La reunión que la dirección del PP está celebrando este lunes en Génova es una muestra más de que Pablo Casado se ha quedado sin apoyos en el partido. No sólo Alberto Núñez Feijóo le ha enseñado esta mañana la puerta de salida, urgiéndole a una dimisión, aunque sin pronunciar esta palabra explícitamente. También sus propios vicesecretarios le han afeado al aún presidente del PP que se aferre al cargo mientras crece la oposición contra él y las baronías le piden un congreso extraordinario.

La dirección popular se ha reunido esta mañana pero ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo que logre superar la situación de bloqueo, el encuentro se ha retomado esta tarde. Según ha podido confirmar EL PERIÓDICO DE ESPAÑA de distintas fuentes, miembros del equipo de Casado han amenazado con dimitir si de esa cita no sale ya la convocatoria del congreso. Fuentes conocedoras aseguran que el debate sobre el cónclave centra toda la discusión. Algunos vicesecretarios le están pidiendo que lo adelante pero el todavía líder del PP se resiste y apuesta porque se celebra de forma ordinaria, en el próximo mes de julio.

Feijóo ha pedido hoy implícitamente a Casado su dimisión. El grupo que se ha articulado en torno a él exige su salida inmediata y que un Comité Ejecutivo Nacional nombre a una dirección provisional para que sea esta gestora la que organice el congreso. Esta batalla es fundamental. Lo que intenta evitar el bloque opositor es que el secretario general o personas afines tengan algún control sobre la organización del congreso que debe elegir al sustituto de Casado.

No obstante, en la reunión también se ha abordado la petición de dimisión de Teodoro García Egea, que es un clamor en todo el partido. La presidenta del Comité Electoral, Belén Hoyo, una persona muy cercana a Casado ha planteado que el secretario general deje su cargo para facilitar una resolución a la crisis en la que está inmerso el PP. Todavía hay un grupo de personas que intenta salvar de la quema al presidente del partido porque, aunque se da por hecho que Feijóo será el sustituto, no ven conveniente que el partido quedé descabezado totalmente.

Pero esta solución ya llega tarde para la mayoría del partido que sólo espera, este mismo lunes, la marcha de Casado para, antes de un mes, celebrar un congreso extraordinario. El presidente del PP tuvo hasta la noche del domingo la posibilidad de sacrificar a García Egea en aras de una solución pacífica, que es lo que el viernes pidió públicamente el presidente gallego pero la rechazó.

El aún presidente del PP había convocado hoy a la dirección popular en Génova con absoluta normalidad. Pero ya ayer se conoció que empezaba a agrietarse su núcleo duro. Fuentes del partido aseguran que Ana Pastor, una de las vicesecretarias del PP, había transmitido al presidente popular que quizás lo más conveniente sería celebrar el congreso extraordinario. Según pudo constatar este periódico más personas de la dirección tenían dudas de que Casado esté obrando de manera correcta.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ya no ha asistido este lunes a la reunión de la dirección del PP, de la que forma parte en calidad de portavoz. Esta decisión ha sido muy llamativa y delata el desmoronamiento del bloque de Casado, a pesar de su decisión de seguir adelante y no hacer caso a quienes le piden que dimita. Almeida quiere dejar la Portavocía nacional del PP para poder concentrarse en su labor como regidor, pero buscará que su cambio en el organigrama del partido sea pactado, según han informado fuentes de su entorno. "No se tomará ninguna decisión que no esté pactada con la dirección", aprecian desde su equipo.