El Gobierno "irá a por todas" para contener la inflación disparada. Pedro Sánchez promete dejarse "la piel para defender a la clase media y trabajadora" de las consecuencias de la guerra de Ucrania. No escatimar en recursos del Estado. Y para ello lanza, en el primer debate del estado de la nación de su mandato, nuevas medidas, "de impacto", "ambiciosas", como habían adelantado en la Moncloa en los últimos días.

Medidas también de fuerte carácter ideológico, precisamente para subrayar una divisoria con la gestión del PP en la recta final de la legislatura. Un impuesto "excepcional y temporal" a la banca para que las entidades financieras no se beneficien de las subidas de los tipos de interés (1.500 millones de recaudación extra en dos años).Otro impuesto "excepcional y temporal" a las grandes empresas eléctricas, gasistas y petroleras, para gravar sus beneficios extraordinarios obtenidos en 2022 y 2023 (y con el que el Estado ingresará 2.000 millones más al año). O sea, 7.000 millones más por estos dos nuevos recargos fiscales. Y hay más: una beca complementaria de 100 euros mensuales para todos los estudiantes mayores de 16 años que ya disfrutan de una beca, prestación que recibirán cerca de un millón de alumnos, en el último trimestre de este año, para que ninguno abandone sus estudios por motivos económicos. Desbloqueo "inmediato" de la 'operación Campamento' en Madrid para construir hasta 12.000 viviendas, el 60% de ellas públicas. "Estaremos al lado de los que necesitan a los poderes públicos aunque al hacerlo incomodemos a los poderosos", justificaba Sánchez.

Eran estos los anuncios más relevantes formulados por el presidente en el arranque del debate de la nación, el primero en siete años, el número 26 en la historia del parlamentarismo en España. Sánchez quería recobrar el pulso de la legislatura en este tramo tan "crítico", como decían los suyos, justo después del batacazo de su partido en las elecciones andaluzas del 9 de junio. Y hacerlo con un catálogo de medidas económicas y de protección social que sirvieran para oponer su gestión socialdemócrata a los "recortes" del PP.

Sánchez comenzó su intervención, de algo menos de hora y media, entrando de lleno en la situación económica de España. Sin rodeos tras sus primeras frases y con un tono distinto, tratándose de ponerse en la piel de los ciudadanos. "Sé que la escalada de precios hará más difícil lo que antes era difícil", "me hago cargo" porque "llevamos más de dos años de grandes sacrificios personales y económicos". Esta idea de 'sé lo que está sucediendo y no voy a poner paños calientes' fue una constante en todo su discurso pero la contrapuso siempre a los mensajes "catastrofistas" que, en su opinión, lanza el PP. En definitiva, buscaba ponerle "alma" a sus palabras —lo que Yolanda Díaz decía echar en falta—, asomar cierta autocrítica y evitar el triunfalismo.

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El Congreso acoge el primer debate sobre el estado de la nación en siete años. David Castro

Un PP como "curandero"

A este partido aludió, de hecho, con la comparación entre el diagnóstico que hace un "curandero o de médico especialista". "El curandero dice que todo es culpa del Gobierno y que con otro Gobierno no hubiera sucedido". Pero, lo cierto, destacó, es que "no hay una sola institución seria o un solo estudio empírico que avale esta tesis". "Atravesamos un área de turbulencias, debemos conocer los riesgos pero siempre aparecen traficantes del miedo y profetas de la catástrofe", los de la derecha. Pero, sentenció, "no hay que tener miedo al miedo": España superará este cúmulo de adversidades y saldrá incluso "fortalecida de esta prueba", arengó.

"No me voy a ir por las ramas, el gran reto se llama inflación", admitió, aplicando a su discurso dosis de realismo y apoyándose (raro en él en la tribuna) en gráficos bien grandes para enseñar a sus señorías. El alza de los precios es una "enfermedad grave", que "empobrece a todos". Pero hay, defendió, ocho países de zona euro y 65 países con datos peores que España. En nuestro país, explicó, supone una combinación de la subida de la energía y del precio de los alimentos. El presidente se explayó en detallar cómo la economía mundial ha llegado a esta situación, con una combinación de factores que une los efectos de la pandemia con lo de la guerra en Ucrania. La crisis de suministro, el alza del consumo tras el confinamiento, la dependencia europea del gas ruso, Vladímir Putin y su amenaza de cortar la energía. 

"No me voy a ir por las ramas, el gran reto se llama inflación", subraya Sánchez, que reconoce la incertidumbre del escenario actual, que depende, en buena medida, de cuánto dure la guerra, aunque no solo

Todo esto unido, subrayó, nos ha traído hasta aquí. Hasta una coyuntura negra pero que no es achacable a un "mal endémico exclusivo de España", ya que afecta a "todo el planeta". Y lo que hay por delante es incertidumbre —"¿Qué va a pasar? No lo sabemos. Nadie tiene una respuesta segura"—, porque no sabemos cuánto tiempo durará la invasión rusa de Ucrania, ni cómo evolucionarán las economías de EEUU, China, Europa y Alemania, ni si Moscú cortará el grifo del gas.

Por ello, trató de transmitir que "no se puede acabar con esto de la noche a la mañana" y que "no se puede descartar nada", ni el peor escenario. Y advirtió a los ciudadanos de que "no crean a quienes dicen que esto se puede resolver de un plumazo", en referencia al PP, porque no hay soluciones mágicas, "falsos remedios a enfermedades reales". Sánchez buscó enhebrar un diagnóstico "realista", sin pretender "eximir a nadie de responsabilidad". Su Gobierno está dispuesto a asumirla "toda", pero no comprará soluciones "falsas, engañosas e injustas".

