quiere ninguna agresión a nadie, pero ha habido insultos, faltas de respeto a otras personas”, argumenta un agente disidente, al que secunda otro en el mismo sentido: “¿No creéis que hay compañeros que ya estamos un poco hartos de insultos y falta de respeto?”.

Ante mensajes de ese tenor, los agentes incendiaros aluden a su libertad de expresión; en un caso, incluso, uno de los policías que pide respeto es respondido por el agente P. con un “estás turbio por los independentistas” y un “te perdono porque no tienes la mente normal”. “Espero que ningún padre policía tenga la mala suerte de enfrentarse a un hijo adolescente en una de estas revueltas”, zanja otro agente.

SEPARACIÓN DEL SERVICIO

La Ley 16/1991, de 10 de julio, de las Policías Locales de Cataluña, señala en su artículo 10.1.b) que uno de los principios básicos que deben guiar las acciones de los policías locales de Cataluña es actuar “con absoluta neutralidad política e imparcialidad y, en consecuencia, sin discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Siguiendo dicho principio, la citada ley comprende como “faltas muy graves” las actuaciones que signifiquen “discriminación por razón de raza, sexo, orientación sexual, religión, lengua, opinión, lugar de nacimiento, vecindad o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”, así como “cualquier actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria que implique violencia física, psíquica o moral”.

A las citadas faltas, expuestas en el artículo 48 del texto legal, van aparejadas sanciones -indicadas en el artículo 52- como la separación del servicio o la suspensión de funciones, por más de un año y menos de seis, con pérdida de las retribuciones.

EL PRECEDENTE DE MADRID

Dos años atrás, en Madrid se hizo público un caso similar en que los agentes insultaban y amenazaban a la alcaldesa Manuela Carmela en un grupo de WhatsApp. En aquella ocasión, el juez archivó el caso por considerar que, al no mediar publicidad de los mensajes, no concurrían los delitos de odio o de injurias tipificados en el Código Penal.

Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid también acabó archivando el expediente por la vía administrativa.