El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, aprovechó ayer el encuentro confederal de Unidas Podemos celebrado en Madrid para sacar pecho por las reformas ya realizadas en los pocos Consejos de Ministros de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y augurar al Ejecutivo «muchos años» en el poder, si la «errática» oposición de «ultraultraderecha» sigue empeñada en hablar de «Cubazuela del norte».

«Estamos dando una imagen de solidez del Gobierno que quizá algunos no se esperaban. Es un gobierno fuerte y unido que no va a regalar ni medio flanco al ataque de la ultraderecha y ultraultraderecha», dijo Iglesias antes de declararse «moderadamente satisfecho con los primeros compases» del Ejecutivo.

A un mes de la Asamblea Ciudadana, en la que ya no participarán los Anticapitalistas, el acto se centró en la defensa de la propia «unidad y fortaleza» de Unidas Podemos. Refozaron esa idea el líder de Izquierda Unida y ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuya lealtad Iglesias anunció que devolverá, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en nombre de los Comunes.

En ese contexto, la enumeración de la labor del Ejecutivo pareció responder a un intento del vicepresidente de atribuírsela, pero solo lo expuso sin ambajes con dos leyes: la relativa a los abusos sexuales y la que luchar contra cualquier forma de violencia contra la infancia.

Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, destacó la importancia de que se haya producido «el primer gobierno de coalición desde la República», que trabaja para «desjudicializar la política» y apostar por el diálogo, frente a «la polarización infame» y a los gobernantes «pésimos» que se han empeñado en «caricaturizarlas». ÁNGELES VÁZQUEZ