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Moncloa

El Gobierno da un apoyo contundente a la OTAN con la vista puesta en Cataluña y Marruecos

La rápida respuesta de Sánchez en la crisis ucraniana se explica también por sus propios intereses: la reacción ante el independentismo y la necesidad de fortalecerse frente a Rabat por el futuro del Sáhara Occidental

El presidente de EEUU, Joe Biden, saluda a Pedro Sánchez en la cumbre del G20.

El Gobierno de España tiene una posición "cómoda, fácil y coherente" ante la crisis de Ucrania, señalan fuentes oficiales del Ministerio de Exteriores. "Estamos apoyando la posición de la OTAN y no entra en contradicción por ahora con ningún asunto de política interior", añaden, dejando de lado el choque entre el PSOE y Unidas Podemos en el seno de la coalición. Si se analiza la voz del Ejecutivo en el exterior, representada por el jefe de la diplomacia, José Manuel Albares, se ve que se ha alzado rápidamente para dar el apoyo a EEUU y el resto de aliados de la OTAN con el objetivo de defender "la soberanía" y la "integridad territorial" de Ucrania. Albares aseguró a su homólogo estadounidense, Tony Blinken, este mismo martes en Washington cara a cara, que España está dispuesta a trabajar con EEUU "en el diálogo", pero también en la "disuasión". Esto es, aplicar las sanciones económicas que se acuerden para castigar a Rusia si es necesario.

La agilidad del Gobierno ante esta crisis responde a dos razones principales, según admiten asesores del ministro y también otros del presidente, Pedro Sánchez. La primera es que la Moncloa, teniendo en la retina el procés y la fallida declaración unilateral de independencia en Cataluña, debe reaccionar de forma contundente ante la amenaza a la "integridad territorial" de Ucrania. Moscú ya se anexionó la península de Crimea, en 2014, y alienta la independencia de otras dos regiones del este, Donetsk y Luhansk.

Solo han pasado 13 años desde que España anunció la retirada de las tropas de Kosovo, algo que enervó a Washington

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La segunda cuestión es Marruecos. El régimen de Rabat ha sabido abundar en su tradicional buena relación con Washington y se siente envalentonado ante España después de que Donald Trump, en diciembre de 2020, pocas semanas antes de dejar la Casa Blanca, reconociera la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Lo hizo a cambio de que Marruecos estableciera relaciones diplomáticas con Israel y profundizara así en los llamados Acuerdos de Abraham, unos pactos que han modificado del todo las dinámicas en el mundo árabe. Rabat sigue presionando a España para que respalde su idea de otorgar al Sáhara Occidental un estatuto de autonomía en vez de la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Esa crisis bilateral, que también incluye el problema por la soberanía de las aguas, no parece de pronta solución.

Con este respaldo sólido de España a EEUU en su voluntad de parar los pies a Moscú, señalan los asesores del Gobierno, se quiere mejorar la relación con Washington y "profundizar" la colaboración, para cuando haya que afrontar ese otro dosier. Además, el Ejecutivo español ha optado por no alimentar las diferencias entre los socios europeos sobre la conveniencia de las sanciones económicas a Moscú para los propios intereses de la Unión, y apuesta, en línea con Washington, por "llegar todos unidos" al momento de la disuasión.

Sánchez alimenta la solidaridad con los países del este, porque espera reciprocidad si España tiene problemas en la frontera sur

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Y, aunque hayan pasado 13 años, no se olvida tan fácilmente el anuncio de la ministra socialista Carme Chacón, sin haberlo consultado antes con los aliados, de que España retiraría las tropas de Kosovo. José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que hacer un viaje relámpago a una cumbre en Viña del Mar (Chile) en marzo de 2009 para pedirle disculpas al entonces vicepresidente de EEUU: Joe Biden, el mismo que ahora preside ese país.

Además de estas dos razones, hay otra que surge en las conversaciones sobre la relación Ucrania-España: la "solidaridad" de ida y vuelta. Sánchez hizo una gira por los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, en julio, y les dio su apoyo ante las presiones de Moscú. El Ejecutivo espera la misma solidaridad de la OTAN si España tiene problemas en la frontera sur de la Unión Europea.

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