Entrar en el aeropuerto de Kabul resulta casi imposible. Miles de personas se agolpan ante sus puertas con la esperanza de alcanzar alguno de los pocos aviones que siguen despegando. En una de las avalanchas que se han desatado para intentar alcanzar las aeronaves, un colaborador afgano evacuado por España perdió a una de sus hijas, según informó este viernes la ministra de Defensa, Margarita Robles. El hombre, que logró subir a bordo del segundo avión fletado por España junto al resto de su familia, se separó de ella al intentar acceder al aeropuerto y no volvió a verla.

Robles explicó este viernes en una entrevista en RNE que historias como esta muestran el "caos" que se está viviendo en la capital de Afganistán, donde más allá de los límites del aeropuerto gobiernan los talibanes. La responsable de Exteriores también narró como un comandante del Ejército español veía "a lo lejos" a los traductores afganos con los que había trabajado, pero hasta los que no pudo llegar. "Era imposible, ni los intérpretes podían dar un paso a la puerta, ni nosotros podíamos hacer nada para ayudarles porque era una multitud, una avalancha", relató.

Las complicaciones de acceso al aeropuerto, detalló la responsable de Defensa, dificultan llenar las aeronaves que despegan desde Kabul. "Si no ha entrado más gente en los aviones es porque la situación para acceder al interior del aeropuerto de Kabul es dramática", insistió antes de subrayar que las esperas ante las puerta del aeródromo llegan a prologarse hasta 48 horas.