Mientras los debates políticos continúan en el Congreso y el SenadoAlberto Núñez Feijóo mantiene una agenda paralela con encuentros a distintos niveles y mirando a la Moncloa. Se ve con empresarios, referentes de distintos sectores sociales, con expolíticos (de todos los colores) y va avanzando en su ronda con dirigentes de los principales partidos. El marco, explican en el partido, es que vaya calando la idea de que representa la única alternativa a Pedro Sánchez y que es posible un cambio de Gobierno a finales de 2023. “Es como una mancha de aceite que va avanzando, que impregna todo y el resto lo ve”, dice un cargo con peso del entorno del líder conservador. 

Esa es la sensación que en el PP aseguran que está calando en grupos empresariales y el resto de la sociedad civil. Y en este contexto Feijóo tiene interés en mantener interlocución y encuentros con todos los partidos políticos con la excepción de EH Bildu, que quedará excluido de sus reuniones. Si hace dos semanas el líder del PP se vio con Santiago Abascal y Yolanda Díaz (como líder de la plataforma Sumar y no tanto en calidad de vicepresidenta y ministra de Trabajo), la idea es seguir con esos encuentros.

En octubre Génova cuenta con una reunión entre Feijóo y Andoni Ortuzar, líder del PNV. Los nacionalistas vascos son la prioridad para el PP, como ya avanzó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, porque están convencidos de que su apoyo puede ser clave para llegar a la Moncloa. El intento de cortejo lleva meses sucediéndose, a pesar de que el PNV muestra algunas reticencias. Primero, al advertir que en este momento son un socio estable de Sánchez (como antes lo fueron del PP); y segundo, dejando muy claro que su formación es incompatible con Vox en cualquier ecuación poselectoral.

Abascal comparte esa misma premisa y también le trasladó a Feijóo que nunca podría ponerse de acuerdo con las demandas del PNV. Pero la intención de Feijóo es conseguir los números suficientes como para impulsar un gobierno en solitario y, por tanto, la idea no pasa por que estos partidos tengan que convivir directamente. Con todo, el PP sabe que no tendrá fácil obtener apoyos tan antagónicos y de ahí su obsesión por sumar los máximos escaños solo con sus siglas. 

El plan sigue siendo alcanzar una victoria holgada, con bastante ventaja sobre el PSOE e ir apoyándose en distintas fuerzas. En todo caso, la investidura sería la gran dificultad y a pesar de que el PP lidera las encuestas, ninguna arroja por ahora una solución tan fácil. A eso hay que sumar el año que queda hasta las generales de diciembre de 2023.

“Que se pongan nerviosos”

El acercamiento al PNV y la convicción de que deben tejerse puentes de diálogo es un punto de no retorno. Por eso el PP no tiene inconveniente en hacer público ese interés. Y, mientras tanto, reconocen en Génova “aumentan los nervios en Moncloa”. El gran objetivo de Feijóo es romper, de alguna manera, ese bloque que sigue sacando adelante casi todas las votaciones de Sánchez. “Que se vea que eso es así ahora, pero que puede dejar de serlo. Y que Feijóo también puede obtener apoyos de otras formaciones”, insisten.

Con otros partidos, como puede ser ERC, el entendimiento es prácticamente imposible. Pero los conservadores creen que es importante reflejar una imagen presidenciable de Feijóo, capaz de verse con distintos grupos y líderes (la línea roja es EH Bildu por motivos de sobra conocidos) como debe hacer un presidente del Gobierno. Y aunque no hay encuentros concretados, en su equipo más cercano siguen defendiendo que “piensa y tiene en mente contactos con todos los partidos”. Lo que está por ver es a qué niveles y cuándo se producen esos encuentros.

Feijóo mantiene interlocución con líderes, mientras que delega otros contactos a segundos niveles, por ejemplo en el Congreso. A la espera de que se aclare lo que sucede con el futuro Govern, dirigentes del PP creen que es más sencillo acercarse a una Generalitat con los republicanos en solitario, sin la sombra de Carles Puigdemont, y que encima podría empezar a acercarse al PSC para sacar adelante las cuestiones más importantes. Lo que implique abandonar la vía unilateral y dar por finiquitado el procés, o parte de él, facilita cualquier contacto.