Ni sorpresas, ni votaciones ajustadas, ni sobresaltos. Ni tan siquiera una gran bronca. La reunión, este miércoles, de la Diputación Permanente del Congreso -el órgano que asume las competencias del pleno en vacaciones-, discurrió con el guion previsto, después de que el Gobierno se aplicara en intentar desactivarla. El PP había registrado 16 peticiones de comparecencia urgente (dos del presidente y, las restantes, de diez de sus ministros), y finalmente solo salieron tres adelante: la de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, para informar de la cabalgada del precio de la luz, y la de los titulares de Exteriores, José Manuel Albares (sobre Afganistán), y de Sanidad, Carolina Darias (para detallar el último tirón del proceso de vacunación). Las tres comparecencias que el Ejecutivo había pedido el lunes por la noche. Es decir, que el Gabinete de Pedro Sánchez se adelantó a la oposición al ofrecer las explicaciones de tres ministros para aguar la cita de este miércoles. Y, a juicio de los socialistas, lo consiguieron, ya que el PP, a lo largo de una sesión de casi siete horas de debate, no logró sumar aliados en las votaciones más allá de Ciudadanos y Vox. Los populares, en cambio, se relamían, porque habían logrado que prosperaran tres de sus solicitudes, cuando en julio no medró ninguna de sus 25 peticiones.

Los tres ministros -Ribera, Albares y Darias- comparecerán entre el lunes y el martes de la próxima semana, dado que el 1 de septiembre arranca el periodo ordinario de sesiones y el Congreso retoma su plena normalidad. A partir del lunes 6, como estaba previsto, acudirán a la Cámara baja, a explicar las líneas maestras de sus departamentos, los nuevos ministros, los que Sánchez nombró en la remodelación de su Gabinete de julio.

De quien el PP no pidió la comparecencia, para dar cuenta de la devolución de menores a Marruecos, fue del responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tal como le reprocharon Vox y Ciudadanos. Ambos partidos aducen que la dirección popular no lo ha hecho porque se lo demandaba el presidente ceutí, Juan Jesús Vivas, que en esta cuestión ha cerrado filas con el Gobierno y ha agradecido en todo momento el apoyo de Sánchez desde el estallido de la crisis migratoria en la ciudad autónoma, a mediados de mayo.