Tomás Guitarte llegó al Congreso en noviembre de 2019 y dos meses después estaba negociando con Adriana Lastra y Rafael Simancas, del PSOE, un acuerdo para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Para alguien que no había ni olisqueado los aromas de la política hecha en despachos y en conversaciones telefónicas de madrugada fue un reto excesivo. Cosas de la aritmética del Parlamento, que ya no se presta a bloques sólidos. Todos los votos valen.

Sí, logró un acuerdo, y resultó clave. Por la inercia del momento, las reivindicaciones de la llamada España Vaciada alumbraron la actualidad, pero también oscurecieron una existencia plácida. A Guitarte le tuvieron que poner protección policial. Hubo pintadas amenazantes en su pueblo.

Tres años después, desapareció el novato y apareció el político. Alguien que es capaz de aprovechar la llamada de un jefe de gabinete de una ministra por un motivo muy concreto, aquella enmienda de una ley, para sacarle la negociación de otro motivo no tan concreto, los presupuestos de 2023 por ejemplo. En la conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, hace balance de una legislatura que está asomándose al final. En febrero del año que viene empezará una carrera electoral desbocada porque, guste o no, la política española se mueve por ahí, por entre las estrategias electorales. Siempre fue así, pero lo de ahora es excesivo.

Agenda sí; velocidad no

La llamada España Vaciada, sucesora conceptual de la España Vacía, tendrá que posicionarse, claro. Sus plataformas, desde Teruel Existe a Soria ¡YA!, han comenzado a hacerlo. Hay que reconocer astucia en sus impulsores. El próximo día 8 efectuarán concentraciones a favor de otro modelo forestal que prevenga incendios devastadores. El 28 de diciembre protestarán para reclamar mejores servicios públicos y en marzo de 2023 buscarán reeditar aquella marcha en Madrid que enseñó al país una cosa: que esos territorios a los que vamos los urbanitas en plan casa rural y comida tradicional se están muriendo por abandono y desidia.

La relación de Teruel Existe con el Gobierno ha sido compleja. Al menos comparten una agenda. El problema es que no comparten para nada los ritmos de ejecución de esa agenda. Tampoco en cuatro años puede solucionarse la tendencia de la despoblación y de la indiferencia, como reconoce Guitarte, y es verdad que la pandemia y la guerra de Ucrania “han cambiado las prioridades”, pero entre eso y la visualización de los cambios hay un trecho. “Hemos sido quizá excesivamente comprensivos; se podía haber hecho bastante más”, afirma.

Tomás Guitarte, en el Congreso. Alba Vigaray

“Ese ‘bastante más’ era cuestión de voluntad política. Queremos gestos reales, no retórica ni publicaciones en el BOE”, añade antes de recordar el tono que hila toda su narrativa. “Esto ha sido, es y será un movimiento social y no queremos perder ese carácter”. Por ello, habrá otoño de movilizaciones y reivindicaciones. 

“No podemos consentir que cualquier crisis justifique la desatención de la España Vaciada, que es otra crisis fundamental. Se puede salir de esta crisis, sí, pero hay que tener voluntad política y quererlo, y eso no se logrará cargando sobre las espaldas de los territorios de la España Vaciada los sacrificios. Nos negamos”, zanja.

Guitarte no ha parado de reclamar. A veces con ahínco, a veces con suavidad. Sabe que una crítica frecuente que le cae es la de ese exceso de “comprensión” con el Gobierno. Tendría que haber apretado más, puede ser. Sin embargo, en su haber, la implantación en Madrid de una sensibilidad, en lo que obviamente también han desempeñado un papel clave los dos senadores de Teruel Existe. Sensibilidad que va calando gracias a una moción sobre el teletrabajo en el mundo rural, a una proposición no de ley para blindar la financiación de la España Vaciada con la inyección del 1% del PIB, con la exigencia de bonificar a las empresas que se instalen en las zonas desérticas del país, en donde la densidad demográfica se estampa en una cuota alarmante: 8 habitantes por kilómetro cuadrado

“No es una legislatura perdida, en modo alguno”, reflexiona. “Creo que hemos puesto en valor el modelo de la España Vaciada, pero quedan muchas cosas que subsanar. Quizá con una legislatura normal nuestro nivel de exigencia hubiera sido mayor. Al menos hemos dado pasos y hemos abierto un camino. Tenemos un problema detectado, un problema de Estado, y estamos obligados a solucionarlo por la gente que ha sufrido tantas injusticias”, recalca.

A su juicio, al Gobierno le ha faltado “valentía” y se ha dejado mecer por una inercia muy habitual en las estructuras de poder: los cambios, si se hacen, que sean pequeñitos y controlados, y por supuesto, que no molesten a según quiénes. La apuesta por las energías renovables, eólica y solar, por ejemplo, es paradigmática en ese sentido. El diputado turolense no disimula su enfado. “Nos duele en el alma”, resumen gráficamente.

Cuenta que el viraje energético, que podía ser una oportunidad para el florecimiento de pequeños productores y consumidores, está guiado por los intereses de las grandes compañías y por la lacerante inacción del Gobierno. Levantar molinos de energía eólica en cualquier lugar no es de recibo. Lugares tan hermosos como el Maestrazgo, el Matarraña o la Sierra de Albarracín, comarcas turolenses de paisajes espectaculares, se encuentran amenazados. “Son zonas con recursos gracias al turismo y quieren poner otros recursos incompatibles con los que tienen, y además en perjuicio del territorio”, denuncia. Esto demuestra que queda mucho por hacer, que a pesar de la mayor sensibilización y de puntuales éxitos normativos, queda mucho por hacer. Persiste esa visión según la cual “la España Vaciada es el patio trasero de las grandes ciudades y territorios de sacrificios”.

Guitarte dice “basta”. “Ese modelo extractivo de recursos, el del siglo XX, no puede repetirse porque termina con la extracción de la gente”. La proliferación de los instrumentos de las energías renovables es “la agresión más grave al territorio de la España Vaciada de los últimos 50 años”, concluye.

Muchas demandas... y tiempo por delante

Duele ese modelo energético. Y duele el olvido de algunas promesas. Desde hace un año Teruel Existe está pidiendo al Gobierno que active las ayudas a empresas para facilitar que se asienten en los territorios despoblados. Ayudas, recuerda Guitarte, avaladas por la UE. Son en realidad bonificaciones sobre los costes laborales que se han probado en Escocia y otros países del norte de Europa con resultados más que estimables: no sólo crean empleo, sino que además reactivan salarios. En los presupuestos vigentes una disposición adicional canaliza la medida, pero no se ha ejecutado. El diputado advierte a María Jesús Montero: si no se ejecuta, difícilmente apoyará los presupuestos de 2023, los que vienen.

Tomás Guitarte, en el Congreso. Alba Vigaray

Ganadería extensiva, agricultura, población. Tres vectores que enumera Guitarte para desarrollar un modelo de prevención de incendios, basado en la sostenibilidad territorial. Llevar la fibra óptica a todas las poblaciones en 2025 y favorecer la desconcentración de la carga de trabajo de las instituciones y empresas públicas, de manera que asuman más tareas los/las residentes en entornos rurales, son otras demandas prioritarias. La lucha contra la despoblación se desenvuelve en muy diversos campos, sin duda, y el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfica está impulsando variados planes e inversiones. Existen. Generan consecuencias. En Teruel está mejorando la conectividad, sí. Ahora bien, la velocidad debe ser mayor. Y hay que estar pendiente, insistiendo. Ya se sabe: en política los escenarios de la prioridad mutan muy fácilmente.

“Es probable que la España Vaciada haya perdido en estos tres años prioridad política, pero más que una pérdida, es la consecuencia de un cambio de estrategias derivado de la pandemia y la guerra de Ucrania”, incide Guitarte antes de lanzar una reflexión dirigida a los dos principales partidos. “Existe cierto temor en los partidos grandes. Cuando creamos las plataformas y anunciamos que íbamos a elecciones, hay quienes pensaron que había que eliminarnos de la escena política. Ciertas estrategias van por ahí. En Aragón está sucediendo. Pero querer apagar el problema por competencia electoral es difícil de explicar”.

El representante de Teruel Existe en el Congreso, a pesar de los pesares, se siente fuerte. Ha aprendido. Sabes que puede ser útil y cómo serlo. Además, en la plataforma ha entrado gente joven y talentosa. Hay cantera. No sabe dónde estará a partir del año que viene, si en Madrid o en otra ciudad, haciendo política, reclamando y reivindicando. “Tenemos Teruel Existe y España Vaciada para décadas”, sentencia.