Candidato de Más País a las elecciones generales. Con 35 años de edad, el politólogo Íñigo Errejón (Madrid, 1983) ya ha fundado dos partidos y ha sido diputado en el Congreso y en la Asamblea de Madrid. Uno de los «padres» de Podemos, ahora rival de la formación de Pablo Iglesias, recorre estos días España tratando de dar a conocer la plataforma territorial Más País, creada para «desatascar» el bloqueo en el que está inmersa la política estatal desde hace más de un año.

­- ¿Es Íñigo Errejón la «nueva esperanza blanca de la política española» como en su día le definió su excompañera de Podemos Victoria Rosell?

- ¿Eso dijo Victoria Rosell? (pregunta sonriendo). En realidad nosotros no hemos inventado la pólvora. Hemos irrumpido para que pase una cosa muy sencilla, que la sensatez y el pragmatismo permita que lo que los ciudadanos voten y conviertan en leyes y en gobiernos al servicio de la ciudadanía. Yo no reclamaría el copyright, eso lo hacen todos los días los españoles, llegar a acuerdos menos los dirigentes de los partidos políticos progresistas que nos han obligado a ir a unas segundas elecciones que constituyen un regalo para las derechas, para el PP, en menor medida para Ciudadanos y, sobre todo para Vox. Puede que haya mucha gente enfadada, harta, que creyera que su voto no se había respetado y que ahora no fuese a votar porque «yo ya voté’» ya hice mi trabajo y vosotros no. Para que esa gente tenga una opción de votar progresista y desencallar la situación, para eso hemos tenido que dar un paso adelante. Me indigna el lema de Pedro Sánchez con «Ahora sí». Y ¿antes no? Hace falta una opción política que cuando tenga que elegir entre los intereses de la ciudadanía y sus siglas, elija siempre los intereses de la ciudadanía. Entre el partido y el país, elija siempre el país.

- Estos días ha afirmado que lo prudente no era que Más País se presentara a las elecciones del 10-N. Después le han acusado de oportunista y irresponsable por dividir más el voto de la izquierda. ¿Solo un buen resultado le salvará de la hoguera?

- Somos muy dados a hacer hogueras y piras. Eso es lo de menos. Si a uno le da miedo que le critiquen no debería estar en política. Le debe dar miedo no cambiar las condiciones de vida de la gente que le rodea, como las camareras de piso que trabajan por 2,5 euros limpiando habitaciones. Esas personas no pueden esperar una repetición electoral, necesitan ya que se garanticen las mismas condiciones de trabajo, seas de una subcontrata o de una plantilla fija. En España se nos da genial, pero la política del zasca no da soluciones a los parados de larga duración y consigue reducir el precio de los alquileres. El miedo no es la crítica, es que seamos inútiles.

- El «efecto Errejón» tuvo eco durante unos días, con encuestas que le eran muy favorables, pero un mes después parece que se ha desinflado la euforia. A este paso, ¿teme que esta campaña corta se le haga larga?

- Hay un respuesta más técnica y otra política. La más técnica es que nos están valorando con encuestas que pensaban que nos íbamos a presentar por todo el territorio nacional y ahora lo hacemos en 18 provincias de 50. Yo libré en mayo unas elecciones autonómicas y días antes de votar nos daban entre el 7% y 8% pero luego sacamos el 15%. No quiero atacar a las encuestadoras pero las formaciones políticas nuevas a veces se pasan un tiempo bajo el radar de las encuestadoras. Yo creo que vamos a tener dos cosas: un grupo parlamentario muy importante de Más País y una contribución decisiva a que haya un gobierno progresista.

- El objetivo principal de Más País es facilitar el desbloqueo político y que haya gobierno progresista. ¿Votar a Íñigo Errejón es votar a Pedro Sánchez?

- No, primero porque Pedro Sánchez no ha aclarado si quiere coquetear con Pablo Casado. Con Albert Rivera ya no le van a dar los números. La solución es un acuerdo de gobierno progresista, que se resume en tres tareas fundamentales. Uno, combatir la violencia machista que es una lacra machista, contra la que no hay que poner lazos, hay que poner dinero, recursos para que dejemos de pasar esta vergüenza de 49 mujeres asesinadas. Dos, la UE pone el Mediterráneo como ejemplo de emergencia climática y, por desgracia, no nos faltan ejemplos estos días. En la Vega Baja resuena mucho este mensaje, porque combatir el cambio climático no es solo pensar en los osos polares, es limpiar el cauce de los ríos. Y tres, si es verdad que va a venir una crisis, nos debe coger con los deberes hechos, con más protección para las familias y más servicios públicos. Nuestros diputados va a votar un gobierno progresista. Es un gesto de honestidad. Y le pedimos a Pedro Sánchez que lo aclare. Y además, los dirigentes de Unidas Podemos tiene que decir que si el número de ministerios que les ofrecen no es el que les acaba gustando y vamos a tener que ir a unas terceras elecciones.

- Puestos a facilitar la gobernabilidad, si la izquierda no suma, ¿acepta un pacto PSOE-CS?

- A Ciudadanos no le van a dar los números. Las encuestas varían mucho pero todas dibujan una tendencia donde los votos progresistas dan. Y si dan, que alguien me explique por qué los socialistas prefieren otra cosa. Pero es que además, Ciudadanos decidió otra cosa: ser el compañero de viaje de Vox, que ya parece que les adelanta. Es su triste destino.

- ¿Ya no descarta ser ministro?

- (Sonríe) Me lo preguntaron a las 7.30 de la mañana en una entrevista y dije que no descarto nada. Pero el Partido Socialista no debería confundirse con nosotros. El maldito juego de las sillas y los sillones nos ha llevado al bloqueo político, ese no es el camino No quiero entrar en ese juego, lo primero que tiene que hacer el Gobierno es ponerse a trabajar. En algún momento se puso el carro delante de los bueyes, yo no, pero se pusieron a discutir antes qué posición ocupaba cada uno en lugar de qué tenía que hacer el gobierno. Esto no va de baile de sillones, va de voluntad política.

- Íñigo Errejón habla catalán, además de inglés, italiano y español. ¿Pero entiende usted al dividido pueblo catalán? ¿Qué puede aportar para solucionar un problema que está condicionando toda la vida política en España, además, por supuesto, de la campaña electoral?

- Es fundamental que nos posicionemos sobre la crisis política en Cataluña, pero Cataluña no es el único problema que tiene España. Llevamos demasiado tiempo discutiendo solo sobre un problema que nos impide hablar de cualquier otra cuestión territorial. Respecto a Cataluña, voy a ser honesto. El problema no tiene una solución inmediata, creo que es un problema de largo recorrido, donde hay que reconstruir puentes y la posibilidad de entendimiento entre personas que piensan muy diferente. Se equivoca quien piense que se soluciona solo enfrentado a ambas partes. Tiene que haber un acuerdo mayoritario entre catalanes, que luego hay que refrendar en su relación con España. Y deseo que sea de convivencia por mucho años.

- No puso peros a la exhumación del dictador Franco en plena precampaña. ¿El hecho, sacar al dictador del Valle de los Caídos, es más importante que el momento, en jornadas previas de acudir a las urnas?

- Intentaba poner mirada larga. Dentro de un tiempo, nadie se acordará qué pasó en esa fecha, se acordarán que lo sacamos, en mi opinión, con 40 años de retraso. Y espero que recuerden que sacar a Franco no fue una medallita electoral, espero que nadie se confunda, es una deuda con los demócratas de este país, es el primer paso de un proceso de normalización democrática para que los que tienen familiares enterrados en cunetas puedan ir a llorarlos, para que los bienes robados por la familia del dictador vuelvan al patrimonio público.