El ‘president’ de la Generalitat, Pere Aragonès, ha afeado este miércoles al jefe de la oposición, el socialista Salvador Illa, la ausencia de una propuesta del PSC para Cataluña". El republicano llevó la mesa de diálogo y negociación al Parlament y señaló que los socialistas no tienen ningún plan y que, "para avanzar", sería bueno que el principal partido de la oposición tuviera uno. "La 'agenda del reencuentro'" en referencia a la sucesión de medidas que quiere impulsar para Catalunya Pedro Sánchez, "está muy bien, y podemos hablar de ella", dijo, pero, añadió "el debate es sobre soberanía". "Me ha decepcionado mucho, pensaba que el gobierno alternativo tendría un plan alternativo. Por los logos y la imagen, propaganda esperaba otra cosa", incidió con malicia. 

"Se cumplen 40 años del restablecimiento de la Generalitat. Restablecimiento significa que se recupera tras ser usurpada", dijo el 'president' apuntando, por tanto, que la autonomía y las instituciones catalanas "no nacen con la Constitución y, por tanto, un debate sobre soberanía no puede tener como límite" la Carta Magna, en respuesta implícita a la ministra Raquel Sánchez quien, en la Festa de la Rosa, en el último fin de semana, puso esa frontera a la mesa de diálogo.

Pese a todo, dijo Aragonès, "el país avanzará porque el Govern continuará con sus proyecto, explorando nuevos espacios para avanzar y resolver el conflicto político con el Estado con nuestra propuesta que es la amnistía y la autodeterminación." 

A sus socios de Junts reiteró que la mesa de negociación "tenía la puerta abierta" para los posconvergentes y señaló que republicanos y posconvergentes debían trabajar conjuntamente "y estoy seguro que lo haremos".

Arrogancia de AENA

Sobre el aeropuerto de El Prat, Aragonès apuntó que las empresas públicas, en referencia a AENAhan actuado con "arrogancia" y que debía volverse a lo acordado el pasado 2 de agosto entre la ministra Sánchez y el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró.

A "los socios del PSC", en referencia a los Comuns, por aquello del pacto de Gobierno en España, les pidió coherencia y que no se ensañaran en una presunta fractura del Govern cuando, en el Ayuntamiento de Barcelona, y sobre El Prat, "la alcaldesa dice una cosa y el primer teniente de alcalde (Jaume Collboni, PSC), otra.

Mantuvo Aragonès, sobre todo tras la templada intervención de Albert Batet (Junts), su política de gestos con los posconvergentes. Incluso defendió a Quim Torra y Laura Borràs de algunas acusaciones, del responsable de seguridad municipal de Barcelona, Albert Batlle, por haber auspiciado, con sus actos pretéritos, la violencia callejera del último fin de semana y también a Jaume Giró, a quien Illa había recordado su currículo en La Caixa y le había dicho que "ahora no hacía falta que fuera el más independentista y el más de izquierdas de la Cámara". Incluso reconoció el papel clave de los independentistas residentes en el extranjero en sus batallas judiciales, de momento todas exitosas frente al Estado.

A la CUP respondió que "veo que hay propuestas nuevas" en referencia a la petición de un referéndum para esta misma legislatura, "pero el acuerdo de investidura dice que lo que dice y nosotros nos mantenemos en él". Incluso insinuó que los anticapitalistas habían actuado con mala fe y solo cara a la galería "porque si no no nos hubiéramos enterado por los medios de su plan, nos la habrían comunicado y negociado", espetó el líder del Executiu. "trabajemos las condiciones, la correlación de fuerzas y ya llegaremos a la fecha, esta es nuestra posición", sentenció.

"Un pacto de investidura", prosiguió, "que a las pocas semanas de acción del Govern presenta un buen grado de cumplimiento y que precisará de unos nuevos presupuestos", la próxima batalla a librar por el Executiu, "para poder satisfacer totalmente".