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Elecciones autonómicas

Macarena Olona, la apuesta de Vox para avanzar en la conquista de Andalucía

La dirección nacional del partido elige a la coportavoz en el Congreso para mejorar los resultados de 2018 e intentar entrar en el Gobierno andaluz

Macarena Olona. David Castro

Si uno sigue a Macarena Olona en Twitter verá que cada día la diputada de Vox dedica unos minutos a felicitar el cumpleaños a alguno de los más de 360.000 seguidores que tiene en la red social del pajarito azul. Esta tendencia, reclamar mensajes a Olona como si fuera una estrella del cine, comenzó hace meses y, lejos de ir apagándose, cada vez va a más. Esa popularidad, tan solo superada por Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, es lo que ha llevado a esta alicantina de 42 años a ser la candidata de Vox en las elecciones andaluzas. La que en 2019 fue la revelación del partido es la elegida para continuar la conquista de Andalucía, el primer territorio en el que consiguieron representación en las instituciones. Lograron 12 diputados. El objetivo ahora es que se convierta, como mínimo, en la vicepresidenta de Juanma Moreno.

Este jueves, horas antes de que se confirmara su candidatura, Olana ya se ha entregado a su primer mitin de campaña desde la tribuna del Congreso. Entre aspavientos, palabras gruesas y sarcasmo, la secretaria general del grupo parlamentario Vox se ha burlado de las supuestas torturas a presos de ETA por parte de la policía. Y, a gritos, ha terminado arremetiendo duramente contra Meritxell Batet. Todo olía a gasolina para calentar los motores de cara a los comicios que se celebrarán el próximo 19 de junio.

Nacida en Alicante (1979), la candidata ultra se licenció en Derecho con premio extraordinario en la universidad de esa misma ciudad e ingresó en el Cuerpo de Abogados del Estado en 2009, donde destacó hasta convertirse en abogada jefe del Estado en Euskadi durante 2013 y 2017. En aquellos años armó los recursos contra la realización de actos que pretendían homenajear a presos de ETA y participó en el patronato del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo. Fue allí donde también se curtió un Abascal que, por entonces, era miembro del PP y que en 2013 impulsó Vox con el apoyo del exfuncionario secuestrado por ETA José Antonio Ortega Lara.

Entre teatros y recursos

Su camino al Congreso en las elecciones de 2019 no se inició ni desde Alicante, ni el País Vasco. Fue desde Granada. Olona se presentó por las listas de esta circunscripción. La misma por la que ahora será la 'número uno' de la papeleta para entrar en el Parlamento andaluz. A esta cita con las urnas llegará tras bregarse durante casi tres años en el Congreso. Más discreta al principio, jugó un papel importante: respaldar a Espinosa de los Monteros y ser la voz del partido en asuntos jurídicos. Hasta el punto que es raro ver a Vox presentando uno de los tanto recursos de inconstitucionalidad que ha registrado sin que sea ella quien acuda a informar a la prensa.

Pero su estilo preciso a la hora de hablar sobre temas legales contrasta con su imagen explosiva, dada a la dramatización. En abril de 2021, en plena campaña electoral madrileña, Vox celebró un acto en la conocida como la 'Plaza Roja' de Vallecas. Era territorio enemigo y el ambiente estaba caldeado. Eso no impidió que Olona irrumpiera en la plaza bajo un enorme paraguas de la bandera de España, acaparando todas las miradas.

Ese mismo gusto por la teatralización le ha llevado también a ser una de las figuras protagonistas de las sesiones de control al Gobierno. La rapidez con la que cuestionaba al principio a los ministros, más propia de un opositor recitando un tema que de un política, dio paso a un tono burlón, irónico en muchos momentos. Sus cara a cara con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, son ya una institución. 'Lady Paro' y 'ministra comunista', le gusta llamar a la líder de los morados en el Gobierno.

Unos duelos que ahora tienen los días contados. La campaña electoral empieza en poco más de un mes, el 3 de junio, y será solo entonces cuando destape su verdadero ser, el de candidata, y todo su potencial, tanto para encandilar como para asustar. El PP teme que su perfil movilice a la electorado de la izquierda mucho más de lo que lo habría hecho un candidato desconocido como el de Castilla y León, Juan García-Gallardo. En el equipo de Juanma Moreno no esconden el temor de que no logren un resultado tan claro como el de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y tengan que lidiar con Olona como vicepresidenta.

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