Pasados muy pocos minutos de las cinco de la tarde comenzó en la sede central de la EMA, Agencia Europea de los Medicamentos, la esperadísima rueda de prensa que diese una respuesta a las dudas sobre la vacuna de AstraZeneca, pero desde el punto de vista científico.

Los políticos ya habían hablado desde finales de la pasada semana y habían ido tomando sus decisiones, y ahora le tocaba a la ciencia decir lo que ellos piensan de esta vacuna después de un minucioso análisis.

No es, claro, una afirmación definitiva porque en la ciencia no existen ni el riesgo cero ni la seguridad absoluta. Pero es un dictamen basado en el análisis y en el estudio.

La primera en tomar la palabra fue Emer Cooke, directora Ejecutiva de la EMA, quien afirmó que los científicos no han llegado a la conclusión de que la vacuna de AstraZeneca esté relacionada con los casos de trombosis analizados, y que la consideran «una opción segura y eficaz para proteger a los ciudadanos de la Covid-19».

A continuación tomó la palabra Sabine Straus, presidenta del Comité de Seguridad de la Agencia Europa del Medicamento (EMA), quien explicó que «los beneficios de esta vacuna son superiores a los riesgos» para añadir a renglón seguido que por los datos que se tienen no se puede «determinar con certeza si estos casos de trombosis han sido causados por la vacuna o no.

Con todo, y como siempre, la EMA promete seguir vigilantes y reportar cualquier posible efecto secundario de la vacuna que pueda aparecer, con el objetivo de mantener siempre la seguridad.

Acaba una semana de tensión

Con estas palabras la EMA ha dado por terminada una semana convulsa en la que varios países decidieron incluso suspender a administración de la vacuna. Y lo ha hecho después de haber analizado los casos de trombosis sufridos por personas a las que se había administrado la vacuna de AstraZeneca.

¿Qué es lo que estaba ocurriendo?

Hace sólo un par de días en BuscandoRespuestas, y a raíz de la nota lanzada por la Sociedad Española de neurología, intentamos explicar con rigor y sencillez qué es y cómo se puede reconocer la tan comentada trombosis de senos venosos cerebrales.

Para empezar es importante decir que se llama trombosis a cualquier situación en la que el paciente presenta un trombo o un coagulo sanguíneo que impide o dificulta la circulación de la sangre.

Si estamos hablando, como es el caso alrededor de la vacuna de Oxford AstraZeneca, de la trombosis de senos venosos cerebrales, se denomina así porque este trombo se localiza en el sistema venoso del cerebro.

La Sociedad Española de Neurología informa de que estamos hablando de una enfermedad cerebrovascular poco frecuente en España, y las estadísticas consideran que su incidencia en nuestro país se sitúa en torno a 1 o 1,3 casos por cada 100.000 habitantes al año.

Sobre los grupos de población que pueden verse afectados por esta dolencia, la SEN deja claro que «puede afectar a cualquier grupo de edad, aunque es ligeramente más frecuente en mujeres y pacientes jóvenes».

Y sobre las causas, dentro de los factores de riesgo específicos por sexo están los anticonceptivos orales, el embarazo y el uso de las terapias hormonales.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de neuroimagen como el TAC y la Resonancia Magnética.

Cómo diferenciar esta trombosis de una cefalea fuerte

Sobre los síntomas y la manera de diferenciar un dolor de cabeza normal, por fuerte que sea, de una trombosis de senos venosos, el Doctor y presidente de la Sociedad Española de Neurología, José Miguel Láinez, explica que «el síntoma más frecuente es la cefalea. Está presente en nueve de cada diez personas que padecen esta enfermedad».

Pero no es la única manera de reconocer la trombosis de senos venosos cerebrales. La gran mayoría de los pacientes describen que este dolor de cabeza suele ir acompañado de otros síntomas similares a los de un ictus, como pueden ser las dificultades de visión en forma de lo que los especialistas llaman déficits focales, pérdida de fuerza o de sensibilidad mantenida, alteración del habla… y también puede ir acompañado de otros síntomas como vómitos, crisis epilépticas, o rigidez cervical.

Además de estas alteraciones que no son habituales y que ya podrían ser decisivas a la hora de sospechar o identificar esta dolencia, la Sociedad Española de Neurología explica que el dolor de cabeza que genera una trombosis de senos venosos cerebrales es muy característico:

Llegado este punto la situación clínica es suficientemente alarmante y, a igual que ocurre con todas las enfermedades cerebrovasculares, se trata de una emergencia neurológica.

Así que debemos llevar al paciente al médico lo antes que sea posible, porque cuanto antes pueda comenzar a tratar al paciente, menores serán las consecuencias negativas de este cuadro.

En cuanto al tratamiento de elección, la SEN explica que lo más habitual suele ser el uso de fármacos antitrombóticos, aunque «en casos más graves, la trombectomía endovascular y la trombólisis también son opciones que pueden resultar de mucha utilidad para eliminar el trombo».

El Doctor José Miguel Láinez explica las consecuencias que puede dejar esta afección en el paciente:

«Solo en los casos graves en los que se demore el tratamiento, puede generar discapacidad o tener un desenlace fatal. Además, en los últimos años, gracias también en parte a que la mayoría de los casos de trombosis de senos venosos cerebrales llegan a los hospitales a través del Código Ictus, la agilidad en la atención de estos pacientes es cada vez más rápida y el pronóstico de esta enfermedad cada día se muestra más favorable».

En España, la recuperación tras una trombosis de senos venosos cerebrales es completa en aproximadamente un 80% de los pacientes y solo un 5% desarrolla algún tipo de secuela severa.

Así que según nos explican los expertos en esta materia, podríamos afirmar que el pronóstico de esta enfermedad es mucho más favorable que lo que ocurre con otro tipo de enfermedades cerebrovasculares.