Los presuntos testaferros de Eduardo Zaplana llegaron a movilizar alrededor de 20 millones de euros en varias cuentas de bancos andorranos, según concluyen los investigadores del caso Erial. Parte de ese dinero nutría de metálico a los supuestos testaferros del exministro de Trabajo que presuntamente también se habría beneficiado. Otra parte viajaba de empresa en empresa (con sedes en Panamá, Holanda, Suiza...) en busca de inversiones que no siempre fueron fructíferas ya que, en algunos casos, fueron una ruina para los gestores de la supuesta fortuna oculta.

El rastreo exhaustivo de todos estos movimientos dinerarios ya está a disposición de los investigadores del caso Erial en un informe elaborado por los agentes de la unidad de delitos contra la administración de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. El Juzgado de Instrucción 8 de Valencia y la Fiscalía Anticorrupción deberán decidir ahora las consecuencias de este rastreo exhaustivo y si deciden nuevas citaciones.

De parte del dinero rastreado se desconoce, por ahora, su procedencia. Se trataría de 9,8 millones de euros de los que no se ha podido acreditar el origen cierto. Desde que se abrió la causa se ha especulado con la posibilidad de que esta cantidad de dinero procediera de las presuntas mordidas pagadas durante la construcción de Terra Mítica, el parque temático de Benidorm que inauguró la ruinosa etapa de los grandes eventos.

Del resto del dinero, la UCO de la Guardia Civil ha acreditado las idas y venidas con la empresa creada por la familia Cotino en 2001, Imison International. Esta empresa se creó el 9 de mayo de 2001. Yuno de sus los primeros fondos de los que se nutrió esta mercantil fueron los 600.000 euros que Juan Cotino transportó en mano (cuando era director general de la Policía)hasta Luxemburgo y que justificaron ante las autoridades luxemburguesas como procedentes de la venta de participaciones de un campo de golf en España.

Empresa que cambió de manos

El Juzgado de Instrucción, la Fiscalía Anticorrupción y la UCO de la Guardia Civil han acreditado que Imison International llegó a movilizar fondos por valor de 11,2 millones de euros inyectados, supuestamente, por la familia Cotino.

El clan familiar hizo el negocio redondo al revender las zonas de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV) y las tres del Plan Eólico que les adjudicó la Generalitat y ganar 86.511.400 euros: 37 millones por la venta de su empresa de las ITV y 48,5 millones por la del Plan Eólico . El 12 % de estos ingresos acabó en el entramado de empresas del clan Zaplana que pasó a controlar Imison International a partir de 2005. De hecho, uno de los presuntos testaferros de Zaplana y amigo de juventud, Joaquín Barceló, era el representante legal ante la Agencia Tributaria de Imison International.

Parte de este dinero que viajó desde València a Luxemburgo y finalmente a Andorra se volatilizó en inversiones fallidas, según consta en el sumario del caso Erial. Parte del dinero "se invirtió en un banco griego que quebró". Otros 500.000 euros se destinaron a la compra de terrenos en Panamá en 2008 que resultó una estafa porque el dinero "se pulverizó". Los testaferros de Zaplana también llegaron a adquirir acciones de National Geographic en España, pero la inversión también se perdió por "mala administración".

Otros 2,2 millones de euros se repatriaron desde Luxemburgo y Andorra a la Comunitat Valenciana para negocios inmobiliarios a través de cuatro sociedades interpuestas creadas por Barceló y el asesor fiscal y otro de los presuntos testaferros de Zaplana, Francisco Grau. Barceló adquirió dos parcelas en el plan parcial 15 Poble Nou de la Vila-Joiosa destinadas a uso residencial y hotelero. El sumario de Erial recoge grabaciones en las que los miembros de la trama Erial dedican horas y horas a negociar la venta de la parcela hotelera, de la que pretendían obtener 2,4 millones de euros y buscar la fórmula para eliminar la reserva obligatoria de VPO.

Por último, las cuentas andorranas también suministraban dinero en metálico al clan Zaplana. La UCOde la Guardia Civil acredita en el informe que se realizaron «operaciones asociadas con dinero en efectivo» por más de 7 millones de euros.