Sánchez: "El destino nos brinda la oportunidad de no cometer en Ucrania el error que otros cometieron en España"

Sánchez: "El destino nos brinda la oportunidad de no cometer en Ucrania el error que otros cometieron en España" Agencia ATLAS | DAVID CASTRO

Contraste con Ayuso

Ese razonamiento de que su Ejecutivo irá "a por todas" le llevó a desgranar las medidas que tenía preparadas y que de inmediato fueron celebradas por sus socios de coalición, Unidas Podemos, y despreciadas por el PP. Desde luego, las dos iniciativas con mayor carga ideológica eran las relativas a los impuestos a las eléctricas (ya adelantada hace 15 días, aunque le faltaba el ajuste fino) y a la banca, con las que el Estado podrá recaudar, en total, unos 7.000 millones de euros más en dos años.

Los dos nuevos impuestos se tramitarán como proposiciones de ley y su tramitación discurrirá en paralelo a la de los Presupuestos de 2023, según precisa Montero

Se tramitarán como proposiciones de ley de los grupos que sostienen al Ejecutivo (PSOE y Unidas Podemos), para que la tramitación sea más ágil y discurra en paralelo a la de los Presupuestos de 2023. Y se aplicaría a las empresas con beneficios de más de mil millones de euros, según detalló después a los periodistas la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. "Este es el momento de probar el compromiso social de las grandes empresas", defendió el presidente desde la tribuna, de modo que "cualquier beneficio indirecto no engorde la cuenta de resultados ni los sueldos de los directivos", sino que revierta en la sociedad y ayude a combatir la inflación.

Pero destinada a las grandes mayorías, en las que quiere centrar tanto su acción de Gobierno, es la gratuidad de los abonos de Renfe de Cercanías, Rodalies y media distancia: la bonificación prevista para estos billetes multiviaje era del 50% y ahora pasará al 100%. Se suma a la rebaja del 30% para los abonos del resto de transporte urbano y metropolitano, que las comunidades autónomas y los ayuntamientos pueden completar hasta llevar el descuento al 50% o al 60%. Y como medida de contraste ideológico con Isabel Díaz Ayuso y sus becas para rentas familiares de más de 100.000 euros, el Gobierno desplegará esa beca de 100 euros mensuales para los estudiantes mayores de 16 años que ya disfrutan de una ayuda.

Pensamiento computacional

Pero además el Ejecutivo aprobará en breve la ley de movilidad sostenible y nuevas leyes de industria y de mecenazgo. También impulsará el programa Código Escuela 4.0 para que los casi seis millones de alumnos de Educación Infantil, Primaria y de ESO desarrollen su competencia digital "en pensamiento computacional", en concreto en programación y robótica. Presentará una "nueva y mejorada Política Agraria Común" para ayudar al campo español. Asimismo, se creará el Centro Estatal de Salud Pública para mejorar la gestión de emergencias sanitarias, se dará vida a un nuevo marco regulador estatal básico del personal de prevención y extinción de incendios, se hará una "inversión sin precedentes" para que Canarias y Baleares sean territorios plenamente descarbonizados, se pondrá en marcha un plan de 200 millones para desplegar el autoconsumo en los edificios públicos. Ceuta y Melilla disfrutarán de dos planes estratégicos para el desarrollo económicos.

Sánchez avanzó compromisos de carácter más político, algunos ya adelantados: una ley de protección del informante (de casos de corrupción), la ley integral contra la trata y la explotación de seres humanos, la ley contra la discriminación racial, la nueva ley de secretos oficiales y otra más de regulación de los 'lobbies'.

El presidente sí añadió que también serán precisas medidas de ahorro energético para hacer frente a las consecuencias de la guerra, incluido un posible corte de suministro de Rusia, y respaldar a los socios europeos: habrá que impulsar el teletrabajo, fomentar el transporte público, bajar algún grado la calefacción y subirlo en el aire acondicionado. "Podemos hacerlo y lo vamos a hacer", dijo. También enfatizó que España no puede ahora dejar de ser solidaria con Ucrania, y con la UE, porque Ucrania también "lucha por su nación y por nosotros". España, pues, tiene el "deber moral" de auxiliar a Kiev.

Sánchez atacó al PP por su rosario de casos de corrupción, por su "catastrofismo"... y también por el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial: "Eso sí que no ha cambiado desde 2015", la fecha del último debate de política general, "me permitirá la broma". Preguntó a los populares por qué vetan la renovación de ese órgano, del TC, por qué no retiran los recursos contra la ley de eutanasia o del aborto, y lo comparó con lo que ha ocurrido en EEUU con la interrupción del embarazo. "No aceptan el veredicto de las urnas y lo que tratan es de revocar conquistas sociales sin que los ciudadanos lo hayan decidido con su voto mayoritario". El presidente concluyó su discurso inicial con un mensaje a los españoles frente al pesimismo de la derecha: "No permitan que les roben la confianza, no duden de capacidad de España para sobreponerse. Somos un país resistente y combativo". El líder socialista era ovacionado por los suyos y por Unidas Podemos. La sensación era de optimismo, de tarea hecha. Pero aún queda mucho debate por delante.