Concluido el informe de la Fiscalía, les llegó el turno a las 14 acusaciones particulares personadas en el procedimiento seguido contra los acusados de los atentados del 17-A. Algunas se adhirieron a la petición de pena fiscal y se limitaron a reclamar la declaración de víctima del terrorismo de sus representados, mientras que otras, como la ejercida por algunos de los mossos que resultaron heridos en la segunda explosión de Alcanar mientras inspeccionaban los escombros, reclamaron que también se les condenaran por los asesinatos cometidos con los atropellos de La Rambla y Cambrils.

La letrada Mònica Fanlo, en nombre de estos agentes, se distanció del criterio del ministerio público y sostuvo que nunca se rompió la unidad de acción, única circunstancia que serviría, según su criterio, para librar a los acusados de las consecuencias de los atropellos, por los que la fiscalía no les acusa al entender que la explosión de Alcanar les hizo improvisar los planes y ni el herido en el chalet, Mohamed Houli Chemial, ni Driss Oukabir pueden ser responsables de las muertes posteriores. El tercer acusado, Ben Ben Iazza, se enfrenta únicamente a colaboración.

Atentar como se pueda

La letrada sostiene que la célula terrorista "tenía tan interiorizado el plan que la explosión de Alcanar les hizo seguir con el camino de sembrar el terror como marcaba Daesh" y se prepararon "para atacar a sus enemigos donde y cuando pudieran". En este sentido, recordó una las máximas del terrorismo yihadista que proclama que "si no eres capaz de encontrar una bala", atropella, acuchilla o envenena al enemigo.

Como habían sido instruidos así durante mucho tiempo, con la planificación previa y un "convencimiento pleno de una acción suicida" se "fueron a Cambrils a sembrar el terror" de "una forma sencilla y barata", que sirvió de modelo para otros atentados. Por eso, deben ser también condenados por los asesinatos consumados e intentados.

A continuación, le llegó al turno a la acusación que representa a un ciudadano italiano que murió en La Rambla, al ponerse por delante de sus hijos para protegerles del embiste de la furgoneta que conducía Youness Abouyaapoub. Ignacio Fuster Fabra se permitió recordar al presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, el juicio del 11-M para que restara credibilidad a la versión de Oukabir sobre que consume alcohol y drogas para negar cualquier relación con la célula terrorista.

Desde casa

La vista, que está señalada hasta este jueves, estuvo a punto de ser suspendida esta mañana al haber dado positivo por covid la abogada de Houli, lo que le impedía desplazarse a la sede de San Fernando de Henares (Madrid) de la Audiencia Nacional. Finalmente se acordó que seguiría la sesión desde su domicilio, por lo que la sesión pudo continuar.