Dos figuras bien valoradas pero divorciadas políticamente. Al menos, hasta el momento. La futura relación electoral entre Yolanda Díaz e Iñigo Errejón es una de las claves que más expectación ha generado en la izquierda tras anunciarse la nueva candidatura electoral diseñada por la vicepresidenta. La trama tiene ingredientes propios de una telenovela, hasta cuenta con cierta pátina sentimental: después de años de convivencia parlamentaria en el mismo grupo y un relato dispar de los hechos -como en toda relación, siempre hay quien que lo recuerda mejor que el otro-, en 2019 llegó el abrupto portazo del dirigente hasta entonces morado, que fundó otro partido y puso tierra de por medio con el proyecto que integraba la gallega. 

Cinco años de vida de un nuevo partido y un desgaste insólito en la política española dieron pie al adiós de Pablo Iglesias, que nombró a Díaz como la clara heredera de su reinado. No estaba claro por entonces cuáles serían sus planes, pero la ministra sorprendió y pronto empezó a diseñar un proyecto paralelo al partido, al ver cómo las siglas que le impulsaron en los comienzos se convertían en un corsé

En su intento por ensanchar el espacio de la izquierda, la ministra de Trabajo busca ahora nuevos aliados para su candidatura a las generales. Entre esos posibles candidatos está el fundador de Más País, que de momento intenta retrasar la decisión sobre una alianza electoral. No por falta de sintonía personal y profesional con Yolanda Díaz sino por la desconfianza adquirida a la fuerza durante años hacia la organización que ahora encumbra a la candidata. 

El diputado madrileño se ha enfrentado docenas de veces en los últimos meses a la misma pregunta: qué hará con “lo de Yolanda Díaz”. La amenaza planea sobre Errejón: en caso de enfrentarse electoralmente a Díaz, disputarían el mismo electorado. Los perfiles similares de ambos candidatos -con proyectos transversales, la intención de aunar la izquierda y amables en las formas- hacen de ellos los mejores aliados o lo más furibundos contrincantes. En su círculo próximo evitan dar respuesta, aunque sí hay señales.

La expectación juega el papel de mejor aliado, y dicen delegar en los tiempos los próximos pasos. Recuerdan la experiencia vivida por el propio Errejón, cuando a principios de 2018 era el candidato oficial de Podemos para las elecciones de la Comunidad de Madrid. Los morados le brindaban todo el apoyo de cara al público. Pero las dificultades internas que se encontró, relatan, llevaron a que sólo un año después el mismo Errejón renunciara al partido y fundara un nuevo partido con Manuela Carmena

Es por esto que el diputado desconfía ahora de un proyecto incipiente, al que quedan dos años para su primera cita electoral, y en el que no está claro el papel de Podemos. Fuentes próximas apuntan a sus dudas sobre el margen real que tendrá Díaz para montar un proyecto verdaderamente desanclado del partido. El desgaste personal y político que supondrá el proceso para la ministra será alto. Son patentes las tensiones entre Díaz y la cúpula morada, que translucieron a raíz de sus declaraciones, en las que criticó "los egos" a su alrededor y amenazó con marcharse. Visto el camino que aún queda hasta las generales, Errejón no acierta a vislumbrar cómo será el proyecto en que trabaja la vicepresidenta, explican en su círculo. Tampoco han existido conversaciones formales sobre ello. Aunque se reunieron el pasado julio en la ronda de contactos que abrió Díaz, en su entorno no aclaran si el nuevo ‘frente amplio’ fue uno de los temas sobre la mesa. 

Mientras otros actores como Izquierda Unida urgen a Díaz a montar ya el proyecto para asegurarse una posición y hacer valer su implantación territorial, Errejón es partidario de esperar. Confía en que su labor parlamentaria, pese a su pobre representación, le impulse y le dé proyección en los próximos años; una escalada que busca ya a base de abrir debates tabú, nunca antes abiertos, como el problema de la salud mental o la regulación del cannabis.

Conscientes de su capacidad de situar asuntos nuevos en la agenda pública, los suyos confían en que su figura irá in crescendo con el tiempo, a diferencia de Podemos, cuyos resultados han empeorado, comicios tras comicios, desde 2016. Destacan además su alta valoración en las encuestas, siendo el tercer líder mejor valorado por detrás de Pedro Sánchez y la propia Díaz. Pese al desgaste sufrido por Errejón por las pugnas internas que protagonizó en su anterior partido y por el desencanto que provocó su marcha en algunos sectores, dicen mirar a 2023 con optimismo. 

No tiene prisa por dar ningún paso de cara a las generales, a sabiendas de que cualquier movimiento puede pesarle. Ahora tiene las riendas de la trayectoria política de Más País y no quiere ligarla a ningún otro actor, aunque próximos a Errejón aseguran que le “suena bien” lo que va mostrando Yolanda Díaz, a la que tiene en alta estima por su “gran trabajo como ministra” y por la buena relación personal que aún mantienen. 

Recuerdan quienes le conocen la admiración que sintió Errejón por Díaz hacia finales de 2018, cuando la dirección de Podemos decidió salirse del acuerdo en la comisión del Pacto de Toledo sobre las pensiones. La diputada gallega, portavoz de los morados en esa comisión, defendió mantenerse dentro del pacto, manteniéndose contraria a toda la dirección. Finalmente, el partido hizo caso omiso a Díaz, pero el diputado quedó sorprendido por la valentía de la gallega al enfrentarse a la cúpula del partido. 

Distinguirse de Podemos

La duda ahora es si Díaz sabrá mantenerse firme frente a las pretensiones de Podemos de ocupar un lugar central en la nueva plataforma, pese al fuerte rechazo que generan en un espectro de la izquierda. El planteamiento de la ministra de soltar amarras con la organización y ampliar el proyecto genera cierto escepticismo en el dirigente madrileño, que considera que para difuminar a Podemos la ministra tendria contar con más actores políticos más allá del propio Podemos y de Izquierda Unida. Pese al destacado carisma de Díaz, consideran que necesita más acompañantes en su proyecto y que, en último término, el propio partido de Errejón podría ser la ‘llave’ para convertir al nuevo proyecto en un espacio efectivamente nuevo.

Para distinguirse de los morados, creen, Díaz tendrá que contar con Compromís. Pese a que el acto de Díaz con Oltra fue organizado a título personal por la propia política valenciana, consideran que la mayoría del partido será favorable a mantener su alianza en las generales con Más País tras las malas experiencias vividas con Podemos. Cuentan con el respaldo de la facción mayoritaria de Compromís, el Bloc, que aglutina en torno al 70% de las bases, que tendrán la última palabra. En caso de que se decida una alianza con Yolanda Díaz, consideran voces próximas, creen que las negociaciones de los valencianos y de Más País se darán en paralelo.

Y Errejón apuesta esperar pese a la amenaza de que decidan por él. Y es que la participación de Mónica García, líder de Más Madrid, en el acto de Yolanda Díaz también generó ciertas tensiones inicialmente, aunque fuentes conocedoras aseguran que García y Errejón se reunieron para discutir su participación, que fue ‘bendecida’ por el dirigente nacional. 

Fuentes próximas a Yolanda Díaz abogan por tratar de sumar a Mónica García sin contar con Errejón, que dice tener plena confianza en que no sucederá

Sin embargo, la falta de sintonía es evidente entre ambas formaciones, Más Madrid y Más País. Errejón lanzó un partido autonómico que ha sabido crecer sin él, convirtiéndose el pasado mayo en la primera fuerza de la oposición a Isabel Díaz Ayuso. En 2019, pocos meses después de subirse al ring madrileño, el diputado dio el salto de nuevo al escenario nacional con Más País, el partido que controla y que, a diferencia del primero, consiguió una modesta presencia en la Cámara y tiene escasa organización. Las dos fuerzas, si bien fundadas por la misma persona, son ahora dos entes con vida propia. 

A nivel político, la figura emergente de Mónica García despierta gran interés para el proyecto que aspira a liderar Yolanda Díaz, y fuentes próximas a esta candidatura abogan por tratar de sumar a García sin contar con Errejón. El diputado nacional, en cambio, dice estar absolutamente confiado en que esto no va a suceder: la buena relación con Mónica García -no siempre así con el resto de grupo de Más Madrid- juega a su favor, y no da carta de naturaleza a ninguna opción que no sea una respuesta conjunta, destacan fuentes próximas. La amenaza de una ‘envolvente’ por parte de los suyos no está, por lo tanto, entre los asuntos que parecen inquietarle en estos momentos.