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Historia

Los esclavos de Franco en Mallorca

Una investigación sigue las huellas de los presos republicanos obligados a realizar trabajos forzosos en las islas entre 1936 y 1942

Construcción del pont de s’Albufereta en la carretera de Alcúdia al Port de Pollença.

Un proyecto de investigación trata de arrojar luz sobre los trabajos forzosos en las islas durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo, un componente más de la represión que los sublevados ejercieron contra los republicanos, pero todavía bastante desconocido.

Esta investigadora ofrecerá hoy una charla en el Casal Son Tugores de Alaró (17:45 horas) en el marco de un ciclo de conferencias de Memoria Democrática que se prolongará hasta el 10 de diciembre. "Eran personas reclusas. Esas personas fueron recluidas en campos de trabajo sin un proceso judicial. Eran capturados en la península y los traían a Mallorca. Y al revés, a los presos mallorquines los enviaban a la península. Precisamente lo hacían para favorecer su desarraigo, alejarles de sus hogares era una forma más de represión", subraya Jaume.

Esta historiadora, que ya abordó esta temática en el libro Els Esclaus oblidats. Els camps de concentració a Mallorca, cifra el número de prisioneros obligados a hacer trabajos forzosos en entre seis mil y siete mil en todas las islas desde 1936 hasta 1942.

Los esclavos de Franco en Mallorca. Archivo Jaume Morey

"Era esclavismo porque trabajaban jornadas de doce horas. Los prisioneros se despertaban a las cinco y media y después de un descanso para comer no paraban hasta las ocho de la tarde. Teniendo en cuenta además que en invierno a esa hora ya era de noche. En teoría les tenían que pagar dos pesetas, pero una y media se las tenían que gastar en manutención y ropa", explica Maria Eugènia Jaume, historiadora que está trabajando en una tesis sobre aquellos presos.

Construyeron obra pública, especialmente carreteras. "Tenemos ejemplos en la carretera que va del Port de Sóller a Muleta. También construyeron dos carreteras en Calvià, las que van de Capdellà a Peguera y de Capdellà a Andratx. La que une Alcúdia y el Port de Pollença, y la que va de Llucmajor a Santanyí por la costa", destaca Jaume. Aquellos presos también dejaron su firma en "el 80% de la línea ferroviaria entre sa Pobla y el Port d’Alcúdia" y en la línea fortificada Tamarit, pensada para defenderse de eventuales ataques durante la Segunda Guerra Mundial.

"Se centraron en la construcción de carreteras en el litoral porque después del desembarco de Bayo se dan cuenta de que está muy mal comunicado", explica.

Los esclavos de Franco en Mallorca.

Esta investigadora ha constatado la existencia de 26 campos de trabajo, incluidos destacamentos. Y las condiciones de vida eran pésimas. "Fueron empeorando con el tiempo. Inicialmente se les dispensaba un trato y una alimentación aceptables, al menos teniendo en cuenta que eran prisioneros y que nada más entrar en el campo se les asignaba un número que les despojaba de su identidad. Pero a partir de 1938 y 1939 hay hambre entre toda la población, y ellos la sufrieron todavía más. Se cuenta que unos prisioneros desenterraron unas cerdas muertas una semana antes por el hambre que sufrían. Y el médico del Hospital Militar llegó a quejarse del estado en el que le llegaban presos del campo en Artà", ilustra Jaume. Fallecieron al menos cinco de estos prisioneros por las malas condiciones en las que sobrevivían, y un sexto fue fusilado.

No está claro por qué en 1942 el franquismo decidió cerrar todos los campos de las islas y liberar a los internos. "Es posible que el régimen necesitara mano de obra para levantar el país y no podía permitirse tener a miles de personas encerradas, la mayoría jóvenes. Sabemos que buena parte de ellos se quedaron en la isla porque no tenían a dónde ir. Algunos se quedaron como mendigos por la calle, pero otros llegaron a casarse con mallorquinas", relata Jaume.

Armengol y la ley de amnistía

La presidenta del Govern, Francina Armengol, consideró ayer "una gran noticia" que Unidas Podemos y PSOE hayan pactado dejar sin efecto parte de la Ley de Amnistía de 1977 al declarar que los crímenes de esa humanidad, genocidio y tortura que se cometieron durante el franquismo no gocen del amparo de la normativa de amnistía.

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