Por si quedaban dudas, tras la primera reacción tanto del Govern, como de ERC, así se dio a conocer el cese de Paz Esteban como directora del CNI, el president Pere Aragonès llevó este miércoles su personal valoración al Parlament. "El cese ni matiza ni resuelve la crisis", dijo sucintamente. Y añadió: "Se equivoca quien crea que con esta destitución se acaba la depuración de responsabilidades".

Volvió a pormenorizar el republicano las tres patas sobre las que se debe de sustentar, en su opinión, cualquier resolución del 'Catalangate'. Explicaciones, dimisiones y garantías de que no vuelva a pasar. Y volvió a subrayar la importancia de que se comparta información y que el Gobierno "sea transparente".

Es en virtud de esa información, que aún se desconoce, de la que emanarán las posteriores exigencias de responsabilidad política. ERC vuelve, por tanto, al inicio de la crisis y asevera que hasta que no tenga toda la información no arremeterá contra un cargo en concreto.

Las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en el Congreso, a finales de abril, en las que justificó el espionaje al independentismo provocó que los republicanos se saltaran algún paso y, de manera inmediata, pidieran su cabeza.

De hecho, la cabeza de Robles sigue siendo la pieza a cobrarse por parte de ERC, pero, a la vez, los republicanos no quieren ser rehenes de sus palabras cuando, por ejemplo, la divulgación de la información reservada, si es que se da, aporte algún otro nombre como responsable del desaguisado. Los republicanos, de hecho, no descartan absolutamente nada.