La mujer del exministro Eduardo Zaplana, Rosa Barceló, una de las hijas de ambos, María Zaplana, y su marido, el empresario Luis Iglesias, han declarado este martes ante la juez del ‘caso Erial’ que investiga el presunto cobro de comisiones ilegales del político murciano cuando era president de la Generalitat valenciana y el blanqueo de las mismas, delitos que se les imputan a los tres familiares del exdirigente del Partido Popular.

En el caso de María Zaplana y su marido, los investigadores tienen el foco puesto en la repatriación de 2,2 millones de euros desde Suiza, uno de los países en los que el expresident tenía sus fondos según la investigación, justo unos días antes de empezar a pagar el alquiler de un lujoso piso en València para Zaplana y Barceló. En ese céntrico piso fue detenido el 22 de mayo de 2018.

En su primera declaración, ambos aseguraron que ese dinero traspasado entre dos cuentas propias eran rentas del empresario, reconocieron que se habían hecho cargo del pago del alquiler durante casi tres años y que no se lo habían reintegrado. Ese dinero habría ido también a otras cuentas supuestamente vinculadas a Iglesias y habría servido para otras operaciones inmobiliarias.

También está citada este martes ante la jueza, Mitsuoko Hernández, la exsecretaria personal de Zaplana, que según detalló Fernando Belhot, el confeso testaferro del exministro, era la receptora habitual del dinero repatriado en efectivo para evitar que lo fuera el exministro directamente.

La declaración de Belhot, que pasó de investigado a testigo tras su pacto con la Fiscalía para delatar a Zaplana, ha sido clave para desenmarañar el sistema creado por el expresident y sus colaboradores para mover el dinero en el extranjero y en el caso del político para repatriarlo.

Antes de ese pacto, la UCO consiguió grabar varias conversaciones entre Zaplana y el testaferro uruguayo y en al menos una de ellas había también una referencias a Iglesias.

"Mi yerno el otro día me propuso un par de cosas y van saliendo cosas, pero yo creo que en este momento hay que parar", le decía Zaplana al testaferro en abril de 2018.

INSTRUCCIÓN SECRETA

Tras el parón que se vivió por los efectos del COVID 19, la instructora retomó la semana pasada la segunda de declaraciones a los investigados pero lo hizo después de abrir una nueva pieza secreta del caso ante los nuevos informes que le aportó la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.

De hecho, hace apenas unos días la UCO puso en marcha una nueva operación que se saldó con la detención de un empresario de Ibiza, que podría haber ayudado a Zaplana a blanquear el dinero pero también con el registro de la casa del exconseller valenciano Fernando Castelló, que también está ya investigado en la causa y del que dependía orgánicamente la adjudicación del Plan Eólico de 2003 que estaría detrás de parte de las presuntas ‘mordidas’.