Los migrantes marroquíes que se fugaron del avión en el aeropuerto de Palma intimidaron a la tripulación para conseguir escapar, según refleja el auto de la jueza que decretó el ingreso en prisión de 12 de los acusados. Fuentes conocedoras de su contenido han confirmado que el comandante decidió no cerrar la puerta de la aeronave abierta ante las amenazas de una parte del pasaje, de acuerdo con las pesquisas policiales. Tras más de media hora de mucha tensión a bordo, el grupo de 21 fugitivos acabó escapando a empujones. Este uso de la fuerza justifica en parte la imputación de sedición que pesa sobre los acusados.

El relato de lo ocurrido desde que el avión de Air Arabia Maroc tomó tierra en Son Sant Joan el viernes por la tarde por una supuesta emergencia médica avala también las sospechas de que todo formaba parte de un plan organizado con antelación. Cuando la aeronave, que cubría la ruta entre Casablanca (Marruecos) y Estambul (Turquía), llegó a Mallorca y el falso enfermo fue trasladado en ambulancia a Son Llàtzer, varios de los pasajeros pidieron a la tripulación poder bajar a las pistas. Decían que querían fumar, pero todo apunta a que pretendían ya salir del aparato para darse a la fuga.

La negativa de la tripulación a dejarlos salir hizo que la tensión fuera en aumento. Los migrantes increparon y atemorizaron al personal del avión, que llegó a temer un estallido de violencia. Esta situación llevó al comandante a dejar las puertas de la aeronave abiertas, mientras aguardaba a que se autorizara su salida de Palma tras repostar.

La fuga se produjo unos tres cuartos de hora después de la evacuación del enfermo. El avión no estaba vigilado por las fuerzas de seguridad y de pronto un nutrido grupo de pasajeros salió a empujones. Una trabajadora trató de contenerlos, pero fue arrollada y 21 personas acabaron saliendo por la fuerza del aparato. Empezaron a correr por las pistas y saltaron una valla cercana para poder salir del recinto aeroportuario.

La jueza resalta en el auto, según las mismas fuentes, la gravedad de la situación. La fuga obligó a cerrar el aeropuerto durante tres horas, por lo que decenas de vuelos fueron desviados o cancelados. La magistrada entiende que existe un evidente riesgo de fuga para justificar el ingreso en prisión de los 12 sospechosos que, hasta el momento, han sido arrestados por delitos de sedición, desórdenes públicos y favorecimiento de la inmigración irregular. Las fuerzas de seguridad siguen buscando a los otros doce implicados. Al menos dos de ellos consiguieron salir de Mallorca en un barco rumbo a Barcelona en las horas siguientes al incidente en el aeropuerto.