Pedro Sánchez tendrá, de nuevo, una clausura atípica del congreso federal del PSOE. Echará el telón en Valencia, el domingo 17 de octubre, rodeado de militantes y simpatizantes, de las bases, y no solo de los delegados, invitados y observadores asistentes al cónclave. Será el primer mitin multitudinario de los socialistas en plena pandemia. Una foto casi simétrica a la que protagonizó Pablo Casado el pasado domingo en la plaza de toros de Valencia, el coso que evocaba los años de gloria del PP. Pero la instantánea que persigue Ferraz no es, insisten, una reacción al cierre de la convención popular: ya en 2017, el secretario general puso el broche al 39º Congreso con un gran acto. Es decir, que Sánchez se copia a sí mismo.

Queda apenas una semana para el arranque de la cita más importante para los socialistas en este curso político. El 40º Congreso Federal. Se celebrará en València, en la Fira, del 15 al 17 de octubre. Los trabajos en comisión y plenario tendrán lugar en el mismo recinto, pero el discurso de clausura del líder se trasladará a otro pabellón con mayor capacidad en la misma Fira, a fin de que quepan más personas. Porque los delegados elegidos para el cónclave son solo 1.082, 532 hombres y 530 mujeres.

En 2017, estaba designado un número similar de compromisarios —rondan esa cifra los congresos del PSOE—, y acudieron al cierre unos 8.500 simpatizantes, según el cálculo ofrecido por la organización. Ahora, Ferraz no dispone todavía de una estimación previa y no quiere caer en la "machada" de congregar a más gente para competir con las 9.000 personas que entraron en el coso valenciano en la convención del PP (y otras 3.000 fuera). Aunque la pandemia va remitiendo, no se ha ido. Además, el mitin de Sánchez se celebrará en un interior, y no al aire libre, como sucedió con el de Casado.

Cuando el hoy jefe del Ejecutivo eligió ese formato para el cónclave de 2017, quebró las costumbres arraigadas en el partido. Hasta entonces, el discurso de clausura, que siempre protagoniza el secretario general del PSOE, tenía lugar en el mismo sitio que el plenario, ante los delegados e invitados y observadores. Pero quiso que aquel acto mayor, en Ifema, visibilizara el cambio de época en el partido tras una auténtica guerra civil interna con Susana Díaz y Patxi López de rivales en las primarias. Los susanistas le afearon el gesto, porque interpretaron que el líder victorioso en las urnas pretendía su "entronización", su "coronación", tirando por tierra la liturgia de los congresos.

Hace cuatro años, el cónclave se celebró en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid y el cierre, a un pabellón del cercano Ifema

En realidad, esa fue la única novedad formal, porque el ritual se mantuvo de principio a fin y se desarrolló con normalidad en el cercano Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Para la clausura en Ifema solo quedó la proclamación de los resultados de las votaciones de los órganos, la aclamación de la nueva ejecutiva y la arenga del secretario general.

Ahora, en 2021, para el 40º Congreso Federal, la plantilla será semejante. La escaleta exacta está por cerrar aún, pero los hitos básicos están definidos: apertura de las acreditaciones el viernes 15 por la mañana, arranque formal del cónclave a la tarde, convocatoria del plenario el sábado 16 a las 9.30, trabajo en las comisiones a partir de las 16.00, y el domingo 17, a partir de las 10.30, la clausura. Pero sí habrá fotos que harán singular este congreso, que Ferraz quiere que sea de relanzamiento del proyecto de cara a las elecciones de 2023, de renovación interna y de "unidad".

El sábado llegará la imagen de la unidad más cotizada, la de Sánchez con los tres exlíderes socialistas: González, Zapatero y Almunia

El viernes 15, a las 13.30, está convocado el consejo político federal del PSOE. Es decir, que Sánchez reúne a todos sus barones y presidentes autonómicos, y a ellos sumará a sus ministros. Una foto, subrayan en Ferraz, del "músculo socialista": el poder del Gobierno central y el de las comunidades. Imagen, prosiguen, que obviamente no está al alcance de Casado. El jefe del Ejecutivo se rodeará, previsiblemente el sábado, de los tres exlíderes del PSOE que continúan vivos (Alfredo Pérez Rubalcaba falleció en 2019): los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y el exministro y exvicepresidente de la Comisión Europea Joaquín Almunia.

Esa es, tal vez, la instantánea de la unidad interna más cotizada, puesto que González se había distanciado de Sánchez desde la repetición electoral de 2016. Sin embargo, en los últimos meses se ha producido el acercamiento entre ambos. La excusa, como relataba 'eldiario.es', fue el interés del exmandatario socialista por el potencial energético de los excedentes de la biomasa tras los incendios forestales para los ciudadanos que viven en los entornos rurales. Hizo saber su inquietud al barón extremeño, Guillermo Fernández Vara, y este hizo de puente con la Moncloa. González y Sánchez conversaron primero y se vieron en julio y en septiembre. Con Zapatero la interlocución lleva siendo fluida mucho tiempo.

Los invitados internacionales, cuya nómina se guarda Ferraz por ahora, participarán sobre todo por vídeo. Pero en la sede federal resaltan que la mayor "entidad", el peso político se encontrará en el plenario.

Sin quinielas

El PSOE busca ponerse a punto de cara al ciclo electoral que arranca en 2023, y que tendrá su aperitivo en las autonómicas andaluzas que, como tarde, llegarán a finales de 2022. Aprobará su resolución política, la hoja de ruta hasta el siguiente congreso —la ponencia marco ha recibido 10.500 enmiendas, que estos días Ferraz está reagrupando—, y renovará su dirección. Según recalcaba el lunes pasado la portavoz en el Senado, Eva Granados, la cita se centrará en la "buena política" y girará en torno al fortalecimiento del escudo social, la creación de empleo, la transformación de la economía para hacerla más "robusta y equitativa", la transición ecológica y justa y la "plena igualdad".

La única certeza de la nueva cúpula es que continuarán Lastra y Cerdán. A partir de ahí, todo son conjeturas en los nombres

Apenas hay certezas de cara a la nueva cúpula. "No hay ni quinielas", apunta un dirigente veterano. Y es cierto. El líder ha impuesto el silencio y ha demostrado, como ocurrió con la remodelación del Gobierno, que con él no valen las apuestas. Sí es seguro, porque lo aclaró el presidente en una entrevista en 'El País' el pasado mes, que Adriana Lastra continuará como vicesecretaria general. También seguirá Santos Cerdán en Organización, aunque su puesto no ha sido confirmado públicamente por el jefe. A partir de ahí, todo conjeturas sobre nombres. Lo único que ha trascendido es que Sánchez busca una ejecutiva más corta —la actual nació con 49 miembros, aunque en estos cuatro años renunciaron dos: José Félix Tezanos, presidente del CIS, y Beatriz Corredor, para asumir la jefatura de Red Eléctrica de España— y de mayor potencia política.

El momento es completamente distinto a 2017, cuando tuvo que diseñar una cúpula tributaria de las primarias libradas contra Díaz y López. Ni siquiera se veía la Moncloa cerca, y hoy ya acumula tres años en el poder, cinco elecciones ganadas en 2019, un Presupuesto aprobado y un segundo ya consensuado con Unidas Podemos. Además, el presidente ya lanzó el mensaje, en la reestructuración de su Gabinete de julio, de que quiere reunir a todo el PSOE, integrando a aquellos que no le apoyaron en contiendas anteriores, como las ministras Isabel Rodríguez, Pilar Alegría o Diana Morant, o su jefe de Gabinete, Óscar López, y el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès.

Sánchez da el pistoletazo de salida al 40º Congreso con un acto en Ponferrada de apoyo a Tudanca, líder y candidato en Castilla y León

El pistoletazo de salida del 40º Congreso lo dará el propio Sánchez este domingo, en Ponferrada (León), en un acto junto a Luis Tudanca, el secretario regional que renovará mandato en el cónclave del PSOE de Castilla y León que se celebrará el 27 y 28 de noviembre en Burgos. La presencia del presidente en la comunidad tiene una lectura evidente: el apoyo a Tudanca ante un eventual adelanto electoral. Porque los socialistas se barruntan que el popular Alfonso Fernández Mañueco puede apretar el botón de disolución de las Cortes autonómicas ante las grietas de su relación con Ciudadanos, con quien gobierna, y el peligro de una nueva moción de censura. Los socialistas podrían presentarla un año después de la anterior, en marzo, y para antes podría haber urnas. Tudanca será de nuevo el candidato a la Junta, aunque no parece previsible que iguale el espectacular resultado de 2019, cuando quedó como primera fuerza pero no pudo gobernar.