Como hicieran sus dos antecesores en la presidencia de la Generalitat (Artur Mas y Carles Puigdemont), Quim Torra ya tiene su fotografía en Palau con los alcaldes soberanistas de Cataluña. El tercer acto de estas características desde el 2014 siguió el ritual de los anteriores, en forma de cierre de filas del municipalismo independentista con el Govern, pero tuvo varias diferencias significativas. Una, la ausencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que sí secundó la cita en el 2017. Y dos, que los actos de Mas y Puigdemont precedieron a dos momentos álgidos del procés: la consulta del 9-N y el referéndum del 1-O. Hoy, sin embargo, el secesionismo no tiene fijada otra fecha clave en el calendario, aunque Torra insistió en su intención de volver a ejercer la autodeterminación, sin concretar ni cómo ni cuándo.

Más de 800 ayuntamientos y entes comarcales entregaron al jefe del Govern las mociones que han aprobado contra la sentencia del procés y en apoyo de los «presos políticos y exiliados», y defendieron la necesidad de «hacer autocrítica», al tiempo que reivindicaron el carácter «cívico y pacífico» del movimiento soberanista.

«El rechazo a la represión y a la sentencia debe ser implacable, pero no es suficiente. Ahora más que nunca no podemos desfallecer porque estamos en un momento clave y solo juntos tendremos la fuerza suficiente para acabar lo que empezamos», recalcó ante los representantes municipales, entre los que no se encontraba Colau.

El presidente de la Generalitat aseguró que llegarán «tan lejos como la gente quiera» y defendió que seguirán adelante hacia el derecho de autodeterminación. Lo dijo al llegar a la manifestación en la calle Marina.

El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, sí quiso precisar que ese ejercicio de la autodeterminación solo puede pasar por la celebración un «referéndum reconocido», marcando distancias con los tentados de regresar a la vía unilateral.

Otra ausencia destacada fue la del conseller de Interior, Miquel Buch, a quien le pudieron pitar los oídos durante el acto. El presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Josep Maria Cervera, reclamó «no huir de la crítica cuando toca, sino reforzarla». «Sin demora, es preciso hacer autocrítica y excluir elementos de nuestra policía que no nos identifican y nos avergüenzan, para ser más fuertes e ir más unidos», señaló en referencia a la controversia por las cargas policiales durante los altercados de los últimos días.

Algún alcalde de la CUP criticó «la represión» por parte de Mossos y Policía.