La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha esquivado este jueves su reprobación en el hemiciclo gracias al apoyo de EsquerraJunts y CUP. El independentismo se ha unido en defensa de la jefa de la Cámara catalana, no sin críticas por su actuación en el 'caso Juvillà' y su participación en el corte independentista en la Meridiana de Barcelona desautorizado por el Govern.

La maniobra de Ciutadans ha sido infructuosa. Los naranjas han presentado ante los diputados una moción que pretendía poner contra las cuerdas a Borràs y exhibir el choque incesante entre el independentismo. Pero, no ha sido así. Primero, por una cuestión de formas, ya que las mociones sirven para instar al Govern a actuar desde el legislativo; y, segundo, porque pese a las reticencias sobre su actuación en los últimos meses por Juvillà, las licencias por edad, la transparencia y la Meridiana, no iban a caer en lo que consideran una trampa de Cs.

El texto de la filas lideradas por Carlos Carrizosa reprobaba a Borràs por "la falta de neutralidad demostrada en el ejercicio de sus funciones de dirección de los debates", por "mentir a los diputados" sobre la retirada del escaño del cupero, por acudir la manifestación de la Meridiana, por "degradar y comprometer al Parlament compatibilizando la presidencia de esta institución con su participación en otros órganos de supuesta representatividad de los catalanes como el llamado 'Consell de la República' que supone la impugnación del sistema institucional del Estado autonómico que legitima a este Parlamento y a la Generalitat de Catalunya".

Desobediencia "retórica"

Carrizosa ha pronunciado un discurso en el que ha cargado contra la "falta de neutralidad" de las instituciones catalanas dirigidas por independentistas y por implicar a los funcionarios en maniobras supuestamente contravienen el marco jurídico. "No les obliguen a hacer cosas ilegales, háganlas ustedes si quieren, pero no pringuen a otros", ha espetado desde el atril. Consciente de que el soberanismo vetaría la reprobación, Carrizosa ha intentado hasta el último minuto convencerles: "Ya sé que les puede costar un poquito más, pero estoy seguro que muchos de ustedes lo están deseando", ha lanzado a la bancada independentista.

La portavoz de Junts, Mònica Sales, ha aseverado que los naranjas emitieron su "veredicto" sobre la jefa del Parlament "hace meses" y que lo que ellos llaman mentiras, "para la gente es rendimiento de cuentas y transparencia". Esquerra, en cambio, ha cerrado filas con Borràs sobre la defensa de los funcionarios, pero ha querido poner en valor la presidencia parlamentaria de Roger Torrent, que fue muy criticada por la posconvergencia cuando lo retiró el acta al 'expresident' Quim Torra por orden de la Junta Electoral.

Desde el PSC, el diputado Raül Moreno ha pedido que las instituciones queden fuera de batallas personales y partidistas, pero ha insistido en que Borràs "no está a la altura" de lo que requiere el Parlament porque "se equivocó, tomó decisiones e hizo declaraciones que no han beneficiado a los trabajadores ni han dignificado la política". "Usted mintió en un ejercicio de desobediencia retórica", ha asegurado.

Por parte de la CUP, la diputada Dolors Sabater ha sostenido que la gestión del 'caso Juvillà' "no fue ni transparente ni clara" e inquirió en que la Junta Electoral Central (JEC) "no es un órgano competente" para retirar el acta a un diputado, por lo que ha afeado a la presidenta su forma de proceder. Los 'comuns' han optado por cuestionar el enfoque de la democracia que defiende Cs, mientras que el PP ha cargado sin freno contra Borràs.