Mientras transcurre la última jornada de la cumbre de la OTAN en Madrid y en plena resaca del dato conocido sobre la inflación de junio, que ya supera el 10%, Alberto Núñez Feijóo emprende una gira de dos días en País Vasco y Cataluña donde pretende hacerse oír en varios encuentros con empresarios en busca de que se escenifique apoyo a su alternativa a Pedro Sánchez. 

El PP no aclara qué postura tomará cuando el Congreso vote el nuevo decreto de medidas anticrisis (que incluye la rebaja del IVA de la luz hasta el 5% y un cheque de 200 euros para las personas más vulnerables, dos propuestas que figuraban en el plan económico que Feijóo envió a la Moncloa en abril y que el Gobierno obvió en su primer paquete). Lo que está claro es que el líder popular lleva días preparando el terreno de un voto en contra porque entiende que el plan de Sánchez llega tarde y se queda muy corto en medidas clave, como todas las dirigidas a las clases medias. 

Según fuentes populares, la situación económica es “cada vez más delicada”. En la cúpula conservadora reconocen una “preocupación en aumento” ante “lo que está por venir”, y auguran “momentos muy duros para la sociedad española” en los próximos meses. En este momento de debilitamiento en lo económico, unido al fuerte desgaste que sufre Sánchez desde la derrota electoral andaluza (con el oasis que ha supuesto ejercer de anfitrión en la cumbre de la Alianza Atlántica esta semana), el líder popular se implicará de lleno en explicar a los empresarios de dos comunidades clave qué medidas cree el PP que deben aplicarse de inmediato para combatir la inflación y garantizar un respiro a empresas y familias.

Ayer mismo, el líder popular aprovechó su intervención de clausura en la XIX Asamblea General de la Empresa Familiar de Madrid para reprochar las previsiones del Ejecutivo sobre la evolución del IPC: "Decían que seríamos el país que menos sufriríamos las consecuencias de la guerra por ser el país más alejado del conflicto. Llevamos más de un año sumidos en una espiral inflacionista mientras el Gobierno se empeñó durante muchos meses en mirar para otro lado", zanjó.

Si algo ha caracterizado a Feijóo desde su llegada a la presidencia ha sido la obsesión por explicar su alternativa económica a Sánchez. Ya visitó Cataluña (el primer viaje que hizo como líder de la oposición) con ese objetivo, y lo volverá a hacer este viernes para reunirse con el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre. En la jornada previa, la de este jueves, visitará las instalaciones de Petronor, poniendo el foco en el sector petroquímico en mitad de la imparable subida del precio de los combustibles, que ha terminado por devorar la subvención aprobada por el Gobierno. Justo después Feijóo almorzará en el Círculo de Empresarios Vascos, donde también expondrá su proyecto económico. 

El líder del PP ha dado prioridad a recomponer las relaciones con el empresariado, empezando por la CEOE, tras una etapa difícil entre la patronal y la anterior cúpula popular. Pablo Casado rompió algunos puentes que nunca antes se habían roto. Estas visitas de Feijóo suponen un nuevo reforzamiento en una órbita que forma parte de la naturaleza política del PP, al tiempo que Sánchez insiste en un discurso muy diferente que recuperó hace días, desde el Palacio de la Moncloa, cuando aseguró que su Gobierno es “molesto” para “determinados poderes económicos”. “No nos van a quebrar”, dijo entonces el presidente.

En el primer partido de la oposición asisten con sorpresa a esta nueva pendiente por la que se desliza el jefe del Ejecutivo y que asocian “a sus orígenes como secretario general del PSOE”, cuando hizo un giro marcado a la izquierda entre reproches a empresas y medios de comunicación. Aún así, consideran que Sánchez está en “una nueva estrategia como respuesta a las elecciones andaluzas”, que han puesto patas arriba el tablero político en España. Y, precisamente, advierten, Feijóo no quiere desviar su camino un ápice y seguirá apostando por vender su proyecto económico y que su mensaje cale entre los empresarios.

Se da la circunstancia de que en País Vasco y Cataluña la voz del empresariado es muy potente, y en Génova aseguran que la “preocupación” ante los nubarrones que vienen en el corto y medio plazo intranquilizan mucho a todos ellos. 

También coincide que los partidos nacionalistas de ambos territorios (el PNV en el primero de forma clara y los independentistas catalanes de dos formaciones distintas en el segundo) son apoyos clave para Sánchez. De ellos depende en gran medida lo que pueda durar la legislatura.

El convencimiento en el equipo de Feijóo es que su proyecto es “nítido” y se está volviendo confiable en sectores muy transversales. “En este momento hay que preguntar a los empresarios si se fían más de las recetas de Sánchez o de las que propone Feijóo”, reflexionan en el núcleo duro del presidente popular. Con ese ánimo se desplaza a las dos comunidades y el colofón de la gira por territorios históricos llegará con Galicia el sábado.

En el caso de Cataluña, el empeño del PP tiene que ver con frenar el protagonismo al debate identitario y del conflicto permanente entre Generalitat y Estado, y abrir el foco como ya hizo el pasado mayo en el Cercle d'Economia. Entonces, Feijóo defendió su modelo empleado en la Xunta, que le permitió acumular cuatro mayorías absolutas bajo las siglas del PP en una comunidad con lengua cooficial y frenando con rotundidad las aspiraciones nacionalistas. “Hay un modelo y se puede hacer”, vuelven a repetir dentro del partido.