La relación entre el PNV y el PP, dañada desde que los vascos decidieron en 2018 respaldar la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, tratará de normalizarse tras el verano con un encuentro entre Alberto Núñez Feijóo y Andoni Ortuzar. De la conexión personal que se produzca en esa cita -apenas se conocen más allá del intercambio de saludos- depende en parte que haya reconciliación o no. Los populares llevan tiempo ideando una estrategia de cortejo al PNV, sobre todo pensando en las próximas elecciones generales. Por ahora los vascos se resisten. Reconocen los altibajos de su vínculo con el Gobierno pero, según aseguran fuentes de esta formación, "no vemos alternativa en torno al PP" por mucho que Feijóo vaya primero en las encuestas, incluida la última que ha hecho el CIS.

El líder popular sabe que tiene un camino difícil por delante. Primero, porque ha costado retomar la interlocución y costará todavía volver al nivel de confianza anterior a la abrupta salida de Rajoy. Para muchos dirigentes conservadores esta espinita no ha terminado de salir. Justo después de apoyar los Presupuestos Generales del PP, los nacionalistas vascos facilitaron la llegada de Sánchez al poder. Pero hay otros, sobre todo los recién llegados a Génova, que se muestran mucho más pragmáticos e internamente hacen pedagogía sobre el papel que el PNV juega en el Congreso, dando apoyo a los distintos gobiernos con independencia de si los lidera PP o PSOE. Son estos quienes defienden la urgencia de volver a tender puentes con el partido de Ortuzar.

El propio Feijóo es un claro convencido de ello y su defensa del PP como un partido autonomista le hace estar más cerca del PNV y actuar con una mayor empatía, especialmente tras 13 años al frente de la Xunta. Eso explica sus distintas visitas al País Vasco en pocas semanas y su mano tendida al lehendakari, Iñigo Urkullu, evitando críticas a su gestión y culpando al Gobierno de Sánchez de los principales males. La orden dada en el grupo parlamentario también pasa por mejorar la interlocución y buscar sinergias con el grupo de Aitor Esteban.

Pero desde el PNV se pone bastante freno a todas estas pretensiones. Feijóo y Ortuzar, presidente del partido vasco, no se han visto aún pero coincidieron en el homenaje a Miguel Ángel Blanco, hablaron "tres minutos" y de ahí surgió el compromiso de una reunión en septiembre. Este encuentro es trascendental porque en Bilbao insisten en que el dirigente gallego da mucha importancia a sus lazos con Urkullu pero, precisan fuentes de la formación, quien dirige el partido es Ortuzar y además con el lehendakari no hay "afinidad ideológica" porque el PP está en "rearmar a la derecha".

Reproches por no escuchar a Aitor Esteban

Su lectura es que se ha generado "mucha leyenda" en torno a lo bien que se llevan Urkullu y Feijóo cuando lo que sucedido estos años es que el lehendakari "le avisaba antes de convocar elecciones" y que en ambas autonomías coincidieran. Ellos, en referencia al PP, mantienen que la sociedad vasca no "había entendido" el voto contra Rajoy pero esta tesis se ha demostrado "incorrecta" elección tras elección. Lo que vemos, subrayan, "no invita al entusiasmo". "Si la primera muestra de normalización es ausentarse de la intervención del portavoz del PNV, Aitor Esteban, en el debate del estado de la nación, al que no escucharon ni Feijóo ni la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, pues entonces vaya cortejo", razonan. "Ese noviazgo no va a llegar ni a cogerse de la mano".

Esto, al margen de que en Bilbao, por mucho que el PP se haya puesto por delante en los sondeos, no ven que Feijóo pueda ser presidente sin el apoyo de Vox. Para ellos esta es una línea roja insalvable. "Nunca estaremos en una ecuación en la que participen", destacan. Y por ahora, subrayan, son fundamentales en todas las combinaciones. El propio Ortuzar se pronunció duramente en Twitter cuando se conoció el pacto de gobierno en Castilla y León: "Gravísimo error del PP, que legitima a un partido antisistema y antidemocrático y, además, le da áreas de poder y responsabilidad que le van a posibilitar hacer políticas regresivas y autoritarias. Un día nefasto para la democracia, un pésimo inicio del supuesto nuevo PP".

EH Bildu y Vox

A pesar de las señales que manda el PNV, el PP sí aspira a tener más puntos en común con ellos en el arranque del nuevo curso político y participar de más acuerdos con los vascos en la fase final de legislatura. Precisamente, el mayor protagonismo que Bildu ha adquirido en muchas votaciones clave para el Ejecutivo ha sido utilizado por los conservadores. “Es cierto que nos sirve para meter el dedo en la llaga”, reconocen dirigentes a este diario. El hartazgo que en muchas ocasiones ha manifestado Esteban, pero también Ortuzar desde Euskadi, esencialmente por las formas empleadas por el Gobierno a la hora de conseguir los votos para sus leyes y decretos, sin apenas margen de negociación, "como si tuvieran mayoría absoluta", el PP lo entiende como una ventana de oportunidad para estrechar lazos.

Parece difícil hacerlo con la distorsión que supone una hipotética influencia de Vox. Pero es que el gran objetivo de Feijóo es dejar fuera al partido ultra y poder gobernar en solitario. Son los mimbres que unen a dos partidos políticos que han pactado muchas veces antes. Aunque también es el hándicap que podría no volverles a unir. Feijóo quiere retomar relaciones con todos los grupos políticos a excepción de EH Bildu y tratará con especial mimo a los nacionalistas vascos si realmente se dejan.