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Socio de Gobierno

Sánchez intentará salvar a ERC como socio tras el portazo por el 'Catalangate'

El Ejecutivo confía en que la comisión de secretos, que se reunirá probablemente la próxima semana, sirva para desinflamar la crisis con los republicanos | Desde ERC se quejan de que el Gobierno deja "poco margen de maniobra" pero piden no "anticipar acontecimientos" sobre el apoyo al PSOE

Pedro Sánchez y Félix Bolaños, en el Congreso. EFE

Pedro Sánchez, un líder político correoso que ha hecho de la resiliencia su marca personal, salvó de nuevo otro momento culminante de la legislatura. Y no estaba cantado. Ni mucho menos. Logró convalidar este jueves el real decreto ley de medidas de respuesta a las consecuencias de la guerra en Ucrania, gracias al decisivo apoyo de EH Bildu y con el rechazo del PP y de una ERC muy dolida con el Gobierno por el 'Catalangate'. Aprobación, eso sí, por la mínima, por cuatro escuálidos votos, pero suficientes. Por 176 síes y 172 noes y una sola abstención. Esta vez, y a diferencia de lo que ocurrió con la reforma laboral, sin contratiempos y sin errores de ningún diputado. Un resultado limpio, mayoría absoluta. Pero esos números fríos rubricaban una negociación llevada al límite en los últimos días, una combinación que solo acabó de cuadrar pocos minutos antes de que arrancara el pleno en el Congreso y que visualizaba un segundo e importante portazo de los republicanos en otra votación nuclear. Un distanciamiento que crece y que arroja muchas dudas de cara al futuro.

De los labios de ministros y altos cargos del PSOE salía, casi a modo de conjura, una convicción: "Reconduciremos". Era la seguridad de que pese a todos los tropiezos, pese a que la fractura se ensancha, será posible reconstruir la relación con ERC, muy erosionada ahora por el presunto espionaje al independentismo a través del 'software' israelí Pegasus. La formación de Oriol Junqueras sigue siendo, a ojos de los socialistas, un socio habitual de legislatura. Pero no el único y no aquel por el que pasan necesariamente todas las votaciones. No respaldó a Sánchez en la reforma laboral, en febrero, y tampoco este 28 de abril, en el paquete anticrisis. Ahora, los socialistas esperan que la crisis se desinflame una vez que se sustancie la comparecencia de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), previsiblemente la semana próxima, en la recién constituida comisión de secretos oficiales del Congreso.

El Ejecutivo sufre para salvar el decreto anticrisis, pero lo consigue ‘in extremis’, por la mínima y gracias al sí de Bildu. El no, y tras muchos rodeos, se queda en el no

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Desde luego, el Ejecutivo pudo respirar este jueves después de mascar una tensión creciente durante varias jornadas. Corría el serio riesgo de que su plan de choque cayera derrotado. Al final, armó una mayoría alternativa. 176 votos nutridos de PSOE, Unidas Podemos, PNV, Bildu, PDECat, Más País, Compromís, BNG, Nueva Canarias, PRC y Teruel Existe. En el bloque del no, Vox, ERC, Ciudadanos, Junts, CUP, los dos exdiputados de UPN, Foro Asturias, el ex de Cs Pablo Cambronero y, finalmente, y tras mucho rodeo, el PP. La única abstención procedió de la parlamentaria de Coalición Canaria. El texto se tramitará ahora como proyecto de ley —gesto del Gobierno para amarrar los votos—, lo que permitirá introducir cambios. Ha ganado la "política sana", la que "conecta con las demandas y necesidades de los ciudadanos", frente a la "política malsana", la que "da la espalda a la calle", se felicitó Sánchez ante los periodistas al acabar el pleno.

El presidente no diferenció entre aquellos que habían caído en la "politiquería", entre los que apostaban por el "cuanto peor, mejor". No cargó contra ERC (tampoco se ensañó con el PP de Alberto Núñez Feijóo), pero tampoco desplegó gestos de cara al futuro. Tampoco lo hizo en tribuna la diputada republicana Montse Bassa. "Conocen intimidades de nuestras familias, amigos y allegados", deploró, para volver a pedir la caída de Margarita Robles, demandada la víspera por el 'president', Pere Aragonès, por las palabras de la ministra de Defensa en la sesión de control con las que venía a justificar la vigilancia a los dirigentes independentistas en 2019.

El "gran dilema" de los republicanos

El no de ERC, de hecho, se fraguó el miércoles por la noche tras una reunión "muy larga" en la que, según fuentes presentes, se evidenció un "gran dilema", pues el nuevo portazo a Sánchez suponía rechazar un decreto con medidas beneficiosas para los ciudadanos, como la bonificación de 20 céntimos el litro de combustible. Pero acabó imperando el criterio de que la justificación de Robles y la férrea defensa que hacía la Moncloa de la ministra era una "falta de respeto a los esfuerzos" que había hecho el partido.

No está en cuestión la continuidad de Robles como ministra de Defensa. El presidente “por supuesto” mantiene su confianza en ella

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Las palabras de la ministra sublevaron a ERC, pero también agitaron a Unidas Podemos. Por el tono, sembraron igualmente un cierto malestar en el PSOE, por haber roto la estrategia de calculado apaciguamiento que habían seguido Sánchez y su hombre fuerte en el Gabinete, Félix Bolaños. Pero su cargo no estaba en tela de juicio. En la Moncloa y en el partido la blindaron, advertían de que el presidente no se plantea su cese porque no ha hecho "nada irregular" y porque el CNI, en sus manos, ha actuado "con arreglo a la ley". O sea, con amparo judicial. Ceder esa cabeza, observaban, sería tanto como reconocer una ilegalidad, y justo el Gobierno repite que tiene la "conciencia tranquila".

Sánchez respondía este jueves a la prensa con un "por supuesto" cuando le preguntaron si mantenía la confianza en su ministra, la mejor valorada de su Gabinete y con capacidad para alcanzar el electorado más moderado. En el entorno de Robles, se congratulan de la respuesta "de la calle", del apoyo que le prestan los ciudadanos, y resaltan que el presidente, con el que tiene una interlocución fluida y directa, ya conoce su tono, que es el de "siempre". "Ella aporta, para bien o para mal, coraje, valentía y principios", ilustran fuentes muy próximas.

Y ahora, ¿qué? La respuesta no está clara. En lo inmediato, no se prevén más gestos hacia ERC de los ya anunciados para esclarecer el 'Catalangate'. "Paso a paso", señalaba una destacada ministra. El siguiente es la comisión de secretos oficiales, desbloqueada este jueves con la votación, por mayoría absoluta (ya no por tres quintos), de sus diez integrantes. Cuatro de ellos, de ERC, Bildu, Junts y la CUP, no apoyados por las derechas. El órgano se reunirá probablemente la próxima semana y allí comparecerá la directora del CNI, Paz Esteban. La confianza es que esa sesión servirá para explicar lo ocurrido, sin reservas (es el único foro donde se puede revelar información clasificada), y sosegar al independentismo. Pero ERC ya ha advertido de que no le vale, que quiere una comisión de investigación y dimisiones.

Cada vez, más costoso

A partir de ahí, aseguran en el Gobierno y en el Grupo Socialista, se seguirá "dialogando con todos, como siempre se ha hecho", y trabajando "votación a votación", también con ERC. "En absoluto" se quiere perder a los republicanos como socios, señala un relevante ministro, se buscará reconstruir la confianza. Ahora bien, como indica un cargo de la Moncloa, también la votación del decreto anticrisis ha hecho ver a ERC que "no es imprescindible": "Ha amenazado y ha perdido", porque la convalidación se logró enhebrando otra mayoría, "así que con Bildu y Ciudadanos, según los casos, se pueden sacar votaciones".

Por ahora, no ha cundido la sensación de que la legislatura está rota, aunque todo dependerá de lo que ocurrirá en las próximas semanas, de si se reconstruye la confianza con ERC

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Por ahora, no ha cundido la percepción de que la legislatura está rota, acabada, aunque algunos parlamentarios socialistas señalaban en el pleno que, en función de lo que ocurra en las últimas semanas, podría tomar cuerpo la sensación de que será muy difícil concluir el mandato cuando Sánchez preveía, en diciembre de 2023. "Pase lo que pase, lo que está claro es que nos costará más cada proyecto en el Congreso", constatan en la cúpula parlamentaria.

La visión de ERC es sombría. De cara al futuro, fuentes republicanas advierten de que el Gobierno está dejando "poco margen de maniobra", pero a renglón seguido piden "no anticipar acontecimientos" sobre el futuro apoyo parlamentario al PSOE. Antes de las palabras de Robles, la estrategia de Aragonès pasaba por seguir negociando con el Ejecutivo votación a votación, pero alejándose de la etiqueta de socio preferente. "Nos han excluido y nos toman por el pito del sereno", zanjan las citadas fuentes. Lo que parece evidente es que este jueves Gobierno y ERC se dejaron jirones y que ahora falta recalcular la hoja de ruta. No será fácil y el resultado, a día de hoy, es muy incierto.

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