Las personas procedentes de zonas de riesgo de Francia que lleguen a España vía terrestre deberán disponer de una PCR u otra prueba diagnóstica para coronavirus, con resultado negativo y realizada en las setenta y dos horas previas a la entrada, como ya se exige a los que llegan en barco o avión.

Quedan excluidos de la obligación de presentar esta prueba los menores de seis años, los camioneros en el ejercicio de su actividad profesional, los trabajadores transfronterizos y los residentes en zonas fronterizas, en un radio de 30 kilómetros alrededor de su lugar de residencia.

Así se recoge en una orden del Ministerio de Sanidad, que publica este sábado el Boletín Oficial del Estado (BOE), que califica la medida de "urgente y necesaria" ante la situación epidemiológica.

Además, justifica que es "proporcional", en cuanto a que es "plenamente adecuada para alcanzar la finalidad perseguida, que es precisamente evitar la transmisión del coronavirus y sus dichas variantes en nuestro país".

Esta nueva exigencia llega en medio de la polémica por las fiestas ilegales y el denominado "turismo de borrachera", que tiene el foco puesto en los turistas franceses ya que, según fuentes policiales, los jóvenes de esta nacionalidad son los extranjeros que participan en mayor medida en fiestas ilegales.

La medida entrará en vigor a los tres días de su publicación en el BOE y se mantendrá hasta el Gobierno declare la finalización de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.