El jefe de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluis Alay, ha justificado ante el juez del caso Volhov que solicitara información a un mosso d'esquadra porque en los aeropuertos de Edimburgo (Escocia), Londres (Inglaterra), Washington (Estados Unidos) y en Prat de Llobregat le saltaba las alertas policiales siempre que pasaba por las aduanas y los funcionarios empezaban a hacerle preguntas, según han asegurado fuentes judiciales. Alay compareció este lunes en el juzgado en calidad de imputado, al igual que el agente de la policía de la Generalitat que le facilitó información y le remitió un pantallazo del ordenador en la que le comunicaba que no aparecía ninguna requisitoria por parte de ningún juzgado ni organismo oficial.

Alay solo ha respondido a las preguntas de su abogado, Gonzalo Boye. El jefe de la oficina de Puigdemont ha asegurado en su declaración que cada vez que saltaba esta alerta, de la que se desconoce la procedencia, los funcionarios le hacían preguntas y era una situación "engorrosa", según las fuentes consultadas. Para su abogado, estos aviso son "anotaciones ilegales", a la vez que defendió que su cliente no había cometido delito, presuntamente el de revelación de secretos, porque "no es información reservada". El policía, Xavier M. también encausado y asistido por el mismo letrado, se ha acogido a su derecho a no declarar.

El juez del caso Volhov de presunta corrupción y financiación del procés, Joaquín Aguirre, abrió una pieza separada, a petición del fiscal Fernando Maldonado, para investigar y averiguar como es que Alay había recibido información por parte del mosso. Los mensajes que delataron estos hechos fueron encontrados en su día en el teléfono del jefe de la oficina de Puigdemont, que fue confiscado tras su detención en octubre del 2020. Alay fue una de las personas que acompañaban al exmandatario catalán cuando fue detenido en marzo del 2018 en Alemania.

"Hola Xavi, necesitaría un pequeño favor"

"Hola Xavi, necesitaría un pequeño favor. Ya sabes. Mira si se mantiene efectivo el control específico que hay contra mí. Me iría bien un pantallazo también, por favor". Este mensaje fue escrito por Alay a las 10.15 horas del 17 de julio de 2020 e iba dirigido al mosso Xavier M. A los pocos minutos, insistió: "Si puedes, sí. Mejor tenerlo por favor. Esto es una losa que tengo encima para viajar". El agente responde: "Bon dia, Josep. Y tanto que puedo, pero estoy de vacaciones y vuelvo a trabajar en agosto. Si lo necesitas ya, pido a alguien de confianza que me lo mire". Continúa: "Todo muy bien. No te preocupes, lo haré personalmente para asegurarnos, pero si me dijeron que no salía, es seguro que no sale".

En agosto, el mosso ahora encausado le envió por Whatsapp a Alay el pantallazo del mensaje que aparece en los archivos policiales y que exponía: "La persona no tiene requerimientos pendientes". El policía catalán, que según la conversación se encontraba en Waterloo (población belga donde reside Puigdemont), añade: "Confirmado. No le pases a nadie, por favor, ni yo te he dicho nada". La Guardia Civil expone en el informe del análisis del teléfono del jefe de la oficina de Puigdemont que “de estos mensajes se desprende un uso de información reservada, como es el acceso a ficheros policiales, para facilitar información a Alay sobre la existencia o no de requisitorias contra él", lo que pudiera ser constitutivo de un presunto delito de revelación de secretos.