Desde el primer día de la invasión rusa en Ucrania, el pasado 24 de febrero, la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP) detectó la existencia, dentro de foros de usuarios de prostitución, de mensajes en las que se comentaba la oportunidad que se les abría para acceder a mujeres procedentes del conflicto armado.

 

La trata no deja de ser una consecuencia de la guerra, y para evitarlo tanto la Fiscalía como organizaciones especializadas se han movilizado en nuestro país para evitar que mujeres y niñas vulnerables caigan en las redes mafiosas que pretenden traficar con sus cuerpos. También se han producido novedades en el Congreso de los Diputados, que la semana pasada apoyó de forma mayoritaria una proposición del PSOE para modificar el Código Penal con el objetivo de agravar las penas asociadas a este delito cuando afecte a refugiados del conflicto bélico en Ucrania.

Fuentes fiscales han confirmado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, medio que, al igual que este diario, pertenece al grupo Prensa Ibérica, que la Unidad de Extranjería de la Fiscalía General del Estado está manteniendo reuniones con los organismos implicados y las ONG para realizar una labor de prevención y de detección temprana de posibles casos de trata y de potenciales víctimas, en línea con los protocolos de la Unión Europea y la Relatoría Nacional contra la Trata de Seres Humanos. Las reuniones son periódicas, y con ello se logra tener información de primera mano sobre la evolución del fenómeno.

Entre las organizaciones convocadas a estas reuniones de trabajo está la APRAMP, cuya directora, Rocío Mora, explica a este diario que desde el principio del conflicto se pusieron en contacto con las organizaciones de atención a los refugiados, como son el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) o Cruz Roja para ponerse a su disposición en las fronteras. "Se trata de que estemos coordinados para crear canales seguros, que todo el mundo sepa dónde hay que fijarse, y si se detectan problemas ponerlos sobre la mesa", apunta.

Solidaridad "peligrosa"

Mora valora la ola de solidaridad que llevó a decenas de personas anónimas a acudir a zonas fronterizas, como ocurrió en Polonia, para ofrecer atención a los refugiados, si bien subraya que "ofrecer una vía de solidaridad no ordenada era peligroso". En esos primeros momentos, eran muchas las mujeres y las niñas que salían del país y existía el riesgo de que fueran captadas por las redes de trata.

En su propia página web apram.org la asociación aporta material informativo concreto sobre Ucrania junto a otras entidades como son el Proyecto Esperanza y Diaconía, que permite a las personas desplazadas identificar a ser captadas por individuos o grupos criminales, y saber cómo pedir ayuda. 

Así, a través de un código QR pueden descargarse una tarjeta en lengua ucraniana con información preventiva y de contacto a la que pueden acceder en cualquier situación que así lo requieran, y que funciona durante las 24 horas. Se cuenta asimismo con una 'unidad de rescate', realiza una identificación proactiva, buscando y analizando aquellos lugares donde pueden encontrar a potenciales víctimas.

Tras el desorden inicial, la situación parece haberse ordenado a través de los Centros de Recepción, Atención y Derivación (Creade) desplegados en Pozuelo de Alarcón (Madrid), Barcelona, Málaga y Alicante desde el pasado 11 de marzo y en solo quince días atendieron a más de 6.000 huidos del conflicto en Ucrania.

La obligación de los refugiados de pasar por estos centros facilita el trabajo frente a la trata, pues allí se controla dónde se ubicaran en nuestro país y las mujeres pueden exponer su experiencia con personas que desde la frontera les estaban ofreciendo salir gratis y de forma urgente. "Algunas situaciones generan en las mujeres mucha confusión y miedo", señala Mora, cuya organización mantiene a algunas de esas posibles víctimas en pisos de protección.

Protocolo de prevención

Tania García es técnico especializada en trata de seres humanos de la Dirección General de Gestión del Sistema de Acogida de Protección Internacional y Temporal -dependiente del Ministerio a cargo de José Luis Escrivá-, y participa en el protocolo de prevención de casos de trata que se ha implementado en el Creade de Pozuelo. "La medida principal implantada en los Creade en el ámbito de la trata es la aprobación de un procedimiento para la prevención, detección y actuación en materia de trata de seres humanos", señala a este periódico.

Sobre la localización de los centros, apunta que no ha sido fruto del azar, sino realizando un estudio previo del número de personas de origen ucraniano existente en nuestro territorio, "ya que como suele suceder, las personas desplazadas acuden a los territorios donde existe diáspora preexistente. El miedo suele imperar y, según García, las mujeres y niñas que llegan a los centros no están relatando los intentos de captación que han podido sufrir, no obstante, a través de entrevistas y la evaluación de los casos que realizan los profesionales que trabajan en los centros sí se han detectado casos concretos. En todo caso, el verdadero peligro de explotación de estas mujeres llega una vez comienzan a pasar semanas de su estancia en nuestro país y que "por eso la labor preventiva toma una especial importancia".

En cuanto a la existencia de una estadística o datos específicos sobre este fenómeno, García apunta que no disponen de ellos como tal, si bien en el centro en el que ella trabaja se ha activado por el momento el denominado 'procedimiento de trata' en menos de 10 ocasiones, "siendo el resultado en mitad de los casos de falsa alarma y en la otra mitad de intentos de captación o peligro por una posible captación". En cada caso, y tras la evaluación por parte de los especialistas implicados, se ha coordinado una respuesta específica.