“Un virólogo referente a nivel internacional decía que el virus más simple es cien veces más inteligente que todos los virólogos más inteligentes del planeta”. Lo dice Verónica Casado, la persona que ha liderado en Castilla y León la lucha contra el coronavirus desde su puesto al frente de la Consejería de Sanidad hasta su cese el pasado 20 de diciembre.

“Los virus mutan, cambian. De hecho, este cambio puede ser bueno para nosotros en el sentido de que se ha hecho menos letales, menos agresivos, pero mucho más efectivos. Esto explica por qué estamos teniendo ahora tantísimos casos pero con menos letalidad. El problema es que, si tienes muchísimos casos, como la letalidad no va a ser cero, va a haber fallecidos”, explica Casado, quien cita algunos estudios que apuntan a que “probablemente esta sexta ola va a ser la más efectiva, la que va a afectar a más gente pero a lo mejor es la última con potencia como pandemia. El COVID quedaría como el virus de la gripe, que de vez en cuando aparece, con los cambios de estación”.

Cada ola, dice la exconsejera, ha sido diferente, y de todas se ha aprendido algo, especialmente la primera, que ha hecho que Castilla y León tenga una reserva estratégica de material e incluso una unidad de biocontención para afrontar “cualquier emergencia. Tenía claro que lo que nos pasó en la primera ola, esa falta de material, no volvería a ocurrir”. Acostumbrados a ser de los más restrictivos en las primeras olas de la pandemia, la Junta sin embargo, con el vicepresidente Francisco Igea y la propia Casado como portavoces de las medidas, se volvieron menos partidarios de restricciones. La exconsejera da su versión: “No es que estuviéramos más blanditos, pero estábamos estudiando las cosas. Por ejemplo, no veía que ninguna de las comunidades que había aplicado el pasaporte COVID disminuyera la incidencia. Yo quería medidas más drásticas, pero eso dentro de nuestro Gobierno, sobre todo por la parte del PP, no acababan de verlo. Es cuando empezó a haber más fricciones, porque nosotros pensábamos que había que tomar decisiones y tanto es así que la ponencia de alertas establece una serie de medidas para el estado de nivel 3 y nivel 4, con restricciones de aforo y una serie de cosas. El jueves avisé en el Consejo de Gobierno de la Junta que iba a reunir al grupo de expertos porque necesitaba que nos dijeran las principales herramientas para controlar el virus. Nos reunimos el viernes por la tarde, el sábado y domingo redactamos la propuesta de acuerdo y nos encontramos cesados el lunes a las nueve de la mañana”. Casado asegura que la parte popular del Ejecutivo no ha aplicado “nada de lo que decían los expertos”, salvo las recomendaciones, como no juntarse mucha gente o las normas obligadas por el Estado, como el uso de la mascarilla. “Esperamos que no se confundan, porque si se confunden se traduce en muertes”.

Entre los aspectos más positivos del trabajo en pandemia cita dos. Uno, la respuesta ciudadana, que ha seguido al pie de la letra las recomendaciones, como las que repetía como un mantra la propia consejera en cada comparencia: “Por favor, cuídense, y no olviden las cinco “m”, mascarilla, metro y medio de distancia social...”

El otro, la respuesta del sistema sanitario: “Hemos tenido gran capacidad para reforzar y reorganizar el sistema y hemos ido controlando la letalidad desde el principio. Nosotros lo teníamos mal al contar con una población tan envejecida, mayor y frágil y por eso aparecemos los terceros en número de muertos. Pero cuando ajustas las tasas por edad, que es lo que hay que hacer las comparaciones, caemos al número 11. Es decir, el sistema sanitario ha conseguido tamponar muchísimo la mortalidad en nuestra comunidad autónoma”.

El sistema, con sus profesionales o la plasticidad demostrada para adaptarse a la nueva situación, ha demostrado su fortaleza, “pero una pandemia es una pandemia y contra ella la lucha es difícil, es como ir a la guerra, no sabes cuánto va a durar, algunas cien años otras días. Pero después de la guerra hay una postguerra y después de la pandemia una postpandemia. A mí me preocupaba mucho el impacto no del COVID, del resto de enfermedades. Cuando tienes a toda la Primaria dedicada a controlar la pandemia, la mitad de las camas de los hospitales cubiertas por una sola patología y hemos tenido que triplicar las camas de UCI para atender a los pacientes de coronavirus graves ha sido una situación terrible para la población y el propio sistema sanitario. Ahora que estábamos poniéndonos a remontar quería proteger mucho la parte no COVID para que no haya ningún paciente con prioridad 1 que no esperase más de un mes un intervención. Espero que esta sexta ola les permita seguir haciéndolo”.

Plan Aliste

Otro de los ejes de su etapa al frente de la Consejería es el Plan de Reordenación de la Atención Primaria, que primero se conoció como Plan Aliste, por el modelo piloto que se intentó aplicar en la comarca zamorana. “Nuestro plan era mucho más amplio e incluía la digitalización, los sistemas de información, la estrategia de salud mental...hay un montón de trabajo que está ahí esperando a poderse desarrollar porque se nos cruzó la pandemia. Quizá lo más visible era la Atención Primaria que en toda España está en crisis y está a punto, probablemente, de colapsarse. Es el eje vertebrador del sistema y si falla es un problema muy importante”, indica la hasta ahora principal responsable sanitaria regional.

De ahí surgió lo que se conoció como el Plan Aliste que según su impulsora, nunca tuvo la posibilidad de funcionar, de que lo valoraran los ciudadanos, entre otras cosas porque el PP lo hizo fracasar: “El Pan Aliste nadie se lo ha leído, hay muy poca gente que sabe de verdad de qué va. Porque es imposible estar en contra de él si quieren entenderlo y ver por qué se hace y para qué se hace. Pero como la cuestión era destruir, ya está”. Desmiente por ejemplo que se hiciera para ahorrar dinero o quitar médicos del sistema: “Es una mentira como un templo que se haga para ahorrar dinero. Yo he peleado a muerte para que la Atención Primaria tenga más financiación y llegue al 20% del gasto sanitario. Es absolutamente falso que quisiéramos hacer ningún tipo de recorte”.

Pero “la organización de nuestra Atención Primaria tiene casi 30 años y no responde a la situación actual, ni en tecnología, ni en organización, ni en contenidos, ni en nada. Y lo que queríamos era reordenarla y reforzarla, hacerla más fuerte. Lo que se ha trasladado es que vamos a quitar médicos. Que no les vamos a quitar médicos, Castilla y León es la comunidad que a día de hoy más médicos tenemos, uno por 900 habitantes, y la media está en uno por 1.300. Pero tenemos que reordenar, tenemos una comunidad muy difícil, muy dispersa, hay mucho aislamiento, envejecimiento, fragilidad, y hay que pensar muy bien lo que se quiere hacer. Además no hay una sola receta para todos los sitios, queríamos pensar lo mejor en cada una de las zonas. Y el transporte a la demanda era un elemento muy importante para poder seguir manteniendo la atención de la población, eso era lo que pretendíamos”.

“El Plan Aliste nos quita votos”

Sin embargo, políticamente no todo el mundo quiso asumirlo: “Y cuando esto lo explicas la gente lo entiende. Tan es así que se lo explicamos al PP y nos dijeron, el plan es estupendo, nos parece maravilloso, pero no os vamos a dejar hacerlo porque nos va a quitar votos. Y véase el ejemplo”.

Sin embargo, tampoco la gente estaba demasiado de acuerdo con el plan, y de hecho ha habido muchas movilizaciones en su contra. “Pero lo que deseaba era ponerlo en marcha para que la gente viera lo que esto, porque si no es muy difícil. Si tu intentas explicar la telepresencia o la teledermatología, o lo ves o es difícil de entender. Lo que quería era tener la oportunidad de que se viera, que era una apuesta el poner nuevas tecnologías poner todo el red, poder comunicar a todo el mundo”. No cree que haya faltado diálogo: “El Plan Aliste yo lo perdí. Se lo planteé a los alcaldes y ellos hicieron su propuestas y la que al final quedaba era la propuesta de los alcaldes, lo que ellos nos dieron que querían organizar. Se ha hablado mucho con muchísima gente y cuando lo explicas la gente lo entiende. Pero luego empezamos con las cosa negativas a decir, me voy a quedar sin médico, entra el miedo, la resistencia al cambio, natural en todos los seres humanos, así nos encontramos. El problema es que se va a tener que hacer sí o también. Si esto llega sin organización va a haber un déficit de atención muy importante. Hay una cosa clara, que los próximos cinco años se van a jubilar mil médicos de familia y entran 600. Lo tenemos organizado y lo tamponamos bien o va a ser un problema. No hacer nada no es una opción”.

Política y ciencia, insiste la exconsejera “tienen que ir de la mano. La política pequeña, cortoplacista, de contar votos es algo que no lo he entendido, porque los grandes cambios no son a corto plazo sino a medio y largo plazo, pero tienes que poner las bases para poderlo organizar. Bueno, da rabia el cese porque ha sido muchísimo el trabajo y la ilusión de mucha gente que ahora está decepcionada. Mucha gente ha llorado en la Consejería tras mi cese después de tantísimo trabajo. Estábamos a punto de implementar las acciones y resulta que ahora no vamos a poder. Y ponemos la Consejería al servicio de unas elecciones, cosa que es bastante triste”.

“La salud pública tiene que estar centralizada”

Verónica Casado no cree que la gestión autonómica sea la mejor solución para afrontar una pandemia. “La salud pública tiene que estar centralizada. Por eso siempre he pedido una ley de pandemias, lo hice en mayo de 2020, Pedro Sánchez dijo que lo iba a hacer, no se hizo y nos encontramos que con las mismas medidas puestas en diferentes sitios cada tribunal superior de justicia toma dictámenes completamente diferentes. Y eso es porque no hay suficiente legislación que ampare esa toma de decisiones. La salud pública tiene que se única para todo el Estado y tomar decisiones únicas nos ha ido muy bien con el plan nacional de vacunación. Si los planes de medias sanitarias y no sanitarias se hubieran hecho de manera común hubiera sido muchísimo mejor”. Del ministro Salvador Illa, que llevó las riendas del Ministerio, guarda un buen recuerdo, sobre todo de la primera etapa “en el Consejo Interterritorial las cosas funcionaron muy bien. No había derechas ni izquierdas sino que intentamos tomar las mejores medidas”. Hasta que se empezó a politizar. De Fernando Simón dice que “es una persona con buena cabeza, muy trabajador. Pero claro, cuando hablas mucho y estas muy expuesto, luego te recuerdan muchas cosas”.

“Estoy en una situación refractaria de la política”

“Ahora de política estoy en una situación absolutamente refractaria, necesito descansar”, afirma la exconsejera de Sanidad, Verónica Casado, tras una etapa política de dos años y medio de mucho trabajo y tensión: “Nos decían que estábamos a media jornada porque trabajábamos 12 de las 24 horas del día”. Casado volverá a su consulta de Primaria y el trabajo en las sociedades científicas y la investigación, de hecho tiene las “puertas abiertas” para volver a la universidad. La reconocida como “mejor médico del mundo” dice no tener perfil político, aunque Francisco Igea le convenció para que asumiera las riendas de la Consejería de Sanidad porque compartían “una manera de ver el sistema sanitario y nos planteamos una serie de objetivos que queríamos desarrollar”. Ambos pensaron siempre que la cohesión con el PP era total, hasta tal punto de que “creíamos de verdad que había un solo Gobierno. Por lo visto lo creíamos solo nosotros”. Es consciente que en un cargo de este tipo “te pueden poner y quitar” pero “ni el momento, en medio de la sexta ola de la pandemia, era el más oportuno, ni las formas fueron las más adecuadas”. De hecho Casado acudió al Palacio de la Asunción a una reunión a la que estaba convocada y se encontró con un consejo de Gobierno en el que faltaban los cuatro consejeros de Ciudadanos. Cerró la puerta y su jefe de gabinete le informo de que había sido cesada por correo electrónico. Al poco recibió la llamada del presidente, Alfonso Fernández Mañueco, justificando el cese por la estabilidad del Gobierno: “Yo solo le dije, la historia nos pondrá a todos en nuestro sitio”. “Si no quieres contar con una persona, ya está, pero lo dices de manera valiente”, dice Casado, que niega falta de información o haber tomado decisiones por su cuenta.