A pesar del discurso de Alberto Núñez Feijóo sobre la necesidad de recuperar “el espacio de centralidad” en el PP y la intención de que el pacto de gobierno con Vox en Castilla y León sea algo excepcional, el partido de Santiago Abascal asegura que las relaciones con los populares pueden “mejorar” con la nueva dirección que saldrá del congreso extraordinario de Sevilla. La relación personal del líder de Vox y Pablo Casado era inexistente desde la moción de censura que los ultras presentaron en 2020 y que el líder del PP aprovechó para romper por completo relaciones.

Desde ese momento los dos dirigentes de la derecha no volvieron a hablar y la directriz de Casado y su número dos, Teodoro García Egea, era la de evitar a toda costa acuerdos como el de Castilla y León hasta que se celebraran elecciones generales. La postura de Vox, a pesar de que Feijóo representa una mayor moderación (y, por tanto, un choque seguro con ellos en muchísimos aspectos) es que las cosas se han destensado. 

Primero, afirman en el entorno de Abascal, porque no hay declaraciones taxativas de ruptura con Vox. “Hablan de grandes acuerdos, incluso la necesidad de hablar con el Partido Socialista. Pero no dicen que con Vox nada de nada”, reflexionan. Y yendo a los hechos, reconocen, la realidad es que el primer gobierno autonómico conjunto (presidido por Alfonso Fernández Mañueco y con un vicepresidente de Vox, Juan García-Gallardo) se ha producido tras la caída de Casado y con la dirección provisional popular que ya dirige, aunque de forma extraoficial, Feijóo.

Reunión o contactos con Feijóo

Con todos estos elementos encima de la mesa, el partido ultra considera que los contactos (compartiendo un gobierno autonómico) irán a más. Y no descartan en ningún caso una llamada o reunión en el corto plazo cuando Feijóo se convierta en presidente del PP. Fuentes de la dirección de Vox aseguran que sí existen contactos entre personas “intermedias” y que no tendría inconveniente en verse directamente con el presidente de la Xunta. Abascal sí mantuvo conversaciones con Mañueco durante las negociaciones de Castilla y León. También ha hablado en los últimos meses con Isabel Díaz Ayuso mientras que no se intercambió ningún mensaje con Casado hasta hace solo unos días, cuando le escribió a modo de despedida.

Feijóo tuvo su acto central de campaña interna ayer en Madrid acompañado de Ayuso en una imagen inédita e impensable entre la madrileña y el anterior líder (aún es presidente hasta el primer fin de semana de abril) y, sobre todo, que catapulta al nuevo partido. Exhibieron unidad, elogios mutuos y la evidencia de que ambos estilos deben convivir a pesar de todas las diferencias, que son muchas y públicas. Pero el presidente gallego, aseguran en su entorno, no cometerá errores del pasado y aprovechará el tirón electoral de Ayuso por encima de todo. Solo así, reconocen, será posible el triunfo del PP.

En el núcleo duro de Abascal insisten en no mirar con preocupación actos como el de ayer en Madrid, que desbordó las previsiones del propio PP. Aseguran no temer a Feijóo, más teniendo en cuenta que las encuestas siguen sonriendo a su formación. Algunas de las publicadas recientemente y, sobre todo, los sondeos internos que maneja Vox apuntan por primera vez al sorpaso. Con independencia de que existan variaciones, el partido ultra se ve fuerte y no considera que la llegada de Feijóo vaya a mermar sus expectativas. Precisamente en ese contexto, de fortaleza electoral mutua y capacidad de un entendimiento, Vox insiste en mirar con buenos ojos al nuevo PP.

Vox no se verá con el Gobierno

El único grupo parlamentario que no se reunirá con el Gobierno en el marco de la ronda de contactos para tomar medidas extraordinarias ante la guerra en Ucrania es Vox. Abascal insiste en que no hay cambio de postura con respecto a la pandemia del coronavirus, otro escenario excepcional, y que “todas las conversaciones y contactos” que mantendrán con el Ejecutivo de Sánchez se producirán públicamente en el hemiciclo. "¿Ahora quieren la foto con Vox? Que se la hagan con Bildu", insistían dirigentes con peso esta mañana en el Congreso.

El objetivo de Vox es que el debate se amplíe y no se trate solo en una sesión de control, sino que puedan exponer su punto de vista en una intervención más larga en el pleno. En lo que el Gobierno sí podría encontrar su apoyo es en el aumento del gasto en defensa hasta alcanzar el 2% del PIB, una medida que Vox recuerda que también propone. Sí dejan claro que no estarán en ningún acuerdo “que camufle” otras cuestiones como el Ejecutivo ha hecho en anteriores decretos.