El Gobierno no logra poner freno al último capítulo de tensión interna a cuenta de las declaraciones de Alberto Garzón en ''The Guardian' sobre las macrogranjas y la carne de "mala calidad" que, aseguró, producen. Los reproches entre socialistas y morados siguen cruzándose mientras la oposición continúa afilando los cuchillos contra el ministro de Consumo: PP, Vox y Ciudadanos van a pedir su reprobación en el Congreso y exigen que comparezca para dar explicaciones.

La primera desautorización de Garzón llegó por parte de la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, el día 5. En la SER, el lunes, Pedro Sánchez evitó criticarle, aunque lamentó "muchísimo" la polémica. Una desautorización. Se intentó delimitar al mínimo la respuesta para no avivar el debate. Sin embargo, ante la creciente tensión interna con Unidas Podemos y la reacción de la oposición de derechas, que ha visto en el asunto una oportunidad para marcar la precampaña de las elecciones de Castilla y León (13 de febrero), la Moncloa encargó al ministro de Agricultura, Luis Planas, que este martes saliera a dejar claro que el Gobierno está a favor de los ganaderos, de todos ellos, y que Garzón se ha equivocado.

Empezó en Onda Cero una maratoniana jornada de entrevistas que acabó por la noche en 13 TV. Cuatro medios para subrayar que las declaraciones del ministro de Consumo fueron "bastante desafortunadas". "Soy el ministro de Alimentación, y si alguien habla de alimentación lo normal es que me llame", declaró en esa radio.

Rodríguez recibió seis preguntas sobre esta crisis tras el Consejo de Ministros. Los periodistas querían saber si Garzón tiene garantizada su continuidad en el Gobierno. Fueron en balde. La portavoz las obvió o las esquivó remitiéndose a lo que había dicho Planas o recordando que Sánchez, la víspera, había agradecido a "cada uno" de los ministros su trabajo.

Ni las palabras del jefe del Ejecutivo ni, mucho menos, la ronda mediática de Planas han gustado a Podemos, que ve "deslealtad" en el PSOE. Los morados consideran que han comprado un "bulo" alimentado por la derecha, a la que acusa de acogerse a una afirmación sin tener en cuenta que Garzón marcó la diferencia entre ganadería extensiva e intensiva.

"Aquí no hay conflicto (...) Tenemos una diversidad de producción que es absolutamente normal", sostuvo Planas en Onda Cero. Según un miembro del Ejecutivo que no quiere aparecer con nombres y apellidos, el ministro de Consumo se ha lanzado a "una batalla cultural" difícil de librar y a la que censura que se hayan sumado, en plena campaña, los "insensatos" dirigentes socialistas Javier Lambán y Emiliano García-Page, presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha.

El PP ha encontrado una mina, pese a que como partido ha tomado decisiones para vetar las macrogranjas. Uno de los últimos casos es Daimiel (Ciudad Real), donde ha aprobado una ordenanza para prohibir esas instalaciones. "La ganadería intensiva nada tiene que ver con las macrogranjas en nuestro país", aseveró Cuca Gamarra, portavoz del PP en el Congreso. "Las macrogranjas, como concepto, no están permitidas y, por tanto, no ha lugar a la cuestión", añadió.