El juez de la Audiencia Nacional que investiga la operación Kitchen preguntó en noviembre de 2020 a Sergio Ríos, quien fuera chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas y captado como confidente policial para ese operativo, si opinaba que había relación entre el hecho de que le llamaran desde el PP en 2013 para que fuera el conductor del extesorero y su captación por la trama. Después de que éste respondiera que "las casualidades no existen", el juez entonces reflexiona que, "de ser así, está claro que se monta el asunto desde el partido -PP-, no desde el Ministerio del Interior".

En las grabaciones de audio de la pieza que hasta esta semana estaba secreta y en los que se recogen las dos declaraciones voluntarias como imputado de Ríos ante el juez, a los que ha tenido acceso Europa Press, éste relata cómo empezó a trabajar para la familia del extesorero en 2013, por una llamada de un compañero que trabajaba en la Dirección de Seguridad del PP, y apunta que al tiempo y tras un primer contacto infructuoso con el que fuera jefe de la UCAO el comisario Enrique García Castaño, decide colaborar con el comisario José Manuel Villarejo porque se lo pide su "admirado" Andrés Gómez Gordo -policía de la máxima confianza de María Dolores de Cospedal-.

En los primeros veinte minutos de declaración, el abogado le hace recordar los distintos motes que usaban para referirse a distintas personalidades, así enumera que 'el asturiano' era Francisco Álvarez-Cascos, que 'Andy' era Andrés Gómez Gordo, que 'la enana' era Soraya Sáenz de Santamaría, que 'la rubia' era Esperanza Aguirre y que 'el barbas' era Mariano Rajoy, por aquel entonces presidente del Gobierno. De todos ellos, Villarejo le reclamaba saber si Bárcenas hablaba de ellos.

En un momento dado, mientras explica cómo transcurrió la primera reunión con Villarejo en la terraza de un McDonalds de Madrid, el juez interrumpe el interrogatorio para preguntarle si visto ahora con la perspectiva del tiempo creía que había conexión entre su fichaje como chófer y su captación por Villarejo para cooperar en esa operación que buscaba encontrar capitales de Bárcenas. Ríos, que en algún momento ya había destacado que estaba "nervioso", aseveró que él actuó de buena fe.

Pero el juez insiste: "¿Ahora ve claro que al final podíamos denominarlo un montaje organizado para que vaya a un sitio concreto que sería con Bárcenas, y luego se cierra el círculo para obtener la información que quieren? Es decir, el punto uno conectado indefectiblemente con el dos". A lo que Ríos responde que si lo que le pregunta es que si tiene cada vez más claro que le buscaron "aposta", la respuesta es sí. "No tengo pruebas señoría. Pero señoría, no creo en las casualidades", añadió.

Por lo demás en esa primera jornada de declaraciones, Ríos comentó que se reunió unas 25 veces con Villarejo -quien le hacía llamarle 'Tomi', otras seis con García Castaño -que era más técnico-, y que en total llegaron a entregarle por sus funciones de confidente unos 48.000 euros. De la primera reunión con Villarejo recordó que le manifestó la importancia del operativo, que el encargo era "judicial", llegó a mencionarle el nombre del juez Pablo Ruz, y que sabían que Bárcenas ocultaba una fortuna por lo que había interés en detectarla, además de localizar a testaferros.

Villarejo también le transmitió que no debía obstaculizar como chófer los seguimientos a Bárcenas, y es que él solía tratar de perder a los que les seguían saltándose semáforos o echando fotos a matrículas.

A preguntas de su abogado, el ahora policía, respondió que Villarejo le preguntaba por los comentarios o contactos que pudiera haber tenido Bárcenas en relación a la entonces cúpula del PP, por ejemplo sobre Cospedal -secretaria general del PP por aquel entonces-, Sáenz de Santamaría, Rajoy o Cospedal.

Por otro lado, Ríos comentó ante el juez y fiscales que estos comisarios no fueron los primeros que contactaron con él, ya que cierto día un tipo que se identificó como guardia civil pero sin enseñarle placa le invitó a un café, pero él se evadió porque no se fio. Más tarde un amigo de la infancia le explicó que le citaron de Asuntos Internos cerca de la comisaría de Canillas y le preguntaron sobre él.

Una vez que entró en el juego de Villarejo, éste en otra reunión le puso al día del argot policial, le dio un 'canuto' (un móvil) con el que debían comunicarse, le contó cómo iban a funcionar y le subrayó que todo el operativo "era auspiciado por el Ministerio del Interior".

Preguntado por su abogado sobre qué tipo de información le requería el comisario, éste respondió que todo "lo que le pudiera contar de lo señores", desde el día a día hasta los contactos, las llamadas o las reuniones. "Era objetivo de la investigación todo lo que pudiera captar o escuchar en mi trabajo", apostilló.

Manifestó que Villarejo o García Castaño le referían que "despachaban con el Ministerio del Interior y con la Secretaría de Estado de Seguridad. "Hablamos de Jorge Fernández Díaz del secretario de estado y del DAO", recordó, para luego relatar una escena que vivió con Villarejo, cuando en una ocasión le dejó a las puertas del ministerio "y entró del tirón sin acreditarse".

Encuentro entre Bárcenas y Arenas

En el segundo día de declaración se le pregunta a Ríos por las anotaciones aparecidas en varias agendas que se le incautaron, entre ellas en una donde se hablaba de la compra de un billete con dirección a Sevilla.

En este punto, el testigo explicó que se refería a un viaje de Luis Bárcenas a Sevilla para encontrarse con el exministro y ex dirigente popular Javier Arenas. Como el apunte aparece en una fecha en la que el ex tesorero ya estaba en prisión, a preguntas del fiscal el ex chófer explicó: "Seguramente la señora me lo comentó y yo lo apunté para comentárselo a los comisarios".

En otro momento de su declaración, y a preguntas de su abogado, Javier Vasallo, Ríos admite otro tipo de intereses del grupo de policías que le captó que exceden al matrimonio Bárcenas, como es la entrega de un pendrive con vigilancias en la puerta del abogado de Bárcenas que entonces era el ex juez Javier Gómez de Liaño.

No obstante, ha añadido que le pedían información "de cualquier cosa que hubiera en el coche (por documentación que portara su jefe), como sobre Fundescam, sobre la financiación de la campaña de Esperanza Aguirre, de senadores como el hermano del propio Bárcenas o Javier Sánchez Lázaro --quien ayudó económicamente al matrimonio tras ser embargados--.

"Me preguntaban insistentemente sobre la secretaria general -Dolores de Cospedal-, si había escuchado algo del presidente o algo de la financiación de la boda de la hija del señor Aznar o de los negocios del señor (Alejandro) Agag, si había escuchado algo", añadió, momento en el que el juez manifestó su sorpresa por esta deriva respecto del encargo inicial.

En este segundo día de declaración, Ríos también fue cuestionado por los ocho móviles encontrados en su casa, de los que reconoce que tres se los entregaron los comisarios Villarejo y García Castaño mientras el resto eran de sus hijos o antiguos de su exesposa.

El ex chófer reconoce otros apuntes de sus agendas relativos a encuentros que Rosalía Iglesias, tras la encarcelación de Bárcenas, mantenía con periodistas de los que él informaba a los agentes, siempre en el convencimiento de que colaboraba en una operación legal. Lo que no reconoce y califica de "falso" es el hecho de que facilitara al comisario Andrés Gómez Gordo el teléfono de Luis Bárcenas para que se descargara, un punto que según el fiscal ha sido corroborado por otro de los acusados y dos testigos, los agentes que participaron en el volcado de los dispositivos.