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La endiablada legislatura

El veto del Gobierno a negociar la reforma laboral cohesiona a ERC en el 'no'

Los republicanos consideran inaudito que la CEOE dictamine Esquerra mantiene que lo ideal sería llegar a un acuerdo y no descartan movimientos a poco del pleno decisivoqué se puede negociar en el Congreso |

Yolanda Díaz y Pere Aragonès.

Puede parecer paradójico, pero el 'no' a la reforma laboral, asentado sobre las bases de que es una iniciativa insuficiente, alejada de la prometida derogación, y, sobre todo, que llega a los republicanos bajo la etiqueta de 'no tocar', es decir, no se puede negociar, es quizá el elemento más cohesionador en ERC (por otra parte, un partido ya de por sí bien con sus distintos sectores bien amalgamado) del último lustro. Eso en una organización que se define como de izquierdas, de la familia socialdemócrata.

Es un 'no' que se fundamenta en el fondo y se hace irreversible en las formas. Porque si el Gobierno se abriera a negociar, tal y como se le reclama, a buen seguro que abriría una mínima disparidad de criterios internos sobre la conveniencia o no de aceptar lo negociado. Pero sin sentarse a abordar los temas clave de la reforma, como la primacía de los convenios colectivos catalanes y que la Generalitat sea la última autoridad sobre los ERE en Cataluña, no hay caso.

La CEOE y la soberanía

“¿Qué es esto de que el presidente de la CEOE [Antonio Garamendi] diga que no se pueda tocar ni una coma del pacto alcanzado y el presidente del Gobierno traslade la orden para que en el Congreso, donde reside la soberanía nacional, no se cambie el texto?, se pregunta una voz del sector más posibilista de ERC. Y sigue: “Esta reforma laboral es algo que se ha gestado en un despacho para que afecte a millones de trabajadores. Ni es es de izquierdas, ni mucho menos es ‘nueva política’ y , además, recuerda otros tiempos”, sentencia en referencia obvia, primero, al Ejecutivo PSOE-Unidas Podemos y, segundo, a la militancia podemista de la artífice de la iniciativa, Yolanda Díaz.

“Es la segunda ley clave que nos enteramos por los medios de comunicación, tras la del audiovisual”, constata una segunda voz que hace suyas las que Marta Rovira expresó a este diario la semana pasada cuando se preguntó: “¿Por qué el PSOE no ha buscado a la mayoría progresista del Congreso y ha obrado de espaldas a ella, tratando de imponer un ‘trágala’ para su aprobación? Una posible respuesta la da un correligionario suyo, más instalado en cuestiones procesistas y nacionales: “Nos buscan ahora para blanquear la foto”.

Este correligionario introduce un elemento siempre presente en política: la táctica política. “Al PSOE ya le va bien que Diaz, a la que algunos han presentado como posible rival seria de Pedro Sánchez, se queme en este trámite de la reforma laboral. Y a ERC, algún varapalo al Gobierno no nos vendría mal”. Además, el ‘no’ republicano, y de Junts, EH Bildu, CUP y BNG, forzaría al Ejecutivo de Sánchez a apoyarse en Ciudadanos o incluso el PP. “La foto de Inés Arrimadas y Yolanda Díaz sería un Colau-Valls 2.0”, sentencia una voz estratega de los republicanos, recordando que la alcaldesa de Barcelona debe la vara de mando al apoyo de quien tanto había vituperado, Manuel Valls.

Dudas sobre Díaz

No se ha granjeado Diaz muchas simpatías en ERC. Los republicanos le atribuyen un excesivo afán de protagonismo y una brújula que orienta siempre sus pasos en beneficio personal, de su candidatura en las próximas elecciones al Congreso. Hace un par de semanas, fue Gabriel Rufián, al que cabe situar en el sector más izquierdoso de ERC, tildó la reforma laboral de “mero maquillaje” de la aprobada en su día por el PP y, además, de ser un proyecto “personalista” de la propia vicepresidenta.

Joan Tardà, el líder moral de esta corriente más ‘roja’, señaló, ya el 7 de enero en las páginas de El Periódico de Catalunya que “el texto sigue validando cuestiones publicitadas desde siempre como inaceptables por parte de ERC”.

¿Puede tener costes para Esquerra mantenerse en ese ‘no’, máxime cuando los sindicatos defienden la reforma de Diaz? En el mismo artículo, Tardà recuerda que si ERC tiene las manos libres es "porque no tiene ningún vínculo exclusivo a ningún sindicato en particular por el hecho de que en él conviven diferentes corrientes sindicales”. Una visión más práctica, e irónica, la ofrece otra voz, que señala que “entre los miembros de los sindicatos que se hacen la foto con Yolanda Díaz", en referencia a sus dirigentes, especialmente los catalanes, "pocos son votantes nuestros”.

En otra cosa que coinciden todos los sectores de Esquerra es que lo deseable sería un acuerdo. En las últimas semanas se han mantenido conversaciones, pero fuentes parlamentarias apuntan que apenas se puede tildar propiamente de negociación. Hay de plazo hasta el 3 de febrero, fecha prevista para la votación, y nadie descarta, todavía, que el teléfono suene, esta vez sí para negociar, pocas horas antes de que expire el plazo. “Sería típico de ellos [del PSOE]”, asevera, resignada, una voz habituada a tratar con los socialistas en Madrid.

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