La propuesta de Israel de cambiar su estrategia de respuesta a la pandemia, en plena propagación de la variante ómicron, para promover un "modelo de contagio masivo", que provoca una enfermedad leve, en vez que imponer más restricciones a la población ha abierto un nuevo debate. ¿Es una locura? El Periódico de España ha lanzado esta pregunta a médicos que, como el doctor Gabriel Reina, microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, consideran que se trata de "una opción muy peligrosa".

Con una tasa de infección en continuo aumento, con casi 3.000 nuevos positivos diarios -máximo de tres meses-, los expertos del Ministerio de Salud de Israel están sopesando un cambio de política para alcanzar la inmunidad colectiva a través de contagios masivos con la nueva variante. El primer ministro, Naftali Benet, ha asegurado que el país está al borde de una "tormenta de infecciones cuya magnitud aún no hemos visto" y que "mucha gente se va a infectar" con la nueva variante sin que se pueda hacer nada para impedirlo.

Precisamente este jueves el país aprobó administrar una cuarta dosis de la vacuna contra el covid-19 para pacientes inmunodeprimidos. Después de que Israel anunciara una campaña de vacunación masiva con la cuarta dosis e inmediatamente la suspendiera por discrepancias entre los expertos, el Gobierno autorizó iniciarla con una inyección adicional a personas con un sistema inmune debilitado.

Una idea peligrosa

Una propuesta que los médicos consultados por este diario dicen que no tiene sentido y, además, es peligrosa. "Aunque la situación actual con la nueva variante y gran parte de la población vacunada, da lugar a cuadros mayoritariamente leves, si se produce un contagio de forma masiva, aunque el porcentaje de casos graves sea bajo, el numero de personas que van a requerir asistencia sanitaria o ingreso hospitalario van a ser muchas y eso puede impactar fuerte".

""Se crearía un escenario muy peligroso si se invitara a favorecer un contagio masivo y se quitaran todo tipo de restricciones para ello", asegura el doctor Reina

No sólo en Atención Primaria o en los hospitales, añade el doctor Reina, también en la atención a pacientes no covid y en un contexto, en pleno invierno, con otras enfermedades que se agravan y otros virus circulantes que agravan enfermedades de base. "Se crearía un escenario muy peligroso si se invitara a favorecer un contagio masivo y se quitaran todo tipo de restricciones para ello", asevera.

Gabriel Reina augura que, quizá más adelante y conforme avance la onda, "podremos ve si este numero casos va creciendo de forma más escalonada, y toda la población acabaremos pasando la infección por coronavirus, pero si es de forma escalonada impactará menos en el sistema". Si el sistema vuelve a colapsarse, continúa, no se podrá seguir con la atención a otros pacientes que requieren cirugías o diagnósticos precoces, como en el caso de enfermos de cáncer. "Todo lo que se pueda ir haciendo de forma escalonada será más favorable para llegar al final de la pandemia con éxito", indica el especialista de la Clínica Universidad de Navarra.

'Gripalizar' la atención sanitaria

"No me parece bien. Tengo mis dudas. Lo que está claro es que el modelo que teníamos hasta ahora ya no es válido", señala el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) Salvador Tranche. El médico asegura que la variante ómicron ya ha obligado a un cambio de gestión de la pandemia y alude a las últimas decisiones de Sanidad sobre acortar los aislamientos de los contagiados a 7 días.

En ese sentido, se explica, todo el mundo se ha fijado en esa última decisión sanitaria, pero no "se ha dado cuenta de todo lo demás, que es que los vacunados ya no hacen cuarentenas, que no se hace rastreo de contactos, que no se hace PCR a todo el mundo, sino que se prioriza según la gravedad, etc. Es decir, de alguna manera se ha cambiado el modelo de gestión a otro que, como yo lo llamo, consiste en 'gripalizar' la atención. Se pone el énfasis en pacientes con cuadros moderados o graves y se traslada la responsabilidad a cada uno", se explica.

"Desde el punto de vista social, el coronavirus es una enfermedad comunitaria y que lo que funciona es reducir las interacciones", dice el doctor Tranche

El doctor Tranche indica que, lo que sí está claro es que, desde el punto de vista social, el coronavirus es una enfermedad comunitaria y que lo que funciona es reducir las interacciones. "Cuando no teníamos nada (alude al confinamiento de la primera ola) es lo único que nos funcionó. Está claro que ahora es imposible hacer rastreo generalizado con miles de casos, y que tiene que seguir la responsabilidad individual y colectiva, porque está a punto de reventar Atención Primaria", añade.

De ahí, precisa, a pasarse a la opción que sopesan las autoridades sanitarias israelís, hay un trecho, señala el médico. "Hay que ayudarnos un poco con medidas restrictivas, no tan duras quizás como antes, pero restringir algunas interacciones sociales", apunta. Recuerda que, al principio de la pandemia, Reino Unido ya puso sobre la mesa esa posibilidad. El enfoque del gobierno fue tratar de lograr la inmunidad colectiva a través de la infección. Eso provocó un retraso en la introducción del primer confinamiento, lo cual costó miles de vidas, según un informe del Parlamento británico